Parte 4

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Otro día más ha pasado, y una vez más pienso que quizá no disfrute ese día como si fuese el último, como todos dicen. Pero más agobiante que eso, era a mi parecer, el no haberla visto aquel día. El no verla para mí era como privarme de oxígeno, meramente verla me reconfortaba y me daba una razón más por la cual levantarme todos los días y cumplir con mi rutina diaria, la veía como mi ángel de la guarda, que a pesar de no tener mucho contacto con ella, podía sentir una especie de conexión, la cual pareciese decir que el que nos hayamos encontrado en un punto de nuestras vidas era algo más que simple casualidad de la vida. No podía concebir el que no pasásemos el resto de nuestras vidas uno al lado del otro, pero una vez más, aquella frase hacía su aparición; nada es como quisieras.

Ya pasado unos meses había logrado acercarme un poco más a ella, no tanto como hubiese querido, pero el progreso aunque en pequeños pasos, lleva al éxito. Curiosamente empezamos a enviarnos mensajes de manera ocasional, encontrarnos cierto interés el uno al otro, compartiendo nuestras vivencias, gustos y disgustos. Al pasar del tiempo, las conversaciones eran más frecuentes y solían durar mucho más tiempo. Y mientras más conocía su pasado, más atraído me sentía hacia ella. Ya no era solo su mirada, su cuerpo, su cabello, o su sonrisa lo que me encantaba y me hacía sentir atraído, ahora se trataba de su historia, su pasado, sus pensamientos y creencias las que me hacían interesarme cada vez más en ella. Durante cierto tiempo intentaba conseguir alguna señal de que me dijera lo que pensaba o sentía por mí, obviamente, el poder encontrar aquellas dichas "señales" consta de una tarea difícil y al momento de que éstas florecían me era aún más difícil el poder interpretarlas. Pero incluso aquello me hacía sentir aún más atraído, el resolver acertijos, descifrar su comportamiento, sus palabras, sus actitudes, todo era como si estuviese creado para mí.

Generalmente se comportaba de una manera un tanto hermética, no dejaba escapar muchas cosas que pudiesen dar a conocer sus pensamientos más profundos, así como esos sentimientos escondidos bajo llave. Todo me daba a entender de que no quería llegar a ser lastimada, lo que me hacía pensar en que al final de todo, parecía una chica ruda, que aparentemente no le temía a nada, pero aún así, me daba cuenta de que era una persona muy sensible, llena de gracia y que merecía ser querida y apreciada.

A pesar de todas aquellas horas despilfarradas en chat, hablando de cosas tanto importantes, como inservibles, al momento de encontrarse frente a frente con ella, es como si no la conociera, como si fuese la primera vez que hablara con ella, lo cual era muy absurdo, ya que hacía más de un año que había iniciado nuestra amistad. Por suerte, y extrañamente lograba entender que era una persona muy tímida y que le costaba interactuar con otras personas. Esto para mí era simplemente maravilloso, podía entenderme sin siquiera tener que explicarle lo que pasaba por mi cabeza, una vez más se aproximaba aquella sensación de que seguro fuimos hechos el uno para el otro.

las vacaciones ya estaban próximas, y estaba muy eufórico por esto. Al fin llegaría un poco de descanso y liberación de todos los ajetreos que me frustraban durante mi lapso de estudio. Recuerdo haber despertado aquel día con una sensación que parecía ser buena, como si el universo estuviese de mi lado aquel día y me tuviese preparado una sorpresa.

Había llegado el final de mi estadía en el instituto, entonces el profesor señalo que ya nos podíamos retirar, como de costumbre espero a que todos salgan casi desesperados como si fuesen a quedarse encerrados en aquel lugar, incluso el profesor había salido entre aquella algarabía y desorden creado por mis compañeros. Ya estaban casi todos fuera del lugar, por lo que me levanté y me dirigí hacia la salida. Pero una extraña sensación hizo que me detuviera, como si algo tuviese que pasar en ese momento, y noto que ella aún no había salido y se dirigía hacía la salida donde me encontraba también yo. Lo que ocurrió después fue simplemente increíble, una sensación de que nada podría ser mejor en el mundo entero, no podía realizar ningún tipo de movimiento, no sabía siquiera si debía decir algo, solo me mantuve ahí parado sin hacer nada, tratando de hacer seguimiento sobre lo que ocurría. Era como si el tiempo se hubiese detenido, y finalmente me doy cuenta de que ella está ahí, abrazándome. Podría decir que fue el mejor abrazo del mundo, del universo, con un simple abrazo hizo que aparecieran en mí, miles de sentimientos, sensaciones, pensamientos... fue totalmente maravilloso y creó en mí la sensación más grandiosa jamás sentida por mí hasta ese momento. Durante el tiempo que duró aquel abrazo (que para mí fueron como minutos), pensaba en que ahí quería quedarme el resto del día, de la semana, del mes, de mi vida.

El poder sentir sus brazos alrededor de mí, mientras olía su perfume y disfrutaba de aquel momento me hicieron sentir como la persona más afortunada sobre la faz de la tierra, pero como todo momento, éste debía terminar. Ella simplemente dejó de abrazarme y se fue, sin decir ni una sola palabra. Una vez más, me dejaba impresionado, congelado y atónito con aquello que había ocurrido.

Esclavo de mis pensamientos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora