Mi madre se queda en silencio mirándome directo a los ojos con una mirada de tristeza – eres un Perkele.
-Eso es imposible, nadie ha podido crear un Perkele y si lo lograra solo vive si absorbe la sangre celestial de la madre y eso por corto tiempo – menciona Scott con un tono sorprendido.
-¿Qué quieren decir? – a cada minuto que pasa me encuentro más asustada y confundida.
-¿Por qué usted señora Anael pudo seguir viviendo?
-Yo, más bien mi... -dice mi mamá temerosa.
La interrumpe el sonido de la perilla de la puerta girar, todos volteamos y al empezar a abrirse la puerta se muestran unos cabellos largos, obscuros y brillosos, al acabar de abrir solo veo que era mi padre, bastante diferente. Sin mencionar el cabello, se veía más joven, no llevaba camisa solo unos pantalones pegados y al ver a Scott en su mirada se mostraba lo furioso que estaba, de su espaldas desplegaron un par de alas negras y se lanzó directo a Scott, lo tomo del cuello y lo levanto, mi madre sale corriendo sacando un libro de la estantería más cercana, al verlo de reojo las pastas eran bicolor de un lado se notaba el color negro y de otro un rojo intenso, se abalanzó sobre de mi tomándome del brazo y saliendo de casa mientras mi otro brazo choca contra la orilla de la puerta haciendo que se mueva, al voltear a mis espaldas veo las grandes alas de papá desplegándose de su espalda mientras que Scott movía sus pies en el aire tratando de buscar una superficie para apoyarse y luchando para respirar, la puerta se iba cerrando lentamente, cuando pasamos la reja de la casa estando en la calle, la puerta se cerró completamente y de la casa empezó a salir fuego, me quede inmóvil viendo como las llamas rápidamente en un solo segundo consumía todo a su paso, me recorría un gran sentimiento de preocupación, ¿por mi padre?, ¡no!, de mi boca solo salió una palabra, un grito desgarrador.
-SCOTT – deje que un sentimiento desconocido recorriera todo mi cuerpo, mientras que en mis mejillas se deslizaban dos gotas de agua - ¿Qué?... mamá déjame ir por ellos.
-Al decir ellos, te refieres a ese jovencito nada más, no puedo permitirme... permitirte eso.
Mi madre me sostenía del brazo mientras caminábamos por la calle, ella volteaba a ver por todas partes mientras que yo sentía que a cada paso perdía la respiración, se detuvo un coche frente a mí, mi madre me metió en la parte de atrás, los vidrios estaban polarizados, una gran cristal negro entre los asientos de enfrente y los míos nos separaban no veía nada, no sabía hacia dónde íbamos, solo se escuchaban pequeños murmullos y entre ellos distinguí la vos de mi madre hablándole a otro señor, me acerque tratando de oír en vano, el coche se movía como si un conductor loco y borracho condujera en una calle con topes a 110-120 km/h, cundo el auto dejo de brincar y vibrar se detuvo y el sonido de la puertas delanteras retumbo en mis oídos, al abrirse mi puerta la luz segó mis ojos y la silueta de un señor es lo primero que se posó enfrente de ellos, me sacó jalándome y me vendo los ojos, me hiso caminar en un tipo de pasillo, el cual no le encontraba fin, al parar solo escuche un rechinido y sentí en la cabeza algo suave y cálido, mi temor se calmó sintiendo por ultimo como se me iba la fuerza en las piernas.
Al abrir los ojos estaba sentada en mi restaurante familiar favorito JACK'S, exactamente en la mesa que tomaba cada vez que venía, todo parecía normal Jack estaba en la caja registradora, la camarera Metd atendiendo a un cliente y el cocinero Jeff (o por lo menos así se hacía llamar) dentro de cocina asomándose una y otra vez por la ventana que se encontraba entre su estación y detrás de barra, tomando y dejando las ordenes de comida, delante de mi tenía un café, lo tome y sorbí un poco con desconfianza pero al pasar por todas mis papilas sabia a mi café usual, un normal con dos de azúcar y la cantidad exacta de leche fresca (cortesía de Jeff), llame a Metd.

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Darkness
Novela JuvenilQue pasa cuando una chica no cree en el amor?... Así es nuestra prota una chica que no sabe amar, pero poco a poco hay que abrirle el corazón, mientras va descubriendo mas cosas sobre ella misma, las cuales parecen no ser de este mundo.