Mi bella compañera

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Todos los días de lluvia la observaba, era increíble, cómo hacía que las gotas la siguieran, solo se podría decir que es magia. Las dominaba y ellas la servían mientras yo me quedaba embobado observando su danza etérea, parecía tan libre, tan lejana...

En su cuerpo, mientras se movía, la lluvia parecía idolatrarla, es como si disfrutase rindiendose a ella, era tan tan indescriptible, parecía el propio viento que se ríe de las gotas, haciendo que cambien su rumbo sin ninguna consideración...

En ocasiones, tenía que sacudir mi cabeza porque juraría que había visto alas de transparente cristal líquido en su espalda, pero al fijarme solo era la forma que hacía el agua al desprenderse de ella. . . Se la veía tan feliz, tan distante y escurridiza, era como si nunca pudiese alcanzarla. . .

Dime LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora