Esa mañana, Elena se despertó más temprano que de costumbre. Su madre la esperaba en la cocina, había preparado un tazón de leche.
-Buenos días hija, ¿Dormiste bien?-le preguntó su madre a Elena.
-Sí...-respondió ella, tenía el pelo todo revuelto y los ojos entrecerrados, parecía que estaba a punto de caer rendida encima de la mesa.
Elena era una chica bastante delgada y bajita, con una cara sonriente y cálida, de un color entre pálido y moreno, ojos verdes y precioso pelo rubio. Ese día llevaba puesta una remera azul que enseñaba el hombro, unos vaqueros blancos y unas bailarinas negras.
-Elena, ¿Estás emocionada por qué comiencen de nuevo las clases?-cuestionó su madre con gran interés.
-Sí, mucho-respondió ella con sarcasmo.
Terminó de desayunar, se montó en la bici y se fue hacia el instituto. En la entrada se encontró con Castiel, Lysandro y un chico nuevo al que no había visto nunca.
-¡Hola chicos! Em... ¿Quién es él?
-Ah, este chico... Es Kentin, un alumno nuevo-le sonrió Lysandro.
-Encantado, un gusto el conocerte...
-Elena-le respondió, en verdad le pareció un chico bastante guapo.
-Ah, Elena... Bonito nombre. Bueno, pues espero que volvamos a hablar, Elena...-le sonrió apartándose un mechón de pelo de los ojos.
Se marchó, y Elena quedó mirando embobada el camino por el que él se fue hacia la puerta del instituto... Lysandro y Castiel notaron su torpeza y la sacaron de su ensoñación.
-¡Ey! ¿En qué piensas, Nancy?-dijo Castiel con una sonrisa burlona.
-¡Te he dicho un montón de veces que no me llames Nancy!-le contestó ella enfadada.
-Vale, vale... Lo tendré en cuenta a la próxima. Por cierto, ¿Hoy te saltarás las clases? ¿Te escaparás conmigo del instituto mientras estén en clases como solemos hacer?
-No. Hoy es el primer día, y no quiero cargármela... Ya somos mayorcitos, hombre...
-Eso es, Castiel... Ten un poco de sentido común...-dijo Lysandro regañándole.
-Vale, vale... Lo decía porque el nuevo se apunta... No sé si te interesaría, Elena...
-¿El nuevo se apunta?-preguntó ella extrañada-bueno, que se le va hacer... Tendré que correr el riesgo para no dejar al nuevo solo contigo, si le dejo solo contigo estará en peligro de extinción.
Castiel sonrió, y Lysandro se llevó una mano a la cabeza, disgustado. Lysandro se volteó a ambos y se puso a regañarles, como solía hacer, y los dos ignoraron sus regañinas. Sonó la campana que indicaba el inicio de las clases, y Castiel y Kentin, con cuidado de que nadie les viera, saltaron el muro que separa el instituto de la calle. Después saltó Elena, y Kentin le tomó la mano para ayudarla a mantenerse en pie tras el salto.
-Déjala, Kentin...-le espetó Castiel-ella saltó esta verja un montón de veces, sabe arreglárselas solas.
Elena le dirigió una mirada cortante y Castiel la ignoró, esbozando una amplia sonrisa.
-Es evidente que todas las rubias son malvadas...-se burló Castiel de ella.
-¿Y aún lo dudas?-le dijo Elena, para sorpresa de ambos chicos.
Salieron corriendo de allí, hasta llegar a un callejón al que antes Elena y Castiel solían ir cada vez que se escapaban de las clases, era un lugar tranquilo con un local en el que Castiel podía fumar sin problemas, y beber el alcohol que quisiera, pues allí todos eran fumadores y bebedores. Entraron en el local, y Kentin observó su entorno, un entorno en el que había jóvenes fumando y bebiendo alegremente... Castiel fue a pedir una bebida alcohólica a la barra y encendió un cigarrillo. Kentin y Elena se apartaron de él.
-Oye... A mí esta clase de locales no me gustan mucho-musitó Kentin para que no lo oyese nadie.
-¿Y por qué no?-le preguntó Elena.
-Bueno... A mí no me gusta fumar ni beber, ¿Acaso a ti sí?-siguió hablando-Creo que fue un error venir con vosotros... Me marcho.
Cuando Kentin se disponía a marcharse Elena le tomó la mano y le impidió su marcha.
-¡Espera...!-le retuvo ella.
-¿Qué quieres? Yo creía que eras una chica pacífica y amable, pero eres una chica despreocupada que solo le importa fumarse un cigarrillo y escaquearse de las clases-le soltó él enfadado.
Elena soltó una lágrima. No se esperaba que Kentin fuese así, que fuese a hablarle de ese modo... En el fondo él era como Castiel, aunque no quisiese aparentarlo y quisiese escapar de aquel local. En realidad, Elena era una chica muy sensible por dentro, no una chica ruda que no le importa lo que ocurre a su alrededor. Kentin pareció darse cuenta de su tristeza que se arrepintió de sus palabras.
-Oye, lo siento... Es que lo que me ocurre es que me pone muy nervioso que la gente fume a mi alrededor-dijo él.
-Ya lo veo... Te rebajaste al nivel de Castiel, que se pasa el día rodeado de fumadores.
-Si quieres continuar la conversación... ¿Podemos salir afuera?
-De acuerdo... Pero a mí me gusta el entorno de los fumadores, aunque no lo creas... Así que luego volvemos adentro.
Salieron del local, y se sentaron en una esquina junto a la puerta. Todo allí en la entrada era oscuro, solo se veían contenedores de la basura llenos a rebosar, con bolsas que ya no cabían en su interior, esparramadas por el suelo. Cuervos picando en las bolsas de basura, ya que algunas estaban rotas. No era un ambiente muy agradable, la verdad... Pero allí la tranquilidad reinaba, pocas personas se atrevían a pasar por ese callejón.
-Bueno... ¿Qué te parece si me cuentas algo de ti, Elena?
-Pues...-Elena se quedó pensativa un momento, pensando que podría contarle al castaño sobre ella-Tengo 16 años, igual que tú, soy hija única por lo que siempre me han dicho que estaba muy mimada aunque eso no sea cierto, me gusta todo lo que tenga que ver con la rebeldía adolescente y... Poco más. ¿Y tú?
-Bueno, pues yo...-miró al cielo y volvió a bajar la cabeza-Antes no tenía para nada este aspecto... En mi antiguo instituto, me llamaban "el niño nerd". Esto es muy duro para mí contarlo, pero proseguiré. Todos se metían conmigo por mi cabello en forma de taza y mis enormes gafas, y sobre todo unas chicas que son muy detestables... Hasta que un día, mi padre cansado de que me dejase vencer por unas niñas tontas, me metió en una escuela militar, y así es lo que soy yo ahora... Juré venganza a esas chicas, y en cuanto encuentre el momento, me vengaré de ellas por haberme maltratado así.
-Debe de haber sido muy duro para ti...
-Ni te lo imaginas...
-No me puedo creer que ese fuese tu aspecto antes de ser como eres ahora.
Kentin sonrió algo entristecido... No le gustaba mucho recordar su oscuro pasado en el que solo era defendido por una chica a la que siempre había amado.
-Bueno... ¿Te parece si nos vamos?-preguntó Kentin.
-Sí, vayámonos... Castiel sabrá volver solo-le sonrió Elena.
Y se fueron por la calle abajo... Elena todavía recordaba en su mente la triste historia de Kentin, y de como podría llegar a vengarse al fin de esas chicas, cuando probablemente solo formen parte del pasado.
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Kentin~Mi mejor casualidad
RomanceEsta historia va sobre el romance entre una pequeña joven llamada Elena y chico nuevo del instituto: Kentin. Este misterioso chico pasó por varias fases de transformación, debido al bulling que le hacían por ser un nerd.