Historia de un árbol de hoja caduca

101 19 13
                                    



La gente, tranquila, pasea por las calles. Sin fijarse en mí. Yo, simplemente, aguardo a que alguien se percate de mi presencia. Solo espero, aguardo. Se me desprenden las hojas de mis escasas ramas, la corteza restante a duras penas se sostiene ya en mi tronco. Mis compañeros, silenciosos, tal como vinieron, se fueron. Yo sigo aquí, aguardando, a que alguien se fije, a que alguien decida cuidarme como cuidan ahora a mis hermanos. Aguardo, dos, tres, cuatro... Los meses se suman entre ellos, se sobrepasan, se juntan, y aguardan. Espera. Espera. Espera. Espera. La soledad es mi única posesión. No tengo nada, y no tengo a nadie. Aunque... ¿Debería decir que nadie me tiene a mí? Todo lo que deseo es una familia. Llevo días sin alimento, al parecer me han abandonado. No encuentro a mi vendedor, ¿dónde se habrá metido? Hace días que no se pasa por aquí. Aguardo pacientemente a que aparezca para que, nuevamente, me dé agua necesaria para continuar en esta espera perpetua. Mi amo sigue sin aparecer, y yo me siento desfallecer. Mis ramas se secan, mis hojas son ahora inexistentes. ¿Y mi dueño? No lo entiendo. ¿Me ha abandonado? No lo puedo creer. Tiene que ser mentira, no es posible. debido a la falta de alimento, mi cuerpo se seca. Ya no tengo hojas y el color de mi madera es enfermizo y pálido. Poco a poco estoy agonizando, cada día se ha convertido en una tortura. Aunque... ¿No lo era antes, también?
Hoy es mi último día de vida, lo sé. No puedo evitar sentirme desgraciado. Voy a morir. Y todavía espero, los últimos segundos previos a mi muerte, ver a mi amo.
Espera... Ahí está. Se acerca hacia mí. Pero no llega a tiempo. Estoy muriendo... Solo unos segundos más. Sólo el tiempo suficiente para que él llegue con el alimento. Aguanta. Solo un poco más. Ya está cerca. Aguanta... Sólo...

Historia de un árbol de hoja caducaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora