05. Jamás pensé que él me podría gustar.

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Ésta mañana me desperté con una sonrisa en la cara, nada podía arruinar mi felicidad, ni siquiera Melina.

Estaba llegando al instituto. Cuando bajé del bus noté que todo el mundo me miraba, se sentía algo incómodo pero traté de hacer como que no me importaba, fui con mis amigos y saludé a todos, me di cuenta de que Mangel estaba súper nervioso y para ponerlo aún más nervioso besé su mejilla, automáticamente se sonrojó, y por su puesto que yo también, para cortar el silencio tiré una risa algo tímida que hizo sonreír a Mangel.

Oliver: Bueno, bueno, creo que debemos dejar solos a los enamorados, ¿no? -sonríe-

Mangel y yo nos sonrojamos completamente.

Oliver: Eso pensé -sonríe- vamos Harry, y tú también Daniel... -los toma de los brazos y se van-

Mangel: Eh, creo que éste es el momento en el que te explíco lo que pasó ayer... -me mira-

Ruben: Oh, descuida, a mi también me gustó...

Luego de decirle eso me fui sin decir nada más, volteé a verlo y noté que sonrió, me hace tan bien saber que siente lo mismo que yo siento por él...

Entré a mi clase y me senté en mi lugar, como todos los días, pero esta vez fue diferente, tomé mi cuaderno y comencé a escribir nuestros nombres en plan:
"Mangel & Rubén" dentro de corazones, también escribí "Rubelangel" y muchas cosas más.

Terminó la hora y salí al receso, no sin antes arrancar la hoja de mi cuaderno y meterla en el casillero de Mangel.

Cuando entré a clases de nuevo, entró la directora, básicamente explicó que mañana tendríamos que concurrir al instituto a las 7:00 de la mañana para ir a una excursión al museo, eso sería un problema para mí porque odio madrugar, pero haré el esfuerzo...

Mangel estaba en otro aula pero los dos íbamos a sexto año así que él también irá a la excursión.

Obviamente le dije a mi madre que iría y me autorizó, seguramente le venía bien que yo me vaya por todo el día así podía estar a solas con el vecino... que asco.

El despertador sonó a las 6:00, luego a las 6:15... luego a las 6:30... y finalmente me levanté... a las 6:50, me fui corriendo hacia el instituto, no tenía tiempo de esperar el bus.

Llegué justo cuando estaban subiéndose al autobús, estaba muy transpirado, pero llegué a tiempo, la profesora por supuesto me regañó por llegar tarde y luego subí. Escuché que gritaron mi nombre, era Mangel, me había guardado el lugar junto a él.

Mangel: Buenos días, bello durmiente.

Ruben: Hola -le sonreí-

Mangel: Oye... -saca el papel que metí en su casillero- ¿esto te parece conocido? -sonríe y me lo muestra-

Ruben: -me sonrojé completamente- oh, bueno pensé que te iba a gustar... -dije muy tímidamente-

Mangel: No, no me gusta... me encanta -se ríe-

Ruben: -lo empujo cariñosamente con mi hombro-

Cuando llegamos al museo nos dieron una charla antes de entrar, sobre las cosas que no debemos hacer y eso, obviamente no escuche ni la primera parte de la charla, me aburro con facilidad.

Entramos todos en grupo, algunos fueron a ver animales disecados, otros cosas antiguas, en cambio yo fui a ver las pinturas, desde muy pequeño dibujo y la verdad me interesa el arte.

Estaba viendo una pintura de un paisaje y por detrás escucho un grito muy cerca de mí.

Mangel: -grita y sonríe-

Ruben: ¡Aaaah! ¡Mangel, casi me matas de un susto!

Mangel: ¡No! No te mueras que me muero yo también -me abraza- perdón...

Le seguí el abrazo y como soy un poco más alto que él, le dí un beso en la cabeza.

Ruben: Mangel...

Mangel: ¿Sí? -me mira-

Ruben: Creo qué... me gusta una persona la cual jamás pensé que me podría gustar...

Mangel: Uhm, ¿se puede saber quién es?...

Ruben: Pues... -me acerco a su oído y le susurro- lo estoy abrazando en este preciso momento...

Cuando le dije eso me miró rápidamente, pude escuchar la alarma de su reloj digital, parecía mágico que cada vez que pasen estos momentos, sean a las 12:00, sus ojos estaban llorosos y tenía una sonrisa en su cara, no me pude aguantar más y acerqué mi cara hasta que quedó a pocos centímetros de la suya y susurré "te amo..." seguido de eso lo besé, los dos estábamos muy acalorados, él me abrazaba por mi cintura y yo un poco más arriba, no quería que ese beso terminase nunca, era la cuarta vez que mis labios chocaban con los suyos. Estaba perdidamente enamorado de mi mejor amigo...

Mangel: ¿Y si nos vamos de aquí?

Ruben: ¿Y a dónde quieres ir? -pregunté con una sonrisa tierna, ya que era raro que Mangel no quiera estar en un asunto escolar-

Mangel: No lo sé, ¿a mi casa? -dijo nervioso-

Ruben: -sonreí asintiendo y le di un tierno beso-

Nos vemos a las 12:00 (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora