La sirena perdida

la ciudad de plata

Estoy muerta. O eso espero. La realidad sera mas dura sin mi familia.
A lo mejor ha sido todo un sueño. Mas bien una pesadilla.
- Casi muere- dice una voz lejana-. Llegamos justo a tiempo para salvar a la última de su especie.
- ¿ Nadie mas ha sobrevivido señor?
- No, y me temo que estamos presenciando a la ultima sirena que habrá- dice el señor.
- Pero podrá tener descendientes señor...
- El cuchillo la dio en el vientre, Hino.
Abro los ojos y me encuenteo tumbada en una amplia habitacion. Veo a un elfo vestido de dorado, moreno con ojos verdes.
Por un momento pienso en Aderen, pero estos son elfos de la ciudad de plata. Aquel que ha llamado Hino, mas joven que el otro elfo, viste una túnica de color marrón, y es pelirrojo.
- Dinos tu nombre, sirena- dice el pelirrojo.
Comienzo a llorar recordando a mi padre y el elfo mas mayor echa a Hubo a gritos.
- Lo siento mucho, pequeña- dice poniéndome la mano en la pierna.
- Soy Iris- al decir mi nombre el elfo abre los ojos como platos-. Hija de Teles, rey del Lago sireno.
- Imposible... La otra chica era...
- Mi prima- digo incorporandome.
Veo las bolsas que llevaba a la espalda y cojo un papel de dentro. Se lo enseño al elfo.
- Te vi en tu doscientos cumpleaños- recuerda el elfo mirando el papel tristemente-. Tu padre era buen amigo mio, pero cuando mandaron el mensaje a palacio, era muy tarde pasa hacer nada.
- ¿ Quien es usted?
- Soy el rey Cemeno, y te ofrezco mi casa para que habites en ella, como si fueras una hija mía.
Se lo agradezco y le explico todo lo ocurrido.

El lago se ha convertido en un baño de sangre. Los elfos han sacado todos los cuerpos y los han enterrado en la arena.
Cemeno dedico unas palabras hacia mis padres y nos fuimos de aquel espantoso lugar.