Me está empezando a gustar mucho, MUCHO Jake. Me sentía tan bien cuando estaba con él.
Me da mucha rabia cómo lo trató Alisson, pobre. Tiene que doler que tu novia se lie con tu primo.
Después de haber hablado con Jake me sentía mucho mejor. Me alegraba no tener malos rollos con él. Lo poco que he conocido de él me ha echo ver que ya sea como amigo o novio, es una buena persona.
- Jake.
- Dime.
- ¡Tengo frío! y si me muriera de hipotermia sería una desgracia mundial.
- Vente, vamos a algun sitio con calefacción.
Hubiera sido una escena bonita; los dos solos, caminando por el centro, contándo anécdotas graciosas, riéndonos, respirando amor, pero no; la cosa íba siendo como así:
- ¡JAKE, MUEVE LAS PATAS, ME MUERO!
- Que ya voy.
- ¡QUÉ VENGAS YA OSTIA, SE ME ESTAN CONGELANDO LOS HUESOS!
Nota mental: Apuntarse a algún curso para ser cursi por internet.
Después de rozar la muerte ya que hacía un frío propio del Polo Norte llegamos a h&m y fue la gloria (claro, como Jake tenía una híper sudadera caliente, no tenía frío, ñe).
- ¡Mira Jake! Esta sudadera te quedaría al pelo.
- Sam el mes pasado me compré un skate nuevo. No puedo estar todos los días gastando.
- Ohhhhh venga ya, ¡pruebatela!¡pruebatela!
Puse una de mis caras más monas y/o adorables (tenía que reconocer que estaba muy mona hehehe) y lo convencí.
- Está bien. Vamos al probador.
- Bien.
Vi cómo una señora nos miraba sonriendo. Realmente era gracioso porque parecíamos una pareja de estas, enamoradas y cursis y hace una semana ninguno sabía de la existencia del otro.
Las apariencias engañan baby hahano (o sí).
Nos metimos en el probador y mientras él se probaba la sudadera (que yo elegí hehehe) yo aproveché para provarme un vestido (negro) precioso (no soy gótica).
- Wow te queda genial Sam, nunca te había visto con vestido.
- 1. Nunca me habías visto con vestido porque sólo me has visto dos veces, contando esta; en tu vida.
2. Gracias gracias.
3. No te acostumbres.
Y por cierto, mis gustos en ropa masculina son infalibles; te sienta muy bien esa sudadera.
- A mi también me gusta pero no voy a gastar dinero en ella.
- Ya lo gastó yo (revolucionando el concepto de "el chico invita a la chica" o que).
- Que no Sam, que son 20 euros.
- Bua 20 euros, me voy a quedar pobre subsistiendo del aire contaminado de debajo de un puente, ¡señora son 20 euros, huya de aquí!¡rápido!
Jake se rió.
- Está bien, pero que conste que te lo devolveré.
- Oh venga ya, Jake no me seas quejica, ya me invitarás a algún italiano para pijos.
Jake aceptó.
Nunca contradigas a Samantha Brooks, NUNCA.
(Mi nombre completo parece el de una actriz de cine, ñe).
Salimos de la tienda y ya que él ya tenía una abrazable/bonita/amable/glamurosa/caliente sudadera le cogí la sudadera recién comprada y me la puse.
Me estaba extremadamente gigante (no tanto; Jake no está gordo, ñe) ya que yo soy una enana del bosque, pero íba súper caliente (no malpenséis, ñe).
- ¿Te gusta más el té o el café? - Preguntó Jake.
- Té, obvio; tampoco me disgusta el café, ¿a ti?
- Prefiero el café. Conozco una pequeña cafetería tipo Starbucks en una zona escondida del centro que es vida.
- Pues vamos, obviamente.
De camino al Brooklyn Coffee (la cafetería tipo Starbucks) Jake paró en un estanco para comprar tabaco.
La tarde estaba siendo demasiado fangirl/pija con tanta compra.
- ¡MARLBORO MENTOLADO!
- Me dijiste que te gustaba - Sonrió.
- ¡Sí! Pero es una mierda porque como soy menor de edad lo tengo difícil para comprarlo.
- Vale Sam esto es muy cursi, pero propongo que el paquete sea de los dos; plan, lo guardo yo si quieres con la condición de solo poder fumarlo juntos.
- Claro, me gusta la idea, veo que eres un chico listo Jake, chico listo.
Ay, que mono.
Realmente era gracioso (otra vez) porque actuábamos como una PAREJA pero demomento no nos habíamos liado y no me había pedido salir, y era todo muy confuso (ÑE).
Lo abrazé.
Yo no soy NADA cursi pero plan hay chicas que cuando ven a sus amigas les dan dos besos para saludar. Yo no, just hugs.
- Asi que inaguremos ese paquete porque el mono me invade.
Lo abrió, fumamos y seguimos andando para ir a la cafetería.
¡Qué frío!
De repente me empezó a vibrar el móvil; lo cogí:
- ¡Sam! - Era Charlie y se le notaba un poco nervioso.
- Dime Charlie.
Empezó a llorar.
- Charlie, ¿qué pasa? Me estas asustando.
- Vamos de camino al hospital. Lauren va ha ser ingresada.
