Μαντείο

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Delfos, 451 a.c.

El oraculo nunca estaba tan bullicioso como ese dia. Tampoco los sacerdotes dejaban pasar al interior del templo délfico en muchas ocasiones. Quizas esa fue la unica vez.

Por las escalinatas camino al oraculo, desfilaban varios grupos de unos diez varones o menos vestidos de una forma que no coincidia con la del grupo que lo seguia. Unos desfilaban en silencio, otros armaban bullicio, anunciando su presencia. Grupos diferentes, incluso opuestos. Pero todos iguales. Todos griegos. Una delegacion de cada region, polis, isla que hablase la lengua helenica y adorase a los dioses del Panteon gobernado por Zeus y Hera.

Los espartanos eran faciles de identificar. Llevaban correas de cuero que ataban la parte inferior a su capa roja escarlata. Llevaban sus escudos y sus lanzas, mostrando su orgullo guerrero. Probablemente, llevaban mas armas pero ocultas a la vista. Iban armando bullicio y dando golpes con la base de la lanza en cada escalon.

Los macedonios tambien iban armados, aunque solo se trataba de lanza y escudo con un sol impreso, el simbolo de Macedonia. Sus vestimentas eran mucho mas formales, recubiertas de armaduras de cuero. Su marcha iba en silencio, de no ser por el sonido de las lanzas y escudos.

Los cretenses vestian de forma mas elegante, con togas de hermosos colores. Algunos llevaban con orgullo joyas doradas. Iban hablando entre ellos de forma alegre, quiza con algun chismorreo propio de mujeres.

Los atenienses iban atentos a las escaleras. Vestian togas puramente blancas y sin ningun adorno resalton. Cargaban pergaminos en los brazos. Avanzaban silenciosos, pensando quiza en algun futuro descubrimiento.

Las otras comitivas se parecian en algun aspecto a las anteriores, quiza teniendo mas en comun con los macedonios que con cualquiera de las otras tres.

Una sacerdotisa les esperaba en la entrada del templo de Apolo donde residia el oraculo. Las comitivas se detuvieron, confusas. La costumbre era no entrar al templo o, en el caso del oraculo, solo entrar a un cuarto adyacente a la entrada donde el interprete del oraculo les aguardaba. Cuando la mujer les dijo que pasaran adentro, todos dudaron en adelantarse y se miraron entre todos. Los espartanos fueron los primeros en romper aquel trance de confusion y entrar en el templo. Los atenienses no fueron menos y fueron los siguientes, siendo seguidos por el resto de grupos.

Fueron detenidos en la habitacion del oraculo, donde la oraculo, sentada en su taburete, les observaba. El interprete estaba de pie, tambien aguardandalos. Otro hombre se adelanto y les oculto el oraculo de la vista. Al lado del oraculo sentado, habia una cuna hecha de oro puro. La joven oraculo mecia la cuna y observo a lo que pudiera descansar en la cuna.

"Kalimera, hermanos de la Hélade" saludo el hombre "Soy Ulysses, el guardian del oraculo. Les doy la bienvenida. Tomen asiento, por favor"

Las comitivas obedecieron sin rechistar. Los que no encontraron sitio, se mantuvieron en pie.

Ulysses carraspeó "Les hemos reunido aqui por un mensaje proveniente de nuestra oraculo" Justo en ese momento, varios encapuchados rodearon a la oraculo y a la cuna. Bajo sus capas, se denotaban el brillo de armaduras. Algun espartano y macedonio se habian levantado y posicionaban la lanza para atacar. Los encapuchados tambien se posicionaban.

Ulysses fulmino a ambos grupos con la mirada "No es momento para hostilidades"

"Quienes son esos hombres?" dijo un espartano.

"Son Santos" Ulysses dijo con tranquilidad.

"Santos..." un hombre de la comitiva de la isla de Lesbos dijo "Los que sirven a Atenea"

"Eso quiere decir..." Un varon de los de Epiro dijo

"Atenea se ha reencarnado en humana hace unos meses. Hela aqui" Ulysses se dirigio a la cuna y tomo algo en los brazos. Cuando dejo de dar la espalda a las delegaciones, estas observaron que, envuelto en una manta blanca, descansaba un bebe. Una niña de cabello de tonos lilas y cuyo color de ojos no se veian porque estaban cerrados. Su respiracion era tranquila, estaba dormida. Pero tenia un aura regia, divina y poderosa envolviendola. Como se esperaria de la reencarnacion de una diosa.

"Sin embargo" Ulysses volvio a dejar a la niña en la cuna "Nuestra oraculo ha oido la voz de la diosa. Y no trae buenas nuevas. Otra dioses, paganos, tambien despertaran y se alzaran contra Atenea"

"Quienes?" Un macedonio se levanto, alzando su lanza. El resto de la delegacion le fulmino con la mirada, obligandolo a tomar asiento de nuevo.

"No lo sabemos" Ulysses admitio, apesadumbrado "Pero el mesaje que nuestra oraculo ha recibido, habla de las legendarias Armaduras Doradas" El hombre pauso, dejando que la informacion fuera asimilada "Deben ser buscadas y encontradas... Y vestidas por los mas dignos de los hijos de nuestra patria. Esto no sera inmediato. Este mal aun no ha despertado y el oraculo no ha mostrado prisa. Dice que Atenea debe estar preparada. Y tal y como esta, no es asi. Por tanto..." Ulysses respiro hondo "haremos un trato: en 10 años, la pequeña Sofia, como hemos bautizado a la humana en la que Atenea habita, estara preparada para asumir su rol como diosa. En 10 años, una delegacion de Santos recorrera todas las polis, regiones e islas en busca de candidatos para convertirse en los primeros Santos de Oro desde la era de los mitos. En 10 años, nos prepararemos para esa amenaza desconocida. Hasta entonces, que los dioses sean benevolos con ustedes y que si alguno sus vastagos esta entre los elegidos," el hombre realizo una reverencia "que sirvan bien a la diosa y traigan fortuna y gloria a las tierras que los han visto nacer" Esto ultimo fue seguido por un grito comenzado por los espartanos y continuado por el resto de delegaciones con algunas excepciones.

Las comitivas emprendieron la marcha y el templo quedo vacio. Ulysses tomo a la pequeña Sofia en brazos y le dedico una mirada dulce.

"Pequeña, dentro de ti habita el espiritu de una diosa. La diosa de la sabiduria y de la guerra justa, una gran estratega militar que vela por nuestro planeta y por la justicia" Pauso mientras tomaba una de sus manitas con el dedo "Seras protegida en tu Santuario, cerca de la polis de Atenas, oculta de los ojos mortales y custodiada por los Santos de Bronce y Plata. En 10 años, seras consciente de tu destino y los Santos de Oro se reuniran contigo. Confiamos en vuestra futura victoria. Ese debe ser el destino de la diosa que nos protege del mal divino" Ulysses sonrio "Espero que los que sean elegidos como Santos Dorados sean dignos del honor que tal posicion encarna" El guardian beso la frente del bebe y este abrio los ojos, de un puro y neutral color gris.

Y sonrio.

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2016 ⏰

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Saint Seiya: The Hellenic TwelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora