VOLVER A ABRAZARTE

¿ Pelirrosa?

- Vamos Dora, hace un par de minutos te lo sabías.
- Es que se me olvida!! - replicó la joven de pelo rosa.
Estaban en la habitación de Dora, era cuadrada y de color lila claro y las paredes estaban adornadas con posters de Harry Potter y fotos de ella, Luna y Júlia. La cama era bastante grande y la colcha era de los personajes de Los Simpson. El armario de caoba estaba al lado de una gran ventana que daba a la calle que empezaba a oscurecer . Júlia y Dora estaban sentadas en la cama.
- Dora - le cogió la cara haciendo que ambas se miraran - no se te olvida, lo único es que llevamos 3 horas estudiando y ya estas colapsada, dejemos de estudiar y después seguimos , ¿vale?
- Vaale - Dora apartó los apuntes - Es que sabes que necesito aprobar, sino mi madre no me dejará ir a la fiesta de Halloween...
- Primero, vas a aprobar y segundo ¿ De qué nos disfrazamos ?
- No se, ahora que tu eres "pelirroja" - dobló las puntas de los dedos - y yo soy pelirrosa...
- ¡Eso no existe! - exclamó Júlia sonriendo - ¿Pelirrosa? Dios mio!
- ¿A no? - replicó Dora - ¿ Y entonces yo que soy?
- Una tía que se tiñió el pelo por una apuesta!
- Pues igual que tu! - rió Dora - Bueno da igual, yo me disfrazaré de Nymphadora Tonks.
A Júlia le pareció bien, Nymphadora era un personaje que cambiaba de aspecto depende como le apeteciera, y en gran parte del tiempo llevaba el pelo rosa... Era una brillante idea:
- ¿Y yo de Ginny Weasley ?
- Ajá
A continuación buscaron en internet ideas para sus disfraces aunque ya sabían cómo hacerlos, pero tal vez encontraban ideas de cómo mejorarlos. Después de un montón de rato sonó el móbil de Júlia, y ella salió de la habitación :
- Hola mamá.
- Ves vieniendo a casa cariño
- ¡Mamá estamos estudiando!
Dora se rió a lo lejos
- Vale, una hora mas.
- Así me gusta mamá. Adiós besitos
- Besos.
Júlia volvió a entrar en la habitación y se sentó de nuevo junto a Dora en la cama, ella estaba hablando por WhatsApp con Raúl:
-Veo que Raúl y tu os lleváis bien ¿eh? - miró a su amiga con uns sonrisa picarona.
Dora apagó el móbil para que no viera la conversación, a continuación miró a su amiga con el rostro ruborizado:
- Normal - intentó no sonreír pero la felicidad le invadió - Juls (no, no esta mal escrito, es un diminutivo de Júlia) estamos hablando muchisimo, siempre por la noche, y bueno... habíamos pensado en quedar un día los cuatro...
- ¿ Cómo que los cuatro ? - Júlia se asombró de lo ligona que llegaba a ser su amiga, hacia unos días estaba enamorada de Héctor, y de repente se ponía hablar con un viejo amigo y se pasaban la noche hablando - ¿Tu, yo, Raúl y quien más?
-Mario - dijo su amiga como si nada.
- ¿Mario? - preguntó atónita - ¿Mario, Mario?
- ¿Como que Mario Mario? - preguntó sin entender nada Dora - Si, el pelirrojo.
- Llevamos muchisimo tiempo sin hablarnos, ¿ y quieres que quedemos?
Dora seguía sin entender nada, pero a Júlia no le hacia mucha gracia quedar con su gran amigo del pasado que porque fueran a diferentes clases su amistad quedó olvidada como un simple recuerdo, y además ¿ de que iban a hablar? Sí, podían hablar de muchas cosas pero... Júlia no se acordaba nada respecto a Mario y ni siquiera se acordaba que existia. ¿ Qué iban a decirse? " Uy cuanto tiempo, ¿te cambiaste de instituto? ¿No? Pues ni me había fijado en que íbamos al mismo instituto". No, Mario decidió olvidarse de Júlia y Júlia decidió olvidarse de Mario. Las cosas fueron a si desde que tenían 13 años hasta ahora, que tenían 17 y no tenía porqué cambiar absolutamente nada.
- Porfaaa - le rogó - Hazlo por mi, sabes que soy muy tímida...
- ¿ Tu tímida? ¿ En que mundo? Porque en este ya te digo yo que no.
- Es que creo que me gusta de verdad.
- Pero si solo habeís hablado por WhatsApp, ni siquiera en persona.
Dora dejó caer su cabeza en el regazo de Júlia y se quedó mirando al techo sin decir absolutamente nada:
- Le pongo excusas, porqué si quedo con el me volveré como una... tonta. Por eso te necesito, si estamos las dos me verá como soy en realidad y...
- Vale - seguramente se arrepentiria de lo que acababa de hacer, pero ella era su mejor amiga, ¿por qué no la podía hacer feliz? - Pero anda, volvamos a estudiar.

Eran las 9;30, Júlia estaba sentada en el autobús contemplando la calle de noche. Hacía un par de meses y a esa misma hora era de día y en ese momento la oscuridad abordaba la calle salvo las pequeñas farolas que ilumimaban la calle para que la gente supiera volver hacía su casa. La vida era igual que una noche, la oscuridad era nuestro futuro, nuestro destino y las farolas nuestros guias para saber el camino tomar.
Apartó sus verdes y penetrantes ojos de la ventana y volvió a fijar la vista en los comentarios de su novela:
«¿ Cómo pudo ser Sara tan cabrona?»
Sara era el seudónimo que le había puesto Júlia a Luna, y Júlia en su novela se llamaba Meritxell.
Júlia habría respuesto ese comentario con un simple « Por qué es un demonio» pero algo se lo impidió. ¿ Pena ? ¿ Culpabilidad? No tenía ni idea, aún albergaba la esperanza de que Luna le pidiera perdón, pero tal como se mostraba, parecía que ni siquiera supiera el incio del motivo de su enfado. ¿ Cómo se podía ser tan ignorante ?
¿Hizo demasiadas cosas mal y ni siquiera se ha dado cuenta de una? - pensó Júlia ardiendo por dentro por la ignorancia de su hermana.
Seguió leyendo comentarios de sus lectores, muchos le felicitaban por haber escrito un buen capítulo y otros se dedicaban ha hacer preguntas que obviamente Júlia no iba a responder.

Al cabo de leer 10 comentarios más el autobús se paró en la parada dónde Júlia se bajaba,se subió la cremallera de la cazadora de cuero hasta arriba sin dejar ver ningún trocito de su cuello, guardó su móbil en el bolsillo lateral y se unió al resto de gente que salía del autobús.

Estaban en clase de Matemáticas haciendo el exámen, pero Júlia en 30 minutos ya había acabado los difíciles ejercicios y los había revisado 2 veces cada uno. En la clase había un ambiente tenso, y se podía percatar cierto olor a sudor. Júlia estaba nerviosa, pero no por su exámen, sino por el de Dora. Ambas habían estudiado mucho y se lo sabían todo, pero los nervios le hacían hacer pasar malas jugadas a Dora. Era uno de sus defectos.

- ¿ Dónde estabas ? - preguntó Júlia al ver entrar a su hermana a su pequeña cabaña de madera- Has dicho que ahora vendrías y ya es la hora de comer.
- Bueno nos teníamos mucho que explicar.
- ¿No os lo podíais explicar a la hora de comer? Es decir, dentro de 5 minutos.
Luna se sentó en la litera de abajo, donde durante 10 largos años que había ido al campamento, había dormido. Pero no se dió cuenta que estaba su maleta encima y se sentó:
- ¡Ah! - se levantó de un respingo al darse cuenta que la dura maleta no era el blando colchón en el que se esperaba sentarse - ¿Por qué la has puesto encima de mi cama?
- ¿Por qué no has traído tú tu maleta en vez de irte a hablar con ellas? - preguntó Júlia mientras su hermana la miraba fascinada por haberla contestado - Es algo que solo tu sabes.

La profesora Laura recogió los exámenes y a continuación Dora se abalazó hacía Júlia :
- Me ha ido bastante bien dentro de lo que cabe.
Ambas salieron de clase y se unieron junto a la multitud que se dirigía hacía el recreo. De camino de clase al patio, hablaron sobre el exámen y de las respuestas que habían puesto. Una vez abajo se dirigieron a los pies de "su" canasta y se sentaron una enfrente de la otra con las piernas cruzadas, como siempre:
- Queso - dijo Júlia mirando los azules ojos de su amiga.
- Lomo - Dora sonrió, ya que siempre acertaba.
Ambas desenvolvieron el bocadillo y miraron su contenido, Júlia no se podía cree lo que estaban viendo sus ojos:
- ¿Jamon serrano? - se preguntó para sus adentros.
- ¡Queso! - exclamó Dora extrañada - ¿Como es que has acertado?
Júlia encogió los hombros, aún sin haberle enseñado su bocadillo a Dora.
- A ver de que es el tuyo - se asomó para ver el bocadillo de Júlia y dió un pequeño grito de sorpresa - Es de jamón serrano. ¡Por todos los Weasley! ¿Júlia sin bocadillo de lomo? Ya puedo morir en paz.