-No quiero que esto vuelva a pasar, Clifford. Adelante. -el profe le cedió el paso al ojiverde. -Tome asiento.
-Gracias. -le sonrió y busco un asiento. Vi que miro hacia mi dirección.
-Hey, Mike ¡por aquí! -grito uno de sus amigos. El solo volteo pero no fue hacia donde el.
Para mi mala suerte, se sentó a lado mio. Espero y no desmayarme.
-Hola -dijo sentándose al lado mio sonriendome.
-Ho-hola.
-¿Como estas?
-Bueno, como les decía. Hoy veremos una gran extensión de multiplicación de trinomios. -dicho esto el profesor empezó a anotar algunos problemas en la pizarra.
-Bien, gra-gracias, ¿y tu? -trate de no sonar nerviosa, pero fue un fracaso.
-Bien. Te ves linda sonrojada. -dio una pequeña risa.
Mierda, mierda, MIERDA. CLIFFORD SI SIGUES ASI MORIRE HIJO DE PU... okay ya.
-Yo, eh... Cielos. -no pude evitar sonrojarme más. -¿No vas ha hacer nada? -saque unos cuadernos de mi mochila y un lapicero para empezar con los apuntes.
-Creo que no, quiero llegar a mi casa y comer pizza mientras juego videojuegos. -es estúpido, pero no pude evitar soltar una carcajada.
-Señorita Blake ¿qué le parece tan gracioso? -dijo el profesor mirándome, y no solo el, todos los alumnos de la clase.
-Eh... nada, perdón. No volverá a pasar. -musite. El solo asintio y continuó con lo suyo.
Me limite a empezar a escribir en mi cuadernos lo que había en el pizarrón.
-Tienes bonita letra. -oí que alguien dijo en mi oído.
-Mierda Michael, se me va a salir el corazón. -di un largo suspiro.
-Clifford, Blake. Salgan de mi clase. Ahora -este dijo lo ultimo entre dientes.
-Profesor pero y...-trate de justificarme.
-No me hagan mandarlos a dirección.
-Ven, vamos. -el chico empezó a avanzar mientras yo guardaba mis cosas en la mochila. Hecho esto, salí donde el.
-Al fin y ni me gusta su clase. -bufe sentándome donde el recargandome en los casilleros.
-¿A quien le gusta su clase? -dijo entre risas.
-Tienes razón. -empecé a reír igual. -Nunca me han sacado de una clase, fue tú culpa.
-No es mi culpa que seas tan risueña. -río.
-Y tampoco es mi culpa que digas comentarios tan estúpidos como para hacerme reír. -sonreí.
-¿Harás algo en el descanso? -pregunto a lo que me sorprendí.
-Eh, si. Estaré con una amiga, lo siento. - ¿QUÉ ACABAS DE DECIR ESTÚPIDA?
-Oh, esta bien. -su voz sonaba un poco decepcionada.
-Pero podría ser en otra ocasión, si quieres.
-Claro, ¿por qué no? -le mire a los ojos y reí.
Recordé que tenía unos chocolates en mi mochila.
-Demonios, tenía antojo de uno. -dije al ver los chocolates desparramados.
-Que mal, ¿quieres uno? Yo invito. -se ofreció Michael.
-¿No hay ningún problema?
-Claro que no, ninguno para mi querida amiga.
Amiga, ¿amiga?, ¡amiga!, amiga.
Friendzone detected.
-¿Pasa algo? -dijo tocándome el hombro.
-N-no, nada, no te preocupes. -di la sonrisa más fingida que he podido dar, y creo que se dio cuenta ya que me miro confuso.
-Bien, si tu lo dices. -no se oía tan convencido. -¿Aún quieres tus chocolates? -solo asentí. -Ven, vam... -el timbre sonó y los alumnos que se encontraban dentro de las aulas empezaron a salir. -Demonios, te lo debo, será para la otra.
-¿Para la otra que nos saquen? -me burlé.
-Quizá, hasta luego. -se acercó a mi para despedirse, pero al parecer no sabía como. -Bueno, adiós. -me extendio la mano, a lo que yo solo observé esta, no reaccionaba. -¿Laya? -me hablo, a lo que yo rápido le correspondí el apretón de manos.
-Hasta luego. -me despedí y le dedique una sonrisa, de inmediato solté nuestras manos, desgraciadamente.
-❄
-Laya ¡Laya! Ven aquí. -oí la voz de mi amiga detrás mio.
-¡Hey! ¿Qué paso? -sonreí.
-Tengo algo que contarte, te lo dije en la mañana. - ¡cierto! Lo había olvidado. -Lo olvidaste, ¿verdad?
-No, no, ya sabes, tareas y trabajos en mi cabeza, pff. -hice con mis manos ademanes raros que ni yo misma entendería.
-Oh un Michael Clifford en tu cabeza. -rodó los ojos divertida.
¡Espera! ¿Qué?
-¡Espera! ¿Qué? -la mire sorprendida y confusa a la vez.
-Llevas años mirándolo y suspirando por el, y lo que te quería decir era algo sobre el -arqueo una ceja.
-¿Qué es? ¿Algo malo? -la curiosidad me carcomía por dentro.
-Nada que ver, tranquila. Respira -bromeo. -Me pidió que te dijera que salieras con el a algún lugar.
-Es una broma ¿cierto? -realmente Michael invitándome a salir no me pasaba por la cabeza. -Con esto no se juega Amy.
-No es joda, ¡te lo juro! Si no me crees ve y pregúntaselo. -miro "discretamente" hacia el, estaba con amigos, no iria en este momento.
-N-no, haré el ridículo. -tartamudee.
-Anda, no pierdes nada. -sonrió. -Confía en ti.
-No, Amy, no me obligaras a hacer algo que no me apetezca ¿vale?
-Bien, sí tú lo dices. -su voz no sonó tan convencida
-Será luego.
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chocolate;; m.c.
Fanfiction—¿Te gusta el chocolate? —Sí, ¿y a ti? —También, pero me gustas más tú.