Camila POV.
Me encontraba en el metro, eran las 00:00 y prácticamente sola. Sola, pero creo que ese día fue el día más feliz de mi vida. Mis piernas estaban cansadas, no me correspondían, pesaban más de lo habitual y me pedían a gritos llegar a casa. En mi cuello colgaba una cámara donde capturaba los momentos vividos de hace prácticamente media hora. Pero la mayoría de esos momentos los guardaba en mi cuerpo, en cada parte de mi piel almacenaba la sensación, la almacenaba sin poder ya sentirla. De momento tendría que saber cuidar lo que dentro de poco se convertiría en recuerdo, por desgracia o por suerte.
En mis manos descansaba un sobre que contenía una carta escrita semanas atrás por mi. Iba destinada a ella pero no pude. Me lo impidió la multitud de gente delante de mí. El escenario se encontraba a escasos 20 metros de distancia, los 20 metros más difíciles de avanzar.
Había imaginado ese momento durante meses, meses de nervios, de cómo planear esa carta perfecta para que sea diferente para ella, de que se fijase un poco más, puede. Eso me bastaba. Meses para que dos horas se pasaran como dos segundos. Dos segundos intensos. Durante esos meses pensaba que cuando estuviera ahí, rodeada de gente, notando el ambiente y al verla aparecer a ella no podría reaccionar. En serio, ahora suena estúpido pero, creía de verdad, que me quedaría paralizada. Pero ahora, después de la experiencia y durante ella, me sorprendió de que prácticamente, en ese estado, sí que se puede pensar y, cantar, también.
Me fui un poco decepcionada, pero la razón no fue ella, ni los músicos, fui yo. Esperaba demasiado y eso es lo peor que se puede hacer. Quien demasiado espera se decepciona y quien nada espera se sorprende. Y esto es así.
No sé si lo entenderás. El fenómeno fan. No sé si se llama fan estar enamorada de la persona a la cual admiras. Así que no sé si se define como fan. Yo solo sé que siento algo, no sé en que parte de mi cuerpo, es una necesidad, una obsesión. Es lo que supongo, la gente llamo amor. Amor, já. Nunca había pensado antes en el amor y ahora no puedo parar. Si se dosificara la caída no sería tan dura. Pero al no dosificarse, la victoria es gloria... Supongo.
Como he dicho, yo definiría amor como necesidad, obsesión, ella. Amor, estúpida sensación que me hace sonreír, quizás falsamente.
En el concierto la gente empezó a chillar antes de que yo pudiera verla y segundo después, ahí estaba, sobre el escenario segura de sí misma con esos movimientos de cadera a los que ya me había acostumbrado. Ahora mi debilidad eran sus piernas, su movimiento me mataba, la manera de actuar, qué personaje. Me preguntaba qué se siente subirte a un escenario y ser consciente de que toda esa gente te admira. Me preguntaba si yo podrías controlar esa presión o si se me subirían los humos. Ella se veía que los controlaba muy bien. Es perfecta. La persona amada siempre es perfecta, y me di cuenta que no es casualidad, si no que una cosa conlleva a la otra. El amor nos hace ver la perfección en las personas imperfectas. Me baso en eso pero no podría decirte ninguna imperfección en ella. Tú me podrías ayudar en eso, aunque te lo negaría todo.
Es perfecta su manera de hablar, su acento peculiar que va cambiando. Sus labios. Sus labios, van perfeccionando según te vas acercando, supongo. Sus labios los que encajan perfectamente con los míos. Creerme, lo he probado.. Imaginado.
Llegó el tren, aunque eso no distrajo mi pensamiento. Desde hacía tiempo nada podía hacerlo. Amor, estúpida sensación. Dejé la parada de Hospitalet y me dirigía a mi casa. Piernas tened paciencia, queda poco.
Tuve que ir andando desde la parada hasta mi casa. Pero no me importaba, mi cabeza me daba vueltas, mi sueño se había cumplido. Llegué a casa y guardé mi carta en una caja, donde se encontraban mis pequeños secretos. Me fui a la cama pero a penas pude dormir. Volví a pensar una historia fantástica junto a ella. Y es que el contacto del amor de repente nos convierte en escritores, poetas y compositores. La originalidad sobra. Si una de estas historias se llevara a la gran pantalla, dudaría que no tuviera éxito. Estaba totalmente chalada.
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La suerte de mi vida. (Adaptación Camren)
FanfictionCamila Cabello, gran fan de Lauren Jauregui, acaba de cumplir sus 18 años. Ahora puede asistir al famoso programa donde la cantante es partícipe siendo coach. A partir de ese día su vida cambiará. ----- Esta historia no es mía, es una adaptación...