Ya nada era como antes, meses después desde que Bianca y David terminaron, Bee había informado su descanso, bueno eso fue publicado por el hermano de Bianca, Mauro, quien al notar que su hermana en verdad no se encontraba para nada bien, público ese descanso.
Todos los notaban, Bianca en las entrevistas en las que reía y hacia chistes ahora estaba más seria y sonreía cuando era necesario, también algunos que se la encontraban por la calle aseguraban que la habían visto fumar y que ya no los recibía con tanto entusiasmo pero siempre con una gran sonrisa.
— vamos Bibi, arriba.. — Dijo Mauro abriendo las cortinas de la pieza de Bianca.
El chico de ahora con el cabello teñido con mechones más claros volteo a ver a su hermana quien se tapaba la cara con las sábanas.
— mira, duchate, podés ponerte está remera que compramos el otro día.
— un ratito más..
— Bee, necesitas tomar aire y sol, vamos a comer, yo invito, así sacamos a Dobby también a pasear — Dijo Mauro — Dale, vamos.
Mauro sabía que su hermana desde que terminó su relación con el español no había estado bien, jamás la había visto llorar tanto, le dolía, odiaba ver a su hermana en ese estado.
— Mau, no tengo ganas de salir..
— no tenemos que salir entonces, anda a darte un bañito, yo hago de comer, emm, milanesa o, empanadas?, se que te gustan mucho las dos..
— las dos?..
— Las dos entonces, nosotros hacemos las milanesas y yo pido las empanaditas — Dijo Mauro.
Bianca por fin se asomo entre las sábanas, Mauro le sonrió con cariño mientras acariciaba a Dobby.
— voy a comprar las cosas para el almuerzo, vos, por favor, báñate. — Mencionó el chico poniéndose.
— Saca a Dobby un rato, por favor, ya ha estado mucho tiempo encerrado — Pidió Bianca.
