amar a la princesaㅤ||ㅤlipsoul a.u

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el siguiente capítulo contendrá, en su mayoría, escenas y descripciones bastante gráficas, referentes al abuso sx y físico. si te sientes incómod_ o vulnerad_ con este tipo de temas, por favor abstente a leer. no habrá ningún tipo de romanización hacia ese tipo de actos en esta historia.

jinsol despierta desorientada, la oscuridad de la noche le permite apenas vislumbrar su propio brazo, y le llama la atención, pues siempre ha dormido con una vela encendida.

entonces, una punzada aguda en su nariz, y otra en su propio interior, le hacen entrar en detalles que su mente desgraciadamente no logró borrar. o, al menos, lo poco que recuerda antes de caer inconsciente por los golpes que estaba recibiendo de direcciones diferentes y cada uno igual de fuerte que el anterior.

intenta apoyarse en sus manos para levantarse, pero una presión insoportable se genera en sus hombros al hacerlo, por lo que termina haciendo lo mejor que puede, casi arrantrándose hasta sentsrse, con su espalda pegada a la pared y una incomodidad pegajosa entre sus débiles piernas.

"tu princesa ya no está aquí para salvarte." sonó en su mente, con fuerza, sin un atisbo de compasión por su intento pésimo en no recordar cómo terminó así, no quiere, en lo absoluto.

poniéndose en posición fetal, sus ojos celestes se bañaron en lágrimas en cuestión de segundos. para su fortuna, heejin justo tocó la puerta y luego la deslizó para poder entrar, solo que al ver a su amiga en ese estado, dejó la comida que llevó para ella.

─ jinsol, oh no... ¿qué sucede? ¿por qué lloras? ─ preguntó la jovencita con apariencia de conejo, agachándose para estar a su altura e intentar poder verla.

pero, por pura inercia, otra persona tocó la puerta, lo que hizo a ambas mujeres voltear, encontrándose con el rostro estoico de kim jungwoo.

─ fuera de aquí, jeon. ─ dijo con odio, la menor entre los tres, con el miedo creciendo en su ser gracias a la mirada para nada tranquilizadora del joven príncipe, no pudo hacer nada más que levantarse. al pasar al lado del chico, este le musitó, con un tono siniestro. ─ di una sola palabra, y le cortaré la garganta a tu hermano.

heejin agacha la cabeza en señal de respeto, no tiene otra opción. ya vió a su familia en peligro una vez, y no quiere volver a tener esa escena frente a sus ojos. jamás.

cuando se va, jungwoo cierra la puerta, jinsol lo mira desde su lugar con su respiración entrecortada y las lágrimas bajando por sus pálidas mejillas sin retén alguno.

una risa cínica sale de él. ─ ¿en verdad estás llorando? por favor... ─ dijo, acercándose, sabiendo que jinsol está tan magullada que cualquier movimiento le duele estrepitosamente. ─ agradece que fui bastante considerado en no dejarte peor, al menos jungeun no se dará cuenta a menos que vea tu cuerpo desnudo... aunque dudo que quiera hacerlo si llega a saber lo que hiciste.

─ ¿por qué me haces esto? ─ ella cuestiona con notable tristeza en su voz, sin abandonar su posición fetal, pero manteniendo vista fija en el menor de los kim, quien solo sonríe, como si fuera una pregunta estúpidamente obvia.

─ kim jungeun está rodeada de demonios ─ comenta, haciendo a la de cabello azabache exaltarse cuando se acercó repentinamente a ella, tomando su mandíbula con más fuerza de la necesaria. ─ pero antes de darte cuenta, ya vivías aquí... ¿en serio creíste que las historias que cuentan de mí hermana son falsas?

─ ella no es...

─ ella mató a nuestro padre ─ cortó, su tono lleno de rabia, apretando aún más la mandíbula de jinsol, causándole dolor. ─, y ni porque seas la mujer que la enamoró te salvarás del mismo destino en un futuro muy cercano.

el hombre suelta a jinsol con brusquedad, por consecuencia, la parte posterior de su cabeza da un pequeño impacto contra la pared detrás de la misma. jungwoo solo suelta un bufido y se levanta, retirándose al tirar la puerta del sarangchae (habitación) de jinsol.

...

nadie sabe cómo, pero jungwoo, de un momento a otro, pasó de ser ese chico dulce a ser un dictador sin escrúpulos.

los lee-jeon no podían estar más desesperados por la llegada de lord jungeun, los días pasaban tan lentamente que el miedo solo podía crear su propio hogar dentro de ellos y expandirse a través de sus entrañas cada vez más. no ayudaba para nada que la princesa, bañada en confianza por su propia sangre, decidiera llevarse a los hombres que conocían sobre el manejo de armas.

pero sin duda alguna, nadie comparaba su dolor con el insufrible horror que jinsol estaba viviendo, cada día peor que el anterior. ser tomada a la fuerza por el príncipe sin poder objetar al respecto, el mismo que evitaba dejar un solo rasguño visible en el cuerpo de la sastre porque su corrompido subconsciente sabe que estará muerto si su hermana ve un solo rasguño en el rostro de jeong.

sin embargo, pero afortunadamente, la vida termina siendo la misma que reprende los actos de todos aquellos impuros capaces de dañar por complacer sus caprichos viles. él lo sabe, no le podría importar menos.

está convencido de que se saldrá con la suya.

pero, oh, que equivocado está.

para cuando su mente tiene tan solo una pizca mínima de temor de ser interceptado por las indetenibles fuerzas del universo, su mano ya está clavada al suelo con una navaja, y su hermana mayor enfrente de él, con la punta de su espalda presionando su entrecejo.

jungwoo no puede hacer más que retorcerse del dolor, un charco de sangre crece bajo su mano, que para rematar ardía como el mismo infierno. entonces lo notó, la navaja estaba ardiendo. su hermana puso su pie sobre el mango de la misma y la presionó con más fuerza hacia abajo, haciendo a su menor exclamar de manera rasposa al sentir cómo su piel, la carne, los nervios, todo, se quema lentamente.

─ debí matarte cuando tuve oportunidad, kim jungwoo.

...