¡Detengan la boda! [KyuMin]

Capítulo ll.

¿Desde cuando el mujeriego Cho KyuHyun había tomado el camino hacia lo que le llamaban el matrimonio?... Ni siquiera lo sabía, tampoco es como si quisiera saberlo, tal vez fue una de las muchas veces que decidía a lo estúpido, la prensa lo tenía harto, harto de chismes, harto de tanto acoso, harto de que estuvieran sobre él todo el tiempo, quería paz, tan solo paz para su persona, no quería saber ya nada de prensas, de encuestas, de fotos... De notas escritas por periodistas encargados de difamar su imagen, aunque sabía que eso era casi imposible, en primera porque la prensa estaba sobre su familia, y posteriormente él ayudaba a dar chismes, saliendo de bares después de su compromiso, con más mujeres u hombres, lo que fuese, no solía saberlo en la noche, aunque luego la mañana era la reveladora de las estupideces humanas de KyuHyun. Los Cho eran un gran bufete de abogados, miles de casos que eran entregados a ellos, con la confianza de que estos serían resueltos a favor del que estaba interesado y dio su caso.

- SeoHyung... -se escuchó en la habitación de la bella mujer, estaba recostado en la cama, con una mujer sobre su cuerpo, la famosa ya nombrada, esta le besaba el cuello, en ocasiones dejando marcas, cosa que a KyuHyun realmente le molestaba, y como consecuencia de ello, lastimaba a la bonita y cuidada modelo, presionando sus brazos o piernas, dejando moretones, que el maquillaje debía tapar para que la hembra siguiera con su trabajo tan polémico. Las manos de la aún delicada señorita recorrían el pecho del abogado, sus finos dedos índices incluso recorrían las tetillas del castaño, haciendo que este suspirara de lo forzado que estaba siendo haciendo eso, hasta que las manos de su 'pareja' rodearon la entrepierna del muchacho mujeriego, KyuHyun no podía evitar imaginar que esas manos eran de su amante SungMin, ¿cómo podía pensar tanto en él? No lo sabía, no era porque lo quería, no eso no era digno de él, no enredarse en líos amorosos. Pero indudablemente SungMin lo había mil veces mejor que ella, incluso el placer o la sensación era totalmente diferente.

Basta, estás ebria -reprochó, deteniendo las manos con firmeza, saliendo de sus eróticos pensamientos imaginarios con un dulce conejito entre sus brazos, y golpeando su trasero.

Lo escuchado a SeoHyun no le gustó ni en lo más mínimo, mucho menos notar como los ojos del castaño, brillaban de un segundo a otro, y sabía perfectamente que no era por ella, por lo que pronto, sus perlados dientes tomaron la blanquecina y cuidada piel de KyuHyun, justo de su cuello, mientras su dentadura se enterraba con coraje en aquella zona, sabía que quedaría una marca, y el dolor que iba a sentir KyuHyun, pero aún así sus dientes seguían enterrándose, queriendo borrar ese brillo, que si no era por ella, no sería por nadie; eso hasta que sintió que era aventada de manera brusca, cayendo a un costado del cuerpo de su futuro esposo, casi, sólo por unos cuantos centímetros su cuerpo caería. Permaneció callada, totalmente, tan sólo su respiración, que incluso cuidaba en esos momentos. Pronto las fuertes manos del exitoso abogado la tomaron de los costados de su boca, sus mejillas, presionandolas, sabiendo que el heredero del bufete Cho le haría sentir el dolor que le provocó cuando lo mordió, luego la obligó a observar su furia. Ya no había ese brillo, incluso una molesta parte de la consciencia de Seo brincó de felicidad, aunque más de la mitad justo ahora estuviera sufriendo del maltrato.

- ¡Te he dicho una y mil veces que no lo hagas! -decía a gritos, conforme su agarre se presionaba al grado de que comenzara a doler en aquella zona, incluso su mano y alrededor de su agarre se ponía rojo, pero la pequeña Seo no diría nada, no hasta que se fuera, y así; como si KyuHyun leyera su mente la soltó, no sin antes darle un no tan suave empujón, saliendo de la habitación, dejando un silencio acompañado de coraje ante lo que presenció. No era la primera vez, y sabía también que no sería la última, decidió investigar, a dónde se iría KyuHyun, si realmente tomaría el camino directo a la casa de sus padres, la oficina, o algún bar, porque si no mal recuerda la actitud de KyuHyun había cambiado, era más distante, su humor con ella, tan sólo con ella era el peor de todos, desde que... ¿Habían contratado a el encargado de la boda?