Capítulo 2

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*¿Sabes?, estoy pensando seriamente en que deberías hacerte un tatuaje*

~¿Sí?, no me digas, ¿un tatuaje a lo tipo "No se me acerquen"?~

*Estaba pensando más bien en algo como: "Moriré sola llorando con un gato entre mis brazos", pero tu idea no me desagrada del todo*

~Entonces de verdad me crees capas de tatuarme~

*Lo has sido de auto lesionarte, no veo porque no*

~Porque las auto lesiones son más simples de hacer que un tatuaje y sólo cuestan lo que una navaja~

Las seis de la mañana y yo conducía camino a un hospital psiquiátrico de mierda con locos de mierda. Incluyéndonos a mis amigos y a mí.

Al llegar me registre y pasé con la misma tranquilidad de siempre.

El psiquiátrico en el que me atienden es algo complicado de explicar; lleno devigilancia, camaras, doctores, gente con gafetes de visitantes, una zona para los dementes, una para las personas que solo van a citas y luego la gente como yo, que no somos dementes, pero tampoco suficientemente sanos, nos hacen pruebas cada semana que pasamos aquí... Cosas que ni siquiera estando aquí se entienden. No estoy segura de cuantos pisos tenga el edificio, pero deben ser más de 20, en los pisos más altos se encuentras los pacientes que, como ya dije, llamamos dementes, en los niveles intermedios estamos nosotros, los que estamos locos, pero no tan locos, y en los pisos más bajos, los pacientes que vienen a su cita mensual, los documentos, cosas así. Esas serian las tres áreas principales, por así decirlo; área alta, media y baja. El dueño, administrador y todas esas cosas importantes es un psicologo, psiquiatra, psicoanalista (o lo que sea) bastante reconocido en el mundo de los hospitales mentales y esas cosas. Su nombre es Franklin Byrne y parece saberlo todo sobre todos los pacientes del psiquiátrico, que no somos pocos, obviamente. Es realmente reconocido en el país y se está ganando su fama en Europa, principalmente desde que comenzó a atender a la hija del señor Dark (desearía no ser yo, gracias a ser su hija, todo el mundo sabe que estoy enferma).

No sé mucho sobre las otras dos áreas, pero en mi área soy toda una experta. En mi caso, se me hacen citas según mi avance en las anteriores, por ejemplo: el mes pasado estuve una semana y vieron un claro descenso en mis análisis (me hacen análisis todos los jueves que estoy en el psiquiatra, por lo menos es uno al mes), así que mi cita de este mes es para dos semanas (dos análisis) y el resultado dirá que tanto dura mi próxima cita.

Pero no es el mismo caso para todos y es ahí donde se pone interesante esta área.

Muchos pacientes aquí no estamos aquí porque hayamos querido o por haber venido a atendernos aquí, sino por selección de Frank, como Ritter, un chico alemán que tiene el mismo defecto que yo y, por tanto, somos compañeros de habitación y con esto seré clara en que Frank no nos pone prohibiciones como no tener relaciones dentro del hospital ni cosas así, al contrario, pues esto le ayuda a estudiarnos mejor. Somos algo así como casos especiales. En fin... Para personas como Ritter, que a pesar de no estar dementes, no están suficientemente sanos como para dejarlos salir (Ritter tiene el defecto un 40% más avanzado que yo) se han instalado pequeñas aulas de clases, gimnasios, cafeterías y cosas por el estilo.  En cuanto a las habitaciones, son más bien departamentos, no siempre son compartidos, algunas personas son puestas en departamentos más pequeños por distintas cosas en sus tratamientos, no estoy muy segura.

Así que, volviendo al tema, como hoy es miércoles, debo ir directo a mi aula de clases y entonces te presento a mis loquitos favoritos. 

Ritter, Edmundo y Danael se encontraban esperando ya.

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