Capitulo 3

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Cuidadosamente tome mis maletas y mi guitarra dispuesta a buscar un ascensor, pero no fue así, sólo escaleras; y no es que estuviese acostumbrada sólo que algunos de los departamentos en Sydney tenía uno, al parecer me deje llevar por el precio y confíe mucho en aquella desconocida por internet.
El rechinido de la madera era tan notorio como las paredes mohosas del no tan largó. Entonces lo encontré, el departamento número 95 junto al 93 frente al 94, creo que no será tan difícil aprenderme donde esta cada uno.
La llave fue fácilmente aceptada por aquella despintada y vieja puerta que al momento de girar ya estaba abierta, entonces fue cuando observe mi casa, mi nueva casa por dentro.

MICHAEL

El fuerte rugir del motor al andar era uno de los placeres que más me gustaba escuchar, era simplemente adrenalina pura. Después aún queda seguir jugando a estudiar el "amor" hacia tantas cosas.
El semáforo cambiaba constantemente posiciónanse en un amarillo para después seguir un rojo, el tarareo de una canción y en cuatro minutos volvía de nuevo aquel estruendoso ruido, la chica del auto deportivo de la lado me miraba con insistencia, parecía que sabía lo que estaba buscando esa noche, sólo por esa noche.

"la-la-la."Tarareé aparcando la motocicleta en aquel bar barato, el olor a cerveza rápidamente me penetro las fosas nasales y me llamo como hueso a un perro, era necesario para tomar un poco más de valor a lo que necesitaba y no es que fuese cobarde pues simplemente nadie que aún conserve sus sentimientos puede hacerlo con facilidad, al menos yo no.

"Michael, mi pequeño arco iris" Me llamo Grace. La mesera algo cuarentona pero con un cuerpo de diosa.

"Hermosa Grace"Tome su mano y posicione un beso en ella.

"Ja, favor que me haces muchacho ¿qué te trae por acá?."Preguntó guiándome hacia una mesa sola, Grace me conocía desde hace ya dos años y sabía perfectamente como me gustaban las cosas.

"Pues, necesito inspiración para componer". Reí y me senté en aquella mesa que daba una hermosa vista hacia la barra.

"Aquí hay de sobra hijo. ¿Lo mismo de siempre?."Pregunto anotando algo en su libreta.

"Claramente Grace."Reí y mire hacia la mesa y el par de saleros que se encontraban ahí.

Me encontraba claramente despreocupado cuando una mano se posiciona en mi hombro haciéndonos nervios saltar en un instante.

-Clifford. Dijo a secas aquel hombre.

-h-Hey. Tartamudeé comenzando a temblar.

-Hace días me preguntaba ¿qué tal la universidad?. Dijo mirándome con aquellos negros ojos.

-Es verano. Dije aprendando mis piernas por debajo de la mesa, mintiendo puesto que la deje desde el año pasado.

"No puedo darte tanto plazo michael" Carraspeo aquel hombre mostrando el objeto brillante en la ebilla de su pantalón.

Mierda, mi corazón se comenzó a acelerar y temí lo peor,temí morir sentado en aquel bar.

"¿O quieres terminar como tus papis?"El hombre alzo la mirada y me miro directamente a los ojos.

"Juro que te pagare antes de que termine este verano" Susurré viendo como Grace se acercaba.

"Más te vale"El hombre escondió lo que parecía ser la pistola y se levantó al observar como Grace lo repudia.

"¿todo bien hijo?"La mujer me miro dejando el vaso en la mesa.

"Pero claro que si Grace"Reí sin ganas y tome de golpe el licor.

El líquido me raspo de golpe la garganta que me arrepentí al instante de tomarlo y por el simple echo de recordar mi pasado.
Y era bastante irónico puesto que llegamos aquí en busca de felicidad y prosperidad tanto que mi padre en un intento desesperado por conseguir trabajo se adentró en negociosos no muy buenos donde término en muy mal pues aún recuerdo aquella noche de Navidad donde la bala llego sin avisar.

Good Neighbors » m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora