Seis

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La mañana siguiente me levanté antes de que sonara mi atormentadora alarma, con un impulso de ir a la escuela que no había sentido antes, lo cual pese a mi vagancia de todos los días y las pocas ganas de ver a toda a esa gente me sorprendió y aterrorizó un poco. Vi mi celular y mi vi un último mensaje de Dante que tomándome desprevenida me hizo sonreír sin notarlo

Cuando llegue al instituto sentí como la pereza se posaba en mí de nuevo y eso, aunque suene raro, me reconforto. Al sentarme en medio de Danna y Darlyn no pude evitar su conversación, apenas y me saludaron para luego seguir con su platica. Una vez se callaron, reflexione un poco sobre si contarles de mi conversación con Dante, pero que va, tenía que decirle a alguien y dado a que no hablo con mas nadie... ¿Quién mejor que mis amigas?

 —Escuchad gente de poca fe —levante la palma de mi mano, recta frente a mi nariz haciendo anuncio de lo siguiente -tengo un nuevo amigo -Solté.

Se giraron hacia mí con los ojos abiertos como platos.

 —¡¿Cómo?! —Canturrearon al mismo tiempo.

 —Conocí a un chico (es una larga historia), y pues, tengo su número de teléfono y conversamos en la noche, eso significa que somos amigos ¿no?

 —¡Espérate! —Dijo Danna— ¿Hasta qué hora hablaron?

 —12:30 am, creo, no estoy segura —Dije dudando.

 —Son más que amigos —Interrumpió Darlyn.

 —¡Es amor, es amor! —Canto golpeando sus rodillas Darlyn, Danna la siguió.

 —¿Qué? ¡No!, amor mis pantalones —Tome mi bolso poniéndome de pie—No debí decirles nada.

 —Vale vale, te creemos, pero te acordaras de nosotras —Dijo Danna lanzándole una mirada de complicidad a Darlyn.

Y comenzaron de nuevo.

 —¡Amor, amor!

Semejante tontería, dije para mis adentros, marchándome hacia la próxima clase, con ese dueto de "coristas angelicales" detrás de mí.

Ese día en la tarde, haciendo los deberes de la casa, con mi cabeza metida bajo la mesa, limpiando las telarañas por el poco uso que tenia, recibí una llamada, escuche lejano Gentleman de PSY, tarareé por un momento el sonido de la canción, cuando caí en cuenta que era una llamada, entonces me levanté rápido y golpee mi cabeza con la mesa, mareada por el golpe, contesté.

 —Auch... digo Graham, habla Graham —Dije confundida.

 —¡Chica taco auch! —Anuncio Dante del otro lado de la línea.

 —Contigo uno no se puede equivocar —Me lamente.

 —No seas tan dura, ¿Cómo estás?

 —Mareada.

 —Bien, confuso pero bien, ¿crees que para mañana lo estarás?

Sonreí sin respirar, para disimular lo que estaba pensando que venía.

 —No lo sé, espero que no, ¿por? —Afinque en tomo en la última silaba.

 —¿Querrías acompañarme a comer?, un taco, como los viejos tiempos, quizá —Dijo con su tono más sereno.

Sonreí de nuevo, guardando silencio, satisfecha por la invitación.

 —Si me agenda de "taco muy ocupado" está disponible...

 —Tomare eso como un sí —Dijo riendo.

 —Entonces eso es lo que es —Concluí.

Pasé el resto de ese día sin poder apartar la imagen de Dante y yo almorzando juntos, no sabía que estaba pasando conmigo jamás una idea duro tanto en mi cabeza, quizá porque era la primera vez que salía con un chico, o porque, en el momento, no había nada más que me alejara de mis seguidos pensamientos desolados. Solo esperaba tener algo de qué hablar cuando eso sucediera, aunque para mi sorpresa y agrado, solo bastaba decir lo que se me pasara por la mente, para entablar una conversación agradable con Dante, el me entendía, y eso lo notaba fácilmente.

Esa noche, antes de dormirme, me envió un mensaje dándome a saber la hora y el lugar en donde nos veríamos, pero se convirtió en una charla de tres horas que dejo cansada mí vista y aparentemente, la suya.

Sentí una luz molesta en mi cara y una voz como al final de un túnel que se escuchaba más clara cada segundo, haciendo esfumar mi paz de sueño.

 —Cariño, hoy tenemos que ir al doctor —Dijo mi madre corriendo las cortinas

 —Mama, es sábado.

 —Pero es una cita especial, arregle que te hablaras con un psicólogo.

 —No mama, estoy bien —Dije de inmediato, recordando mi almuerzo con Dante.

 —Pero cariño leí por ahí que has estado sintiéndote algo sola de nuevo.

 —¡¿Qué?! —Mi sueño se espanto de un golpe— ¿Cómo sabe mi madre lo solitaria que es su hija?, ¡que horror! si yo fuera una madre, no quisiera que mi hija se sintiera de ese modo, me cuestionaría mi trabajo como madre, pero, al punto Graham.

 —¿Donde leíste esa tontería mama? ¡Momento! ¿Has estado husmeando en mi Pc? —Pregunte incrédula.

 —Que va hija... bueno quizás un poco pero, es que llegue ahí por casualidad, estaba buscando algo del banco.

 —¡Oh claro! el banco y mi vida privada —Me envolví completa de nuevo con las sabanas.

 —No armes tanto lio, es por tu bien Graham —Dijo subiendo el tono.

 —Bien mama, no quiero ir, ya me siento mejor —Dije por debajo de las sabanas.

 —¿Estás segura? ¿No tratas de alejarme de tus problemas solo para no hacerme sentir preocupada?

 —Estoy más que segura mama por favor no me obligues.

Mi madre vaciló un momento la respuesta pero finalmente acepto dejar el tema ahí, me descubrió la frente, la beso y se fue.

De verdad que yo le mentía, esta vez no. Ya porrazones que desconocía no seguía teniendo ese solitario pesar que ni mis amigaspodían apaciguar y que de momentos me hacia querer gritar; ahora mi mentedivaga manteniéndose, no hacían falta consultas o terapias, si quieramedicamentos, solo era cuestión de... tener a alguien con quien llenar misnoches...






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BreatheAway:)



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⏰ Última actualización: Jul 04, 2016 ⏰

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Solo quería decirle, adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora