Capítulo 4.

70 10 0
                                    

Tenía muchas dudas con respecto a permanecer aquí. 

–Claire, perdóname. –Cerro los ojos. –Traté de buscar ayuda. Somos ángeles, no podemos hacerle daño a las personas ¿Lo sabes, verdad?

–Si, lo sé. Tranquilo no tienes porque preocuparte. Yo decidí venir ¿Recuerdas? –Sonreí.

Traté de levantarme para llegar lo mas pronto posible a casa. Pero aunque logré sentarme, no podía mover mi pierna. Dylan se dio cuenta e hizo una mueca. Se que se sentía mal, pero también se que él es muy terco y no creerá nada de lo que diga. 

Antes de que me preguntará que haríamos para terminar de llegar, él se agacho y me dio la espalda. ¿Es que acaso me llevará...?

–Haz pasado todo este tiempo viendo como los humanos hacen estás tonterías que te ha gustado ¿Verdad?

–Solo he...

–Solo he querido intentarlo una vez ¿Cierto? 

Dios. Me conoce tan bien. A pesar de ser todo un cascarrabias, sabía como hacerme reír o enojar con una facilidad realmente increíble. No recuerdo como llegué a ese lugar entre las nubes, pero si se que la primera persona que vi entre todos los ángeles fue a Dylan. Su mirada era fría, pero pude percibir un destello de curiosidad al mirarme. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no sabía que me estaban hablando hasta que movieron delicadamente mi brazo.

–Claire... Yo...–susurró.

–¿Sí? –Lo miré.

–¿Subirás o no? Mis piernas se están entumeciendo. 

–Já, como si de verdad sintieras algo.

Soltó una carcajada tan fuerte que me hizo olvidar lo que había ocurrido y reí junto a él. Lo que fue mala idea porque después solté un pequeño gritito de dolor. Sin perder más tiempo, subí a su espalda con mucho cuidado. No pude evitarlo. Reí de nuevo y grite algo así como de felicidad y dolor.

–Caes en mis brazos y ahora...¿Esto? –Murmulló. Esto no le agradaba pero aun así lo hacía. Por mí. ¿Por mí? No, no puede ser. Lo hacía solo porque era una carga para él en este momento. Si, si, eso es.

---------------------------------------------------------------------

Dylan

Han pasado muchas cosas en tan pocos días. Desde que le mencione a esta pequeña lo del arco... hasta este horrible altercado. Fue un alivio saber que llegué a tiempo antes de que ese ángel negro la llevara hasta el otro lado aunque no estuviera muerta. Lo habría hecho de todas formas. Así son los malditos ángeles negros.

Mientras me agachaba y escuche sus pequeños gritos de dolor y alegría me sentí mal. Creo que no estuvo bien mentirle desde el principio. Todo esto está mal. Sería un buen momento decirle ahora y llevarla al otro mundo de nuevo antes de que sea tarde. Pero como le iba a decir que... No. Debía hacerlo.

–Claire... Yo...–Dije en voz baja. 

–¿Sí? –Respondió con su delicada voz. Eso me paralizó. Soy un cobarde, no puedo hacerlo. No sé como explicárselo siendo una humana. Estos seres inferiores con sus estúpidos sentimientos sin valor. Podría llegar a morir por una depresión o solo salir huyendo y perderse en algún remoto lugar para después morir por falta de comida, un accidente o algo peor. Esto se me está saliendo de las manos. 


 



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 16, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Querido ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora