Capitulo 8

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- ¡No tía Gertrudis! - La maldita se quería comer toda mi pizza, siempre pasaba eso cuando venía de visita.

- Amanda...

-¡Mi pizza! - De nuevo desperté, estos dos últimos sueños, deben ser el karma de haberle hecho pasar una muy mala noche al pobre de oscuro.

- Tienes que ir al colegio - Me reto William

- El colegio es para los tontos - Me tape con la colcha

- Adam, estará ahí - Me susurró

- ¡Cierto!

- ¿Cierto? - El maldito ente levanto su ceja ¿Cómo puede hacerlo?

- Digo, Josh, estará ahí - Maldito William-

- Aunque lo niegues, tus ojos te delatan.

- ¿Qué? Deja mis hermosos verdes en paz - William rodó los ojos

- Los tienes marrones y es verdad, tus ojos se iluminan de la misma forma que cuando ves pizza.

- La pizza es vida - Me encogí de hombros.

- Como sea, creo que seguirás negando que te atrae demasiado "pompis de bebé", tenemos que ir con el reverendo Fresh.

- ¿Por qué tenemos que ir con ese borracho?

- Mandy...

- El maldito debe estar en las Vegas gastándose la limosna de "hermosolandia" - Me quedé callada durante unos segundos - Me agrada el borracho - William dejó de lado su postura de "papá jodedor" e hizo una mueca, de esas cuando recuerda su época de jodido libertino.

- Quiero ir a las Vegas - Dijo de pronto

- Pues ve...

- Sabes que no puedo estar muy alejado de ti.

- ¿Por qué? - William, soltó el aire con exasperación ¿Puede respirar el muerto?

- El maldito borracho ya te lo había explicado.

- No lo recuerdo.

- Por supuesto que no, estabas pensando en follarte a "Josh pene pequeño" en el altar, bajo los pies de Jesús.

- ¡Alabado sea Jebus!

- Ahí vamos de nuevo... Fred, vayámonos, en lo que la "madre Teresa de Calcuta" deja de blasfemar - Fred, salió del otro lado de mi cama, mientras refunfuñaba sobre que si hubiera estado en el inframundo eso no pasaría.

Como sea...

***

Por alguna jodida y extraña razón, este día mientras caminaba a la prisión, no iba pensando en el culo de Josh Dale, hasta pronunciar Josh Dale, era normal, solo era Josh Dale, no más suspiros de gorda oprimida.

- Te digo que esta extraña - William iba unos pasos atrás de mí, conversando con Fred... ¿Por qué un demonio se llama así? Esperaba que su nombre fuera algo más macabro.

- ¿Podrían dejar de hablar a mis espaldas? - Paré mi caminata y me volví hacia ellos.

- Tienes razón - Dijo William muy serio.

- Gracias - De pronto se pusieron unos pasos enfrente de mí.

- Como te decía querido amigo Fred - ¿En serio? - Hoy no ha pensado en follarse a Josh Dale en medio del patio, debe pasarle algo realmente extraño.

Decidí ignorar al par de imbéciles, mientras el sonido de una moto, hizo que volviera, ahí estaba, el más suculentos de los traseros, el sol daba en el ángulo perfecto como para hacerlo parecer un Dios griego... ¿Qué demonios? ¿Acaso la jodida Meyer esta relatando?

- ¿Otra vez con Meyer? - William me observó con recelo

- Tú tienes la culpa, por haber robado el jodido libro de Rae pensando que era su diario.

- Lo sé, aún tengo pesadillas con vampiros brillantes - William se retorció como gusano al recordar aquello... ¿Quién no lo haría?

- Hola Mandy - Y como si fuera un ridículo comercial de Hugo Boss, lo vi acercarse, solo faltaba que me follara en su moto - ¿Mandy? - Adam pasó su mano frente a mí.

- Lo siento ¿Que decías?

- Que no te puedo follar en mi motocicleta.

- ¿Qué? - Dije demasiado asustada

- Dije hola - Adam mostró su hermosa sonrisa.

- Creí... - Escuche la risa de William y el intento de Fred... Malditos - Olvídalo - Sonreí encantadoramente.

- ¿Estás sonriendo Amanda Dess? - Preguntó asombrado William

- No - Cambié por completo mi expresión.

- Eres hermosa cuando sonríes - Todos volvimos la mirada hacia Adam - ¿Por qué no sonríes más a menudo?

Adam, trasero de bebe, había tocado una fibra de mi insensible ser, baje la mirada, no iba a llorar en frente de un ente, demonio y un chico increíblemente caliente.

Strange GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora