Un café batido, un pesebre a medio armar, guirnaldas desgastadas con algunos baches producidos por los años de uso. Bochitas despintadas, y un árbol navideño lleno de polvo. Diciembre no fue fácil sin vos. Al igual que Noviembre, Octubre y un par de meses más.
Las estrellas no brillaron igual, y la lluvia no mojaba tanto. La comida no sabía bien, la bebida no tenía suficientes burbujas de gas, y las ganas de comer nunca volvieron.
No recuerdo muy bien lo que es tener hambre, o sed. Y ahora que lo pienso, tampoco recuerdo lo que es padecer sueño. Mi vida esta gris. Gris de ausencia, gris de soledad.
Los zapatitos de nuestros nietos, un recipiente con pasto, y otro con agua. Regalos y moños de colores. Llegaron los reyes y con ellos Enero. Un mes más mi querida Elena, difícil, al igual que Diciembre, Noviembre, Octubre y un par más.
La foto de nuestro casamiento todavía sigue donde la dejaste, y aunque tenga un poco de polvo, tu sonrisa sigue deslumbrando, como aquel día. También tienen polvo la bailarina de yeso, el búho que era de tu mamá y el lobo marino del clima que trajimos de Mar del plata. Hoy está rosa, porque el día está nublado.
Manuela va a traer a las nenas. A Luna le compre unas pinturitas de princesa y a Marianita un libro que la vendedora me dijo que llevan mucho. Y antes que preguntes, a tu nieto favorito le compre la pelota que tanto quería. Se van a poner contentos.
Gente y más gente. Una fila interminable, el diario y mis lentes. Me cansé de esperar en la cola del banco, creo que ya estoy viejo para esto. La jubilación este mes no vino tan generosa. Espero que
Febrero se pase rápido, sé que no va a ser fácil. Seguramente se parezca mucho a Enero, o quizás sea un poco mejor que Diciembre, Noviembre u Octubre. Ojalá.
Voy a guardar la tapa del diario para dársela a Quique, no todos los días uno sale en él. Miralo, feliz de haber reencontrado a su nieto perdido. Que felicidad pobre Quique, cuantos años de espera y soledad. Creo que se lo merece.
Una bufanda y un vinilo. Viento, llovizna, ventanas empañadas. Marzo se vino fresco. Recuerdo que te gustaba porque era el mes en el que los niños empezaban la escuela. Siempre pasaban a saludar cuando regresaban a la casa.
Martin está más ocupado, el trabajo en el consultorio lo está agotando. Ya casi no viene a visitarme. Tu hijo, siempre tan responsable y comprometido. De agenda ocupada según él.
Marzo tiene pinta de ser áspero, como Febrero, Enero, Diciembre, Noviembre, y no recuerdo cuantos meses más. Perdí la cuenta. Estoy viejo.
Un naranjo desnudo, hojas en el suelo, un pantalón de gabardina y licor de durazno. Abril me trajo felicidad, no como Marzo, Febrero, Enero, y los meses del año anterior. Hoy vino Érica, tu hija menor, con una noticia que me devolvió la sonrisa que quien sabe cuando perdí. Está embarazada, vamos a ser abuelos. Abuelos de una beba.
Le quiere poner Elena, como vos. Que nombre más hermoso, el más lindo que escuché jamás. Tiene temperamento, fuerza. Ojalá herede de Érica esa mirada dulce y compradora. La voy a malcriar como al resto, o quizás un poco más.
Crayones, tijeras y papeles de colores. Una cartulina roja y marcadores destapados que esperan a secarse. Manuela se fue con Eugenio de vacaciones a Chile y las nenas se quedaron en casa. Mayo no va a ser tan solitario como Abril, Marzo, Febrero, y anteriores meses.
Estoy cansado, me duelen las rodillas, ya no estoy para jugar al príncipe que rescata a las doncellas del dragón. Pero no me quejo, las nenas son maravillosas. Tendrías que verla a Lunita, esta tan grande, ya sabe escribir su nombre sola. Tengo que aprovecharlas estos quince días, aunque eso implique andar juntando muñecas por el suelo y dejarme maquillar.
Un pastillero lleno, análisis de sangre, un bastón y mi fiel boina. Exámenes de rutina como todos los inviernos, no iban a ser la excepción de este Julio. Hace más frio que en Junio, Marzo y Abril, o quizás sea la edad.
En la sala de espera me lo encontré a Quique. Su esposa falleció la semana pasada. Estaba arruinado, parecía una montaña de escombros. Dice que no tiene hambre, ni sed, ni sueño. Que se siente gris. Creo que se a lo que se refiere. Eso creo.
Un disfraz de granadero, una ballesta de juguete y una cámara de fotos. Muchos flashes. Hoy Luquitas actúa de San Martin. ¿O era Belgrano? No recuerdo bien. En fin, Agosto parece ser un mes más, nada sorpresivo, tal cual Julio, Febrero y Diciembre. El acto estuvo lindo, pero no son lo mismo que antes. Estas maestras de ahora no tienen mucha originalidad.
¿Te acordas cuando Manu actuó de gitana? Le cociste a mano todo el vestido. ¿Era de gitana o de dama antigua? Bueno no importa, solo recuerdo que estaba divina. Prometo buscar la foto ¡Esos eran actos!
Comida para gatos, un trofeo de mis años mozos, y un vaso de whisky alemán. El médico me diagnosticó Alzheimer. Maldito Septiembre, maldito año, maldita vejez. Maldito Enero, Febrero,
Junio y Marzo. No recuerdo sobre mi niñez, ni donde deje el tazón de la comida del gato. Estoy viejo Elena, estoy viejo.
Temo olvidar el día que te conocí. Voy a hacer memoria. Fue en la casa de mi hermana, en Puerto Madryn, tenias puesto un vestidito azul ¿O era verde? No, era azul.
¿Y si me olvido de las nenas, y de nuestros hijos? Todavía no les conté nada. Quizás sea mejor no decirlo, y esperar a que también me olvide lo que me dijo el médico.
No me quiero olvidar de mi vida, de nuestra vida. No quiero olvidarme de Quique. Tengo que verlo. Quizás lo invite a que venga a cenar con su mujer la semana que viene. Y estoy seguro de que tu vestido era Azul.
Olor a sopa y una cobija gris media destejida. Viejos y nada más. Nada más depresivo que la vida de un geriátrico. Tu hijo Martin me trajo desde principios de Octubre a este lugar olvidado. Dice que es mejor que estar solo en casa. Quisiera volver a Septiembre, Agosto o a cualquier mes lejos de este lugar. Me quiero ir Elena.
Este lugar no soy yo. Hay gente que no conozco, y los nenes no vienen a visitarme. Solo Érica, la más buena de nuestras hijas, mi preferida. Está bastante más gordita, no sé por qué. Le dije que empiece a cuidarse, que haga dieta.
La comida es horrible, no tiene gusto a nada, parece de hospital. Esto es una cárcel para viejos tristes. Ya te lo dije, yo no pertenezco acá.
Sonrisas y lágrimas. Tu perfume, tu olor. Por fin viniste a visitarme Elena, te extrañaba. No te vuelvas a ir. ¿Podríamos ir a visitar a Quique y a su mujer no? Pero primero vallamos a verla a las nenas, creo que se acerca el cumpleaños de Luna. ¿O fue en Agosto? No importa, vamos igual. Te pusiste el mismo vestido que tenias el día que nos conocimos en la plaza. Yo sabía que era Verde.
Noviembre sin duda va a ser mejor que Octubre, Septiembre, Agosto, Julio, Junio, Mayo y, ¿Cuál viene después? Bueno, eso no importa. Te tengo acá. ¿Vamos?
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De amores no correspondidos y Otras Cuestiones
RomanceUn libro que recopila historias de desamor, que nos recuerda que no todos los finales son felices. Una cucharada de realidad al mundo del romance.