Mi novio es un ególatra.

Soy el rey de los ególatras.

Soy el rey de los ególatras.

— Y el ganador al chico más ególatra de este año es...

Ok paremos esto... Se preguntaran ¿qué diablos está pasando aquí? Pues es sencillo, estamos a 23 de septiembre día en el cual se festeja una no muy inusual celebración.

Cada año el instituto The Great Kingdom realiza un concurso para destacar las cualidades o defectos de sus estudiantes. El más importante de todos ellos es el chico más ególatra y la chica más ardiente.

Es ya una tradición, casi obligatorio contestar a las preguntas que se te hacen. Porque así es como se gana, realizan preguntas ya sea sobre ti mismo o tus compañeros, las graban y después de editar a su gusto lo muestran a toda la escuela para después votar en línea. Ya informados sigamos con el concurso.

— Y el ganador al chico más ególatra de este año es...Jaiden White

Y he allí mi nombre, muchos dirán que es un cargo con el cual no se sentirían orgullosos. Pero es todo lo contrario, el más ególatra se considera el chico más popular de todo el instituto.

Caminaba sereno y a la vez gustoso de recibir tal honor. Subí escalón tras escalón para el ultimo de un salto por fin llegar al escenario. Escuchaba no sólo aplausos si no abucheos incluidos, mucha gente odiaba al más ególatra, aunque los estándares ordenaban a que todos ellos me respetaran.

— ¡Wow!... Gracias, en serio no me lo esperaba.— Dije atreves de un micrófono colocado al centro de aquella tarima color roble.— Ja, mentira era más que obvio que YO ganaría, ninguno de ustedes nerd's me llega a los talones.— Terminé para después alejarme del micrófono y escuchar algunos abucheos junto a insultos.

Con una sonrisa de victoria me acerque a una de las chicas que organizaba el evento, para poder recibir mi muy merecida corona.

El ser él chico más popular del instituto había sido genial, era fantástico que la gente te respetara, pero como todo lo hermoso se acaba y para este hermoso rey no debía ser la excepción, el año terminó. Y aunque aún me consideraba él chico más popular, no era así.

Era ya un nuevo año, las vacaciones habían terminado al igual que el ciclo escolar. Y como sabrán nuevo año, nuevas personas en las cuales no debo confiar, cualquiera me pudiera robar mi corona y no quería eso.

Me levanté al escuchar el sonido de la alarma, era insoportable, no sabía ni por qué la había puesto.
Con pereza acerque mi mano derecha y la apagué, sabía muy bien que tenía que levantarme y arreglarme para poder llegar a tiempo al instituto. Y así lo hice, me levanté y me dirigí hacia la ducha localizada en la misma habitación.

Entre ya sin ropa, suspire un poco cansado y giré la llave para poder sentir esas gotas constantes de una muy relajante agua caliente. En cierta forma el sentir el agua chocar contra mi piel era suficiente para perderme y mas aún si chocaban en mi espalda. Era demasiado sensible, la mayoría no lo sabía y no lo debían de saber. Mis amigos se burlarían de aquello así que era mejor guardar aquel sentimiento.

Terminé de ducharme, cerré la llave y salí a mi habitación como dios me trajo al mundo. Nadie podía verme así que no me importó, tome una toalla y seque mi cuerpo rápidamente necesitaba buscar ropa lo suficientemente a la moda y a la vez atrevida para dar aires a chico malo, aunque de ello no tenía nada.

Salí de mi cuarto ya listo, aunque había sido difícil escoger un atuendo, termine por escoger una playera con cuello de V manga larga color azul cielo. Unos jeans ajustados azul marino y unos vans del mismo color que mi playera. Ya me había hartado de pasar tanto tiempo buscando ropa, por ello tome lo primero que encontré.

Bajaba las escaleras lentamente, no tenía mucha prisa por llegar con mi familia, y si se lo preguntan, no soy el tipo de chico popular que sus padres nunca están, y mucho menos soy hijo único. Mis padres me aman, y tengo un hermano y una hermana, así que mi vida es perfecta, y no es por presumir pero mi vida es la que todo chico o chica desearía.
O al menos eso pensaba hasta esa tarde.

— Me gustas, y quisiera que me dieras una oportunidad...