Prólogo.

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He oído escuchar que podemos llorar por cualquier cosa, situación y momento.

Llorar sin razón, sin querer, sin pensarlo o planearlo, solo se escapa de ti.

Llorar por mínimas cosas, si eres una persona "sensible".

Llorar porque alguien se va o al contrario, nunca llegó.

Llorar por las noches, cuando crees que nadie te escucha.

Llorar en el día, cuando otras personas están ocupadas realizando sus "deberes diarios", que no es mas que un disfraz para llamar a la rutina.

Llorar por pequeñeses, como que se perdieron tus aretes favoritos, tu reloj de marca o tus lentes de sol.

Llorar por humanidad, cuando ves a alguien sufriendo de dolor, una persona sin hogar pidiendo por su vida, un animal herido y vagando.

Llorar por puro capricho, al no obtener lo que quieres o esperabas.

Llorar como un niño, sin control, desesperado y quedándote sin voz.

Llorar silenciosamente, dónde el único que podría escuchar tu llanto eres tú mismo en la oscuridad de tu ser triste y deprimido.

Llorar por largos periodos de tiempo, cuando sientes que nadie podría parar aquellas cascadas que bajan por tus mejillas.

Llorar por segundos, cuando una sola gota de tristeza se desliza fuera de tu párpado y tú la limpias rápidamente para ocultar como te sientes.

Llorar para sanar un dolor.

Llorar para liberarte de todos los problemas.

Pero ¿Que seria de ti si no pudieras llorar?. O aclarándolo mas:

¿Como harías si desearás llorar pero tu visión se vería amenazada si lo haces?.

Ojos de Cristal (activa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora