14. A la deriva

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Y se fue, ese ímpetu, esas ganas de querer dominarlo todo.

Donde las noches eran largas hablando de filosofía como del clima.

Donde cada respirar, sentir o pensamiento estaba impregnado por él.

Él, que cada día le arrancaba una sonrisa; le robaba un beso y se adueñaba de sus suspiros.

Invadió milímetro a milímetro de su tersa piel, como un tornado devastador.

Ella se dejó envolver, lo dejó entrar, olvidándose que amar es destruir.

Que cuando se bajan las barreras de protección, se da paso a una batalla perdida en el amor.

Amor, tan insípido y sin sabor; donde es blanco o negro y no hay color.

Donde los colores de la vida se apagan, como un cuadro viejo pintado con óleo.

Ambos sufrieron.

Él, por darle todo y recibir poco; Ella, porque sabía que no era buena para él, que nunca podría amarlo en la misma medida. Sin embargo, allí estaban, como un barco a la deriva viendo adónde los arrastra la corriente.

Susurros Compartidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora