Parte 2

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Volvía otra vez al planeta y dejaba mis pensamientos de lado, cuando volteo hacia donde se encontraban mis amigos y veo la manera en la que me están mirando, como esperando la respuesta a alguna pregunta que quizá hicieron.

-¿Qué sucede? ¿Acaso estás sordo?

- ...

-Preguntamos si querías ir de salida en la tarde con nosotros.

-Si, bueno... Hoy no tengo ganas de salir.

-Muy bien, tú te lo pierdes.

Tengo que admitir que me hubiese gustado acompañarlos, usualmente pasamos muy buenos momentos juntos haciendo cualquier tipo de locuras, como buenos amigos que somos. Pero ese día mi mente no estaba del todo centrada como para compartir con mis amigos, me encontraba un poco estresado por las evaluaciones que se encaminaban y a pesar de no estresarme regularmente por el resultado de las mismas, mantenía -siempre que pudiese- mi cabeza libre y relajada. Pero no eran solo las evaluaciones, al parecer me encontraba en esos momentos en que solía dedicarme a pensar más de lo necesariamente normal, y el artífice de muchos pensamientos era precisamente ella, quien más de una noche, por no decir todas, se convertía en mi musa.

Siempre que pensaba en ella solía dedicarme en crear algo que nunca supe exactamente como clasificar; si como poesía, como canciones o como simple escritura. Aunque siempre por muy difícil que se hiciese para mí, debido a mis bloqueos mentales momentáneos, buscaba que existiese cierta métrica y rima.

En muchas ocasiones se los mostraba a ciertas personas para saber sus opiniones -obviamente nunca les comentaba que yo realizaba éstas escrituras- y ver si era un buen material, de agrado para muchos, o era simple basura lírica.Normalmente decían que estaba basado en temas bastantes comunes, como el amor, la ilusión, el enamoramiento, y este tipo de cosas. Más sin embargo terminaban afirmando que era interesante y llegaba a gustar casi siempre.

Por supuesto, teniendo a una musa como lo era ella, las líricas que afloraban de aquellas noches de insomnio no eran algo que se pudiese pasar por alto. Ella es, creo yo, la mejor musa que cualquiera pusiese tener o imaginar siquiera. Todo su encanto creaba, a mi parecer, no solo las mejores líricas, sino además, la mejor sensación de deseo que se pueda tener de alguien.

Esclavo de mis pensamientos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora