Parte 3

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Como de costumbre me había quedado despierto hasta muy tarde, cosa que no me terminaba de agradar, pues tenía que despertarme temprano en la mañana y el no dormir aunque sea 8 horas me terminaba perjudicando el resto del día. Finalmente luego de 3 alarmas y algunos pataleos logré despertarme y pararme de la cama (un paso importante y un gran logro cada vez que lo hacía, al menos así parecía para mí). Inmediatamente luego de pararme fuí en busca de un poco de agua, la cual era ya parte de mi rutina matutina. Luego de esto me dirijo al lavabo para cepillar mis dientes, mientrás estoy en realización de aquel movimiento circular y suave con el cepillo de dientes me veo al espejo y repentinamente llegan recuerdos de un pensamiento, que mas que eso parecía ser los recuerdos de alguna experiencia vivida, pero a la vez no recordaba haber vivido tal cosa. Unos minutos después, ya habiendo completado mi rutina, viene a mi una vez mas esos recuerdos, -¡Por supuesto!- exclame, todo era más claro en ese momento, había sido mi sueño de esa noche, y al intentar recordar un poco más aquello, veía más nítidamente lo que mi mente había creado aquella noche.

Recordaba que me encontraba en una playa, viendo fijamente el horizonte, y a la orilla del mar pude notar una imagen borrosa, y para apreciar bien aquello que no sabía que era, me acerque lo suficiente. A medida que me acercaba notaba como se formaba aquella silueta, la cual parecía conocida, unos metros más cerca y su rostro era más notable, llevaba un vestuario bastante peculiar, algún tipo de pantalón de tela muy fina que llegaba hasta sus rodillas y en la parte superior una manta que parecía ser del mismo color. Además, su cabello, muy largo suelto y ondeando por el resultado de la brisa creada por las olas chocando y encontrándose de manera un poco brusca pero fluida con la orilla, todo parecía perfecto. Al acercarme lo suficiente pude notar su rostro, (y si, tal como imaginabas, era ella.) una vez más, incluso de mis sueños la veía, incluso en ocasiones pensaba que había realizado un hechizo en mí, pues invadía mis pensamientos con una frecuencia que no creía que pudiera ser normal.

En un punto que me detenía, y me quedaba viendo fijamente sus ojos, los cuales cada vez que veía me hacían sentir frágil y débil, como si me desarmaran, a la vez que veían dentro de mí y notaban aquello en lo que fantaseaba. Sus ojos eran como ver una puesta de sol, pues podías notar una cálida sensación, te hace sentir seguro pero pequeño ante todo lo que mostraban, amor, pasión, virtud, cariño, valoración, entre un millón de cosas más que simplemente no tenían explicación.

Poco a poco me iba adentrando en sus ojos, mientras todo a mi alrededor desaparecía... y en ese momento, ¡Bum! Noté que entonces había despertado, justo después de aquella experiencia. Luego de recordar todo aquello una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro e hizo que esa mañana fuese agradable, simplemente alegro mi día, que apenas empezaba.

Una vez ya estaba en el instituto intente encontrarla, aunque no iba a hablarle, debido a que nunca sabía que cosas decirle, pensaba en decir tan solo un "hola", pero incluso esa simple palabra me era difícil de pronunciar cada vez que estaba a su lado.

Hacía mucho tiempo que transcurrió y no la veía, hasta que una persona me dijo que no se encontraba en aquel lugar y además no iba a presentarse ese día, cosa que me desanimó porque quería verla y así recordar aquel sueño que tanto me había gustado, pero supongo que nada es como quisieras, y es aquí donde mi razonamiento salía a flote, dando hipótesis y suposiciones sobre teorías creadas a partir de la simple imaginación de un ser común como todos los demás... aunque para ser sincero nunca me creía ser parte de este entorno, este mundo o siquiera de este universo. Tendría que realizar conjeturas sobre cosas que normalmente las personas solo evaden. Y al momento en que vino esa frase a mí de "nada es como quisieras", pensé en que solo era una medida adoptada por los individuos para afrontar situaciones de disgusto que simplemente eran parte del vivir. Es como si las personas buscaran en todo momento echar la culpa de lo que les pasa a cualquier persona u objeto, como queriendo librarse de toda presión que termine recayendo en su consciencia y recordándole de que todo es su culpa. Siempre he opinado que cada uno de nosotros tiene el control sobre decidir lo que está bien y lo que está mal va más allá de lo que la "sociedad" pretende inculcarnos desde que abrimos los ojos por primera vez.




























Esclavo de mis pensamientos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora