Nadie puede, ni puedes juzgar (II)

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♤♡♢♧...

Se me atoran las palabras.

Hoy se me ha olvidado escribir,
lo que es peor, como vivir.

He regresado al principio,
a mis olvidadas drogas que me alejen de este precipicio,
en estas oscuras horas.

Por eso hoy te imploro una última dosis de tu infinita locura.

La guardaré en mi cabeza cual paño en oro.

No creo que a mi corazón sirva de sutura
pero procuraré usarla con mesura, para que a mi mente sirva de endorfina pura
como cualquier otra droga dura.

Poco a poco me consumo.

Enganchado a lo que me has dado,
un qué se yo que intento dejar a un lado.

Mi bien más preciado,
mi mayor dolor ocultado.

No por ello menos ansiado,
ni menos necesitado

Toda esta semana he intentado escribir y continuar con lo ya empezado pero se me ha complicado pues alguien ocupa todos los pensamientos que tengo,
ocupa mi imaginación,
ha ocupado mi corazón.

Pero todo cambio llega.

Miro mi habitación desordenada,
me da que pensar.

No me preocupa que sea un desastre, consigo ver un orden para mi más que lógico que posiblemente nadie más vera ni entenderá nunca.

Tampoco es algo que me inquiete.

Lo que si lo hace, es que se parezca demasiado a mi cabeza.

Por eso hoy he empezado a recogerla.
Sé que me llevara bastante tiempo.

Muchas cosas que tirar, otras tantas que colocar y a la mayoría no las vendría mal pasarlas el polvo.

Y es que meterlo todo a presión en el armario o esconderlo debajo de la cama sólo va retrasar el problema,
no lo va solucionar.

He empezado con ganas,
bastante animado.

Confío en que cuando llegue el día en que haya acabado habré conseguido poner orden en mi cabeza y así,
paz en mi vida.

Un cruce de caminosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora