Al final... Nada queda
Esta es la carta final que escribo para ti, esta vez es el adiós, es amargo, pero al mismo tiempo dulce.
Ha pasado algún tiempo, ya tienes a alguien más, incluso yo tengo a alguien más, el me da mucho más de lo que tú alguna vez hiciste por mí, pero a pesar de todo el tiempo que me utilizaste, del dolor... Solo te amo a ti.
Aún no puedo creer que nuestra última conversación haya terminado así, la última vez que nos vimos, me hubiera gustado poder abrazarte, solo te abrace una vez, el día de tu cumpleaños, sentí que el corazón saldría de mi pecho.
Ese y las veces que cantabas en el auto, son mis recuerdos favoritos, esa sonrisa de niño cuando me enseñaste el video donde cantabas y la emoción reflejada en tu voz, cuando te dije que cantabas muy bien, el brillo de tus ojos, al saber que te observaba mientras conducías.
Aquella vez que dijiste que era mi canción... Pero también recuerdo las veces que me mentiste, avergonzaste de mí y el daño que me hiciste.
Pensar en ti, es agridulce, dulce pero al mismo tiempo doloroso, a veces por las noches, aún sigo esperando tu mensaje, dejé de dormir una semana en espera de ti.
Te di a elegir... Elegiste a otras a en vez de mí, la persona que hizo hasta lo imposible por verte sonreír, querer hacerte feliz, quien desconfió de todos, menos de ti... Quien sí se lo hubieras pedido, había dado su vida por ti.
Abusaste tanto, me quitaste tanto, te di hasta mi alma, para que ni siquiera me hayas dado un miserable: gracias.
Te di mucho más de lo que alguna vez haya dado a alguien, te puse por encima de todos.
Si nunca me amaste y solo era una más... Maldita sea, me hubieras tratado de esa manera, jamás hubieras hablado de un nosotros, jamás me hubieras llamado esposa, ni nunca hubieras dicho que era la única.
¿Acaso sabes lo patética que me siento?
Si, tal vez seas un maldito adonis, pero como te lo dije aquella vez, que quisiste utilizar mi cumpleaños como excusa para verme: Eres Narciso, porque morirás solo, con tu maldita soltería.
Detrás de esa perfecta apariencia, se esconde un enclenque, que tiene el cerebro más pequeño del mundo, al igual que su pobre pene...
¿Vez lo que haces?
Maldito abusivo, mal parido, desempleado, cerebro de mierda, todo ser viviente es más inteligente que tú.
La maldita carta que quería que sonara cursi, termino siendo una carta de reclamo a tu repulsivo ser... ¡Soy una estúpida!
Jodete y ojala no se te vuelva a parar por tanta mota que fumas y que tus putas se junten todas y te la corten.
Desgraciado...
������Ss��<�