Guerra de bolas de pintura

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- ¡Adiós! - gritó Dora despidiéndose de Raúl y Mario.

Eran las 3:40 de la madrugada y a Júlia le dolían los pies y el cansancio se le notaba en la cara. Fueron hacía casa de Dora sin hablar, estaban demasiado cansadas:

- Adiós Juls - dijo besándole la mejilla a su amiga - Que sueñes con Mario.

- No gracias - le dijo su amiga bostezando - ¿ Cómo que adiós ? Pero si me quedo dormir en tu casa.

- Es verdad... - murmuró Dora -¡Venga ya! - exclamó mientras buscaba las llaves en su bolso enrome bolso - Te lo has pasado bien ¿No?

Abrió la gran puerta de metal.

- Si, pero eso no significa que tenga que soñar con Mario - las chicas entraron en el vestíbulo y llamaron al ascensor.

- Pero si te mola .

- No, - dijo Júlia con mirada de soslayo.

Entraron en casa de Dora, haciendo muchísimo ruido. Menos mal que los padres de Dora estaban de segunda luna de miel en Inglaterra:

- Pues menos mal , porque tiene novia.

Pero a Júlia le daba igual, aunque no pudo evitar que se le encogiera un poco el estómago.

Pero Dora tuvo razón, soñó con Mario.

Ambos estaban en la azotea de su piso bailando estúpidamente como si les dieran calambres, uno enfrente del otro. A continuación Mario sacó unos globos con pintura en su interior y se los lanzó a Júlia manchándola por completo. Y así empezó la guerra entre ambos lanzándose bolas de pintura. Ambos reían y se disparaban y cuando les tocaba una bola de pintura se tiraban al suelo fingiendo que se morían. Júlia se cayó fingiendo que estaba muerta. Mario se arrodillo junto a ella, y lo último que Júlia vio antes de despertarse fueron los ojos de Mario, uno que parecía el océano profundo y el otro mostrando el cielo nublado advirtiendo que se avecinaba un buena tormenta.

El sueño era estúpido pero Júlia se enfadó con ella misma por haber soñado con un chico y encima con Mario:

- Corre Juls corre - Júlia abrió los ojos y vio a su amiga correr en ropa interior por toda la habitación con una camiseta en las manos - Llegamos tarde.

Júlia se incorporó y se cogió lo primero que pilló. Cogió su mochila y se dirigió al ascensor, en ropa interior como Dora.

Entraron en el ascensor vacio y aún en ropa interior, de repente se abrió la puerta del ascensor, un hombre de mediana edad vestido con un traje que debía costar un ojo de la cara se las quedó mirando:

- Ciérrate ciérrate - dijo entre dientes Dora apretando el botón de "cerrar puertas" - ¡Ciérrate!

Al final la puerta se cerró dejando al hombre plantado con cara de sorpresa. Uno no se encuentra a dos jóvenes en el ascensor en ropa interior.

Acabaron de vestirse a trompicones y corrieron hacía el instituto lo máximo que pudieron ( cómo Júlia era más rápida que Dora ) de vez en cuando iba tirando de ella

Como durante la carrera, un taxis casi casi pilló a Dora, pero Júlia le estiró del brazo antes que fuera demasiado tarde.

Cuando llegaron al instituto el portero estaba a punto de cerrar la puerta principal. Cómo llegaron muy tarde a clase, el profesor no las dejó entrar en clase y se sentaron en el suelo apoyando la espalda en la pared del pasillo. Dora sacó sus apuntes y empezó a estudiar, mientras tanto Júlia se puso los auriculares, seleccionó la carpeta de música de los 80 ( las canciones que siempre escuchaba en clase) y se emergió en sus pensamientos

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