Uno

68 5 0
                                    

 —Bien aquí voy, pon atención... Es un honor estar aquí para mí y poder compartir este acto con ustedes, pero lamento decirles primero que todo que yo, yo... yo ¡estuve en prisión!

 —¡Graham! —interrumpió mi amiga Darlyn— ¡no puedes decir en tu discurso de graduación que fuiste a prisión!

 —Pe, pero fue todo tu culpa por involucrarme en todo y mi culpa por confiar en que esta vez te habías liado con un buen chico.

 —Bueno quizá no era un chico del todo bueno —se excuso Darlyn— es decir si tomaba un poco y consumía algunas drogas pero fuera de eso era muy sano y correcto.

Ilusa con todas las letras —pensé—, ¿como yo podía terminar enredada en estos asuntos?, jamás lo entendí sin embargo jamás se lo dije a Darlyn a fin de cuentas nunca digo lo que pienso.

 —Ese no es el caso, sigue sin tanto drama.

 —Imposible, el drama está en mi —Aclare volviendo mi mirada al discurso.

Después de reintentar de escribir un exitoso discurso con Darlyn, que claro esta no tuvo mucho éxito, y pensar en qué pasaría si por primera vez hubiera pensado en mi bienestar y no en las cambiantes emociones de mi mejor amiga. Aunque como suelo hacerlo, trate de calmarme cortésmente como suelo hacerlo "La felicidad de tus allegados más queridos, es tu felicidad Graham"-pensé.

 —Bien cariño, esto no está dando resultados, al menos no buenos y se está haciendo tarde.

 —Tienes razón, será mejor que me marche —Dije apoyando mi cabeza en mi palma un poco cansada.

 —¿Estás bien? —Me miro como si supiera lo que estaba pensando.

 —Sí, tranquila –Mentí.

Llegue temprano a mi casa y gracias a Dios mi madre no estaba, me gustaba tenerla sola para mi aunque ni salía de mi habitación, me sentía más cómoda. Traje algo o más bien, mucho para comer y me dispuse a pasar otra "genial" tarde viendo la tele.

Más tarde ese día mi madre entro a mi habitación mientras me colocaba la pijama de conejos con sombreros que ella compro para mi sin siquiera preguntarme.

 —Recuerda que mañana iremos —Dijo mi madre.

Asentí, sin darle mucha importancia al asunto, porque todas las consultas al médico eran lo mismo. Desde que tengo 7 años que papa se marcho, he estado despertando exasperadas por las noches, sintiendo un gran hoyo en el pecho. Mi madre dice que es cuestión de la "adolescencia", por que para ella incluso, que el calentamiento ambiental es causa de eso.

Esa noche tome mis medicamento recetados para dormir "cómodamente" y si surtían efecto no me despertaría a media noche, al menos eso aseguro el doctor.

No despertaba era claro, por algo el doctor tenia tantos títulos en su consultorio, jamás se equivocaba en cuanto a medicarme y a hacerme sentir un experimento se refiere, pero hay algo que ni los doctores pueden contra ella, y es una mente inestable. Empecé a notar que solo me sentía mejor cuando dormía, no cuando despertaba o si quiera antes de dormir. Si no, solo en mis sueños donde, aunque no pasaba nada, no estaba consciente, y así sería mejor, no sentir nada. Aunque todas las mañanas despertaba con un gran vacío y ganas de no hacerlo nunca más; pero un poco de nostalgia no puede impedirme mis estudios y mi vida "normal". 

Al despertar me aliste como todos los días, con mis jeans negros y mi camiseta de lana que me había regalado la abuela en mi cumpleaños. Podía elegir entre tener más estilo a la hora de vestirme por las mañanas o dormir un poco más, pero, que creen, últimamente me está encantando dormir.

Mi madre se había ido a trabajar así que tuve que asegurarme de cerrar la casa yo misma. Al llegar al instituto que estaba difícilmente lejos de mi casa y eso me daba oportunidad de dormir en el camino me encontré con Darlyn quien estaba con Danna sentada en el pasillo.

No me había acercado bien, si quiera sentado cuando su emoción hablo por si sola.

 —¡He Graham! —Dijo Darlyn con mucho entusiasmo— ¿Vas a la fiesta que organizara Rayan? No puedes faltar es nuestra oportunidad para conocer gente y aumentar nuestro triangulo social.

 —Vaya ya Darlyn, suenas como una nerd desesperada por tener amigos... —Dije sentándome a su lado.

No me percaté de mis palabras en ese momento, pero me vasto con ver la cara que me lanzo Danna al momento.

 —Bueno, a lo que me refiero es que, no es necesario ir o ¿sí? Yo paso.

 —Vamos Graham, tienes que ir, si no vas, no podremos ir nosotras—Dijo Danna— sabes que tu mama siempre nos lleva.

 —Hazlo por nosotras —añadió Darlyn.

No quieres Graham, si no quieres no tienes que hacerlo escuche dentro de mí.

 —Ok!-dije- que tan malo puede ser ¿no?

¿Es en serio Graham?, piensa en ti, me dije.

 —¡Genial! Pasaremos por tu casa, de seguro tu bondadosa madre nos podría llevar —Insinuó Darlyn.

Esa tarde después de clases, me devolví pensando en que aunque sería una de esas fiestas en las que soy arduamente insignificante podría pasar algo diferente, aunque si eso es lo que espero eso no es lo que pasara, las cosas llegan sin planearlo y yo lo estaba haciendo, sería mejor ir sin expectativas y a ver qué pasa, si quiera gozar de la comida.

Solo quería decirle, adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora