¿PACO?

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Cuando Paco salió del Kebab era completamente noche cerrada. Sería tarde, muy tarde pero Paco se sentía más rápido, menos torpe y más despejado. Parecía que los demás zombies también sentían lo mismo ya que transitaban el centro con más velocidad. Otro superviviente. Extrañamente, cada vez que Paco observaba cómo se comían a un superviviente, tenía una sensación que calmaba su odio y su rencor que se producía cuando lo veía correr. Era un sentimiento, cómo una especie de nudo en su estómago que subía hasta su pecho haciéndole entrar en cólera, pero aquella noche era distinto. Ese superviviente sólo fue mordido. Le arrancaron un trozo de la carne de las costillas y quedó allí tumbado. Se escucharon disparos y Paco observaba como los demás zombies caían fulminados. De repente algo familiar le llamó la atención. Era un olor en particular. Sus sentidos por la noche se habían agudizado, era capaz de escuchar y oler muchísimo mejor así cómo de moverse con mucha más rapidez y agilidad. Pero tomó la decisión correcta y no fue optar por saciar su curiosidad. Fue tirarse al suelo y permanecer lo más inmóvil posible. Un grupo de unas 7 personas se abrían paso a balazos entre los zombies. La ira de Paco se intensificaba pero de momento era controlable, se ve que todavía valoraba lo que se podría entender como una pseudo-vida. Permaneció sin moverse observando la curiosa escena. Aquel grupo de 7 personas compuesto por 5 hombres y dos mujeres habían acabado con todos los zombies que les rodeaban y se encontraban alrededor del herido teniendo, lo que parecía una especie de debate en el que se barajaban las posibilidades de llevarse al hombre herido con ellos o...Un disparo sonó. Al disparo le sucedieron unos gritos femeninos. Habían disparado en la frente al herido. Quien parecía ser su novia o su hermana entró en un estado de histeria el cual atrajo a más y más zombies. El hombre que poseía el arma más poderosa (un rifle de asalto que parecía del ejército) se quedó sin balas. Cada vez más y más zombies se acercaban y en cuestión de segundos acabaron con el susodicho. Los demás empezaron a fallar tiros, a ponerse nerviosos. -Aún no, aún no Paco- La segunda chica se acercaba a Paco que permanecía inmóvil en el suelo (al cual le costaba contener sus ganas de levantarse e ir a por ella) junto a varios cadáveres de otros caminantes. Los disparos de otro de los hombres cedieron ya que fue atrapado y posteriormente destrozado (literalmente) por tres zombies. Era el fin y el tobillo de la muchacha tocaba el brazo de Paco. Tras un enérgico agarrón, la mujer cayó al suelo y fue mordida por Paco en la yugular, lo que le provocó la muerte instantánea. -ESE HIJO DE PUTA ESTABA HACIÉNDOSE EL MUERTO- dijo uno de los hombres que estaban libre de marca (por así decirlo). Apuntó a Paco con el arma y este vio su fin. De repente 3,4,5 zombies salieron de la nada y acabaron con el joven. Las otras 3 personas que quedaban no duraron más de 5 minutos. ¿Eso que significaba?. Noche de atracón. Paco se agenció a la chica que había matado. Puede que las mujeres tuvieran poca carne pero tras haber probado carne de hombre y de mujer, la de la mujer, para su gusto estaba mucho más deliciosa. Y así lo notaba Paco en los demás zombies ya que el cadáver de la otra fémina estaba siendo disputado por decenas de estos seres cuando para los de los otros 6 hombres no había ningún tipo de altercado a la hora de repartir carne. Extrañamente nadie se acercaba al de Paco. Es cómo si hubieran respetado que la caza había sido suya y en verdad, la técnica fue digna de un campeonato zombie.

Esa carne estaba deliciosa. Paco no quería pasar el resto de la noche en la calle así que entró al primer portal que vio abierto y a la primera casa que vio abierta también. Aquella noche fue una noche de reflexión en la que terminó de aceptar la realidad que le había tocado vivir. Pero ahora, que rumbo tomaría su "vida"?. Se asomó por la ventana y observó cómo una superviviente caminaba asustada con un hacha en la mano pero sucedió algo que le dejó perplejo. Un zombie que parecía muerto se levantó del suelo y agarró la pierna de la joven. Se la merendó allí mismo. Parecía lo que era. Los zombies habían aprendido de la estrategia de Paco. Pero ese zombie actuó demasiado rápido para ser de día. -Bien hecho- dijo Paco en un tono similar al que tendría un anciano de 200 años , todo esto desde la ventana. Entonces, el inteligente zombie buscó la voz a una velocidad pasmosa, pero no la encontró a la altura a la que la estaba buscando. Lástima que no mirara al Primero C del piso 16, el cual tenía justo en la nuca y en el cuál se encontraba nuestro amigo Paco. Las sospechas de Paco se habían incrementado (y sí, son las mismas sospechas que las tuyas). Tratando de buscar respuestas Paco se dirigió lo más rápido posible a la calle pero cuando salió, el zombie no estaba.

Ya estaba demasiado lejos o eso era lo que Paco pensaba. Se escucharon muchos tiros y se lanzó al suelo. Un Hummer rojo pasaba lentamente. Tanto el conductor como el copiloto disparaban a todos los zombies con unas metralletas cuyos balazos resonaban en todo Madrid. No parecían saber que el ruido atraía a los zombies ya que reían y disparaban sin ton ni son hasta que arrasaron la zona por completo. Cuando se marcharon Paco observó anonadado cómo un zombie se levantaba del suelo. Paco hizo lo mismo y se movió hacia él. El zombie parecía aterrado, se dio la vuelta y trató de escapar. Sin embargo algo hizo que se detuviera. -Al suelo- dijo con una voz forzada. ¿Acababa de hablar?. Paco estaba tan asombrado que no se había dado cuenta de que el Hummer volvía a una velocidad similar a la de la anterior vez. De repente, el zombie parlanchín se le echó encima cubriéndole por completo. Ambos permanecieron inmóviles, habían tenido suerte, los del Hummer no les habían visto.

Cuando se fueron, Paco sintió una sensación que jamás había sentido. A pesar de no recordar mucho de su vida anterior, había conseguido identificar ciertos sentimientos y asociarlos a situaciones pasadas mediante flashbacks o mediante la típica sensación de familiaridad. Pero en ese momento sintió gratitud. Pero eso no era lo que más le preocupaba. ¿Estaba ante alguien cómo él?. Ese ser podía hablar, entender y aprender, además de moverse con su misma agilidad o incluso con más.

-Me llamo Paco- dijo Paco con su tono forzado. Y extendió la mano en señal de presentación. La respuesta se demoró. El otro zombie parecía estar casi tan anonadado cómo Paco. -David- respondió lentamente y con el mismo tono forzado que Paco. 

Relatos de un ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora