Orgasmos a Medias...

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Abro los ojos y tengo a Diego sentado al borde la cama envuelto en una toalla, que noche tan alocada, aun no puedo creer que lo hayamos hecho, me estaré volviendo loca. Me desperezo y me sale un gruñido. Diego se vuelve y me mira. 

-Buenos días muñequita -Dice un con placida sonrisa y tirándose en la cama para besarme. 

Después de ese largo beso que nos deja sin aliento le doy los buenos días y no puedo evitar sonreír al verlo tan provocativo, me dan ganas de que lo hagamos otra vez. 

 -Nos espera una  mañana muy divertida amor mio, así que nos daremos un baño y comemos algo. Espero estés lista para la diversión. 

¿Acabo de escuchar que me llamo amor mio? ¿Amor? ¿Como puede llamarme así? es cierto que yo lo he hecho cuando se iba a su casa en las noches de películas y luego de cenar, pero jamas pensé que me lo diría, nunca me atreviera de decírselo a él directamente. 

-¿juntos? -Digo con la mirada picara 

-Me lo debes -Dice esbozando un sexy sonrisa 


*** 

Volvemos a los departamentos. Cuando entro al de Sebastian no veo a nadie, llamo a Soff y parece que también salio, seguro anda por ahí con John. Recojo ropa, trajes de baño y otras cosas. Diego no me ha ha dado mucho detalle de lo que haremos pero tengo una ligera sospecha. 

Toco la puerta del departamento de Diego, solo he estado aquí una sola vez. Desde adentro escucho que me grita que esta abierta, y no parece que vive un hombre solo, esta todo muy organizado y limpio, tiene una guitarra colgada en la pared, me pregunto si algún día me tocara algo con ella. Hay unos muebles grises con una manta roja, todo un arsenal de computadoras y aparatos (me imagino que es para trabajar en eso de la música). 

-Paula, amor, ven. -dice Diego desde la habitación. 

Voy caminando y no puedo evitar esa sonrisa de niña enamorada. Entro a su cuarto y estoy con la boca abierta de la sorpresa, tiene una biblioteca aquí dentro, libros y mas libros. puedo ver una guitarra también y una vista hermosa a la ciudad. 

-No sabia que te gustara leer. -digo cuando me dirijo al estante 

-Ahh si, aveces -dice muy distraído

-Federico Moccia, D H. Lawrence, Dick King-Smith, Alessndro Baricco... ¡Por Dios Diego! tienes una mina de oro. 

Pero cuando giro para verlo él ya no esta, entonces hecho otro vistazo a la habitación, es muy espaciosa y tiene unos cuadros con atardeceres hermosos, se ven muy inspiradores, en su cama tiene tendida sabanas blancas muy delicadas. Siento el instinto de acercarme para olerlas, se que anoche lo hice pero no me cansaría de su aroma, le hago caso a mi interior y me siento en la cama, su mesita de noche tiene una lampara muy linda y cuando bajo la mirada veo una foto, es él... pero ¿Quien es ella? la tomo en la mano unos instantes y la observo, ¿Sera ella su novia? ... 

-Paula, nos vamos. -dice Diego desde el pasillo. 

Me levanto decidida a preguntarle pero, me detengo a pensar -¿Quien soy para él? ¿No tiene por que darme explicaciones? Respiro profundo y le digo que ya voy. No tengo que meterme en su vida, pero ¿Acaso el esta jugando conmigo? ¿Viviré esto otra vez? 

-Diego... 

Se abalanza sobre mi y me besa, me besa despacio, sin dejar de ser intenso, su Dios griego vuelve al ataca, me siento presa de sus brazos pero libre en mi pequeño mundo de ilusiones. Esta bajando sus manos sobre mi trasero, me estoy excitando puedo sentir su erección contra mi abdomen, me levanta por los muslos y luego me tira en el sofá, se quita su americana y la tira encima de la mesa. ya sobre mi siento mi cuerpo arder, veo sus labios rojos de tan largos, intensos y apasionados besos que nos estamos dando, él muerde mi labio inferior y con sus dientes los estira y gimo, hecho mi cabeza hacia atrás y solo quiero que este momento dure toda la vida. 

Diego se para para quitarse los jeans, pero antes de que lo haga sostengo sus manos y niego con la cabeza, el frunce el ceño confundido y me levanto para quedar de frente, suelto una visita. 

-Ahora es mi turno, ¿No crees? 

Lo veo reprimir una sonrisa y pongo los ojos en blanco 

-Como usted diga muñequita. -dice muy pícaro y me da un casto beso

Comienzo a pasar la punta de mis dedos por sus hombros, de un lado a otro, su respiración se hace mas acelerada y eso me gusta. bajo hasta su pecho y su abdomen, me acerco para darle unos pequeños besos y él cierra sus ojos y siento su cuerpo vibrar entre gruñidos de excitación. con mis manos en su pecho hago que nos giremos y lo tiro hacia el sofá, él cae y se ríe echando su cabeza hacia atrás, me coloco en ahorcajadas de él -Llevo un vestido puesto, que bueno que compre algunos- trato de quitarme el vestido pero se me hace casi imposible, siento las manos de diego tratando de ayudarme, aun tengo el vestido tapándome la cara y me muero de la vergüenza, se que se  esta riendo... 

-Puedo ayudarte si quieres... 

-Por favor -digo en voz baja, casi como una suplica. -Y ya deja de reírte o no cogeremos ahora 

-Bien, hecho. Como usted mande Capitán. 

Me saca del vestido y todo mi cabello queda desordenado. Me paso y me pongo de espadas a él, comienzo a quitarme el bra y él para a mi lado roza las yemas de sus dedos por mis hombros y dejo caer el bra al suelo, Diego me gira y se me queda viendo, siento un poco de vergüenza y nos besamos otra vez, besa mi cuello y sube hasta el nódulo de mi oreja sin dejar de darme besos, baja por mi cuello y continua besando hasta llegar a mi pecho, chupándome un seno y luego otro, jugando con su lengua y mis pezones. Siento mi entre pierna muy húmeda y esto de verdad es muy excitante, pero recuerdo que tengo que hacer algo mas. 

Llevo mis manos hasta sus jeans y le quito el botón y bajo el cierre, en un intento de bajárselos Diego, mi Dios griego, me tira al sofá y él mismo termina la tarea que yo comencé. Ahora solo tengo puestas mis bragas y él sus boxer, mientras nos besamos siento su mano descender por mi cuerpo hasta mi entre pierna, su dedo roza mi clítoris y  yo gimo. 

Con su mano baja mis bragas y quedo totalmente desnuda, apresuro mi mano para ayudarle a quitar su ultima pieza interior y así ver su erección liberada, me muerdo el labio de solo verlo. 

-Ah! Pau, no tengo preservativos... 

Tengo cara de Poker Face de coger a Diego y matarlo, acaba de matar mis ganas y juro que... 

-Amor, no podemos -Dice cuando ve que no suelto ni media palabra 

Me rió a carcajadas.

-Esta bien, no queremos cometer ese error tan jóvenes y pues habrá otro momento. -le digo

-Nos vamos, lo siento -ríe- Pero contigo me desespero, que tienes enloquecido, que me has hecho. 

-Hace mucho días que me pregunto lo mismo. -Recuerdo la fotografía que vi en su cuarto y se me nubla todo.-

Nos vestimos y salimos agarrados de la mano, con él a mi lado las cosas con tan distintas pero a la vez empiezo a abrumarme y no se que esperar. 

-Paula, muñequita, ¿estas bien? 

Diego me saca de mi ensimismamiento. 

-Estoy bien, solo que... Tengo hambre -Miento- 

-Si, yo también... ¿Que quieres comer? 

No quiero comer nada, me siento mal pero tampoco quiero reclamar cosas que no se, cosas las cuales no tengo derecho a meterme. 

-Pizza... 


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⏰ Última actualización: Aug 20, 2015 ⏰

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