"Yo puedo, se que podré superar esto, solo es un tropiezo, solo eso"me repetía una y otra vez la misma oración tratando así poder dejar pasar todo lo que ocurrió en la escuela hasta que llegue a casa. Entre y lo primero que hice fue verificar si mis papás estaban en casa.
-¿Mamá? ¿Papá? ¿Están en casa?- pregunte yendo a la sala.
-¡estamos en la oficina!- Gritó mi mamá.
Camine por el pasillo detrás de la escalera hasta llegar a la oficina de mis padres.
-mamá, papá, acepto su propuesta, me iré hoy mismo con mi tía a Venecia- fue todo lo que dije al entrar a la oficina, di media vuelta y me fui a mi recamara, no quiero arrepentirme, no ahora que ya tome la decisión.
Entre a mi recamara y camine directo al armario, saque una maleta y empece a hacer mi equipaje, se que mis hermanos no tardarán mucho en llegar y es lo que mas me preocupa, ellos son todo lo que me queda aparte de mis padres, siempre han sido como los mejor amigos que he tenido.
Los dos son mayores que yo pero hay situaciones en las que parecen unos niños de 6 y otras en la que parecen señorita en su periodo pero aún así siempre están para sacarme una sonrisa, son los chicos más guapos en sus respectivas escuelas; son altos, tez blanca, peli negros y de hermosos ojos azules son todo lo contrario de mi, yo soy como mi papá, cabello de un café claro que en partes parece rubio, ojos verdes y gorda.
Mi papá no es gordo, simplemente yo soy así.
Puede que coma menos que todos pero sigo estando gorda.
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Gorda
Teen FictionUna simple palabra que destruye autoestimas y por ende a personas...