Las vacaciones habían terminado, los niños al colegio, nosotros a trabajar y todos a lo suyo. Era el 17 de Septiembre, hacía calor y estaba en el coche, cuando de repente mi teléfono sonó, era Samuel el que iba a planear la boda. "María hay un "pequeño" problema, con la boda!", pare el coche y conteste "Como de pequeño?". Al parecer el "pequeño" problema se había convertido en un grave problema. La boda se había atrasado porque mi madre se había roto la espalda y por colmo iba haber una tormenta el día de la boda.