Dos

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Me aliste esa noche de la "gran fiesta", mi madre me aconsejo un vestido negro que según ella combinaba con mis ojos en la oscuridad. Claro mama, todo se ve negro en la oscuridad, deja de buscarle encantos a cosas tan simples e insípidas como mis ojos. Me maquillo un poco y como todos los días me dijo "estas hermosas" y como casi siempre, yo no lo sentía así.

Pasamos por Darlyn y Danna y nos dejo frente a la casa de Rayan.

 —Bien chicas, nada de alocarse, nada de contacto físico, nada de alcohol, nada de comida que venga de extraños —Exigió mi madre sin quitar los ojos del camino.

 —Si quieres nada de respirar mama —interrumpí sarcásticamente solo para enojarla.

 —Bueno entendieron mi punto, las quiero, que se diviertan.

Llegamos a la sala, Danna y Darlyn miraban alrededor de todas esas personas como si hubiesen entrado a la fábrica de chocolates de Willy Wonka, yo solo buscaba un lugar cómodo para sentarme y poder comer algo.

Pasaron las horas y yo seguía en aquel alejado mueble golpeando mi rodilla al ritmo de la música.

 —Oye Graham, ¿podrías bailar con ese chico? —Pregunto Darlyn— es que quiero que su amigo se quede solo para poder acercarme a él, ¿harías eso por mí? ¿Poooor fiiii?

Cerré los ojos e inhale un poco de aire para resignarme.

—Claro, que ha de ser tan malo.

No, no es malo, es ¡malísimo!, este tipo no sabe bailar y yo, bueno, una persona en silla de ruedas baila mejor que yo. 

Le dije al chico que necesitaba ir al baño pero salí corriendo al patio trasero a tomar un poco de aire fresco, o al menos eso es lo que dicen, no sé porque le dicen así, solo era aire de afuera y ya, pero en fin. Me senté en el pasto, había pocas personas, pero no importaba si había muchas o pocas, podía estar en un estadio olímpico y seguirme sintiendo como si fuera la única persona en toda la tierra, pero eso estaba a días de cambiar. 

Mire mi celular, ¡rayos! Es muy temprano para usar la hora como excusa para irme, así que tendré que recurrir otros métodos. Entre de nuevo a la fiesta, tropecé con un chico ligeramente más alto que yo lo mire con cara de desagrado poco sutil a mi parecer.

 —Lo siento, no suelo ver bien con tanta oscuridad.

Llevaba gafas y una camiseta de mi banda favorita.

 —¿Avenged Sevenfold? –Alzando un poco mi tono de voz.

 —Sí, una de mis bandas favoritas pero no una respuesta a una disculpa —Dijo bromeando.

Lo mire extrañada y maravillada a lo que él solo me sonrió.

Todo se corto cuando vi me vio Darlyn y empezó a llamarme fuerte.

—¡Por aquí cariño! —Alzando su brazo derecho como queriendo darle señales a un avión a punto de aterrizar.

Volví a la realidad y recordé de nuevo porque la buscaba. Entonces me aleje de ese extraño momento y me acerque a ella.

 —Mi madre se fracturo un dedo y me ha dicho que vuelva a casa para ayudarla a lavar algo de ropa—Me excuse con un poco de inseguridad

 —¿Lavar?, ¿A esta hora? ¿Quieres irte cierto?

 —See -Dije con toda sinceridad.

Llegue a casa y me arroje a la cama, cuestionándome a mi misma ¿Cuándo mi vida dejara de ser así? A caso no puedo disfrutar de una adolescencia normal, pensar y divertirme como lo hacían los demás. No, yo siempre tenia que exagerarlo todo sintiéndome mal pero para ser sincera esos lugares solo me llenaban de una soledad inexplicable y no sabría el porque. Siempre había escuchado que ser diferente era bueno en y toda esa cuestión de la autoestima, pero si sentirme así era el precio de ser "diferente" yo prefería una y mil veces ser una persona normal y entendible.

Esa noche como todas, me costo dormir pero finalmente lo hice.


¿Les gusto? :$ e.e


Solo quería decirle, adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora