Escribí cartas

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Ayer estuve a punto de hablarte. En un ataque de astucia pedi a mis amigos que me convencieran de no hacerlo.
Creí que te habia superado por completo, que no eras más que un poco de humo negro en un cielo azul despejado. Pero no. Tu humo denso y tóxico continúa ahí, intacto. Y aunque aires nuevos de cambios soplaron, tu nube nunca se fue.
Creo que el hecho de saber que después de unos meses regresé a esta maldita ciudad donde todo sucedió, trajo tu recuerdo doloroso a mi debil corazón una vez más.
Escribí cartas que nunca te iba a mandar, por si acaso algún dia decidias reaparecer. Queria que veas todo lo que te sufrí, todo lo que te deseé, todo lo que te espere.
Escribí cartas que luego rompí, mensajes que luego elimine, fotos que de mi celular borré. Te bloquie y desbloquie de todas las redes sociales como cuatro o cinco veces, y un par más revisé tus perfiles. Quería saber algo sobre ti sin que tu lo supieras.
Escribí cartas para aliviar mi dolor, para calmar mi llanto, como si cada punto marcaba el final de una oración que sacaba una espina de los mas profundo de mi ser.
Dejé de escribirte cartas el día que alguien más apareció. Pero otra vez mi tonto corazón buscó complemento en la persona equivocada. El motivo de su partida fue el mismo, pero la forma de despedirse fue distinta. Una vez más la distancia de un viaje próximo a llegar me aleja del incorrecto.
A veces dudo si hice lo correcto en volver aquí, donde mis sueños fueron despojados de futuro. Aquí donde reside el propietario de mi pasado, el dueño de mis llantos de verano, el jefe de mis desvelos, el humo negro que nubla mi cielo, el remitente de esas cartas que nunca cumplieron su objetivo.
Día a día le imploro al creador que no nos cruce, y que si de lo contrario, el destino quisiera jugarme una mala pasada, no me quiebre en un llanto desolador frente a tu persona. Que me permita saludarte con una sonrisa y que me aguarde hasta llegar a mi casa, donde indudablemente me desgarraré de dolor, llorando como si no hubiese mañana.

De amores no correspondidos y Otras CuestionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora