Capitulo 3

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Narra Jesus

Veo el mobil de Ruth encima de la mesa.

Voy hacia su casa con la intencion de darselo pero lo que me encuentro por el camino hace que me detenga.

-¡Eres tu! -grito a Daniel.

Daniel me mira con los ojos muy abiertos.

—Je...Jesus m...me cuesta respirar —me dice Ruth ahora sentada en el suelo.

—Tranquila te llevare a casa —la cojo en brazos— no puedo creer que fueras capaz de esto.

—Es una marginada hija de puta, si supieras lo que hizo —me dice.

—Ya hablaremos.

La casa de Ruth esta a dos pasos de la mia, vivimos pegados.

—¿Porque me hace eso Jesus? —llora en mi hombro— Lo quiero mucho.

—No lo se mi vida, no lo se —respondo.

Toco el timbre desesperadamente y al momento aparece su madre.

—¡Ruth! —la mira preocupada.

—Estoy bien mama, me costaba respirar, solo necesito descansar —la bajo de mis brazos y corre escaleras arriba.

Cuando no nos oye porque se ha encerrado en su habitacion, empiezo a conversar con mi madre.

—Jesus, se sincero conmigo porfavor. ¿Sabes quien agrede a Ruth? —me pregunta.

—Si te digo la verdad, acabo de descubrirlo —le aseguro— pero es mejor que no lo sepa, va a parecerle imposible pero me encargare de ello.

—Esta bien. ¿Quieres quedarte a cenar? —me pregunta.

—Oh no gracias, tengo que irme, voy a despedirme de Ruth.

Subo las escaleras y entro en su habitacion. Esta con unos pantalones de pijama pero con la parte de arriba al descubierto, pero solo veo su espalda.

—¡Jesus! —grita.

—¡Ruth¡ Pero ¿que es esto? —alucino con su espalda llena de moratones— girate.

—Pero no llevo sujetador— dice timida.

—Hay confianza, tranquila ahora hazme el favor y girate —le ordeno.

Se gira con verguenza, pero a mi ahora me da igual ver sus pechos.

—Madre mia —me acerco, se me va un poco la vista pero ¿a quien no? Jesus deja de decir gilipollezes— Esta rojo— toco por debajo de sus pechos —¿duele?

—Mucho—me dice.

—Por eso en verano te bañas con una camisa ¿verdad? Todo culpa de mi hermano —quito la mano de encima de su cuerpo y dejo que se tape.

                           (...)

Narra Daniel

Estoy en mi habitacion mirando por la ventana disimuladamente viendo y escuchando a mi hermano y a Ruth.

Veo como Jesus recorre las marcas de su cuerpo con su dedo.

No sabia lo que le habia causado, pense que no seria tanto.

Una lagrima cae por mi mejilla la sigo amando, pero esto no puede ser.

Veo como Jesus sale de su habitacion.

A los pocos minutos esta aqui conmigo, esta enfadado.

Se pone el pijama y se tumba en la cama sin dirigirme la palabra

                        (...)

El domingo pasa tranquilo para todos, sin ninguna especie de encuentro.

                        (...)

Narra Daniel

He quedado con David y Pablo esta noche para ir al club en el que trabaja Ruth a tomar algo.

—Daniel a ti quien te mola es la pringada, ese cuerpo te pone mucho ¿a que si? —David va muy borracho al igual que Pablo y yo.

—Esta muy buena —aseguro.

—Mira ahi sale —señala Pablo.

Es verdad, esta encima del escenario apoyada en la barra de metal.

Cuando la musica suena empieza a moverse muy sensualmente haciendo que empieze a calentarme.

Nos miramos fijamente.

Su mirada transmite odio, furia y rabia mientras que la mia transmite deseo.

Cuando acaba el baile oimos una voz.

Para los clientes del club, si quieren un baile particular de diez minutos con cualquier bailarina todos los domingos podran disfrutar de ello.

Esa idea resuena por mi cabeza.

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The Boy -Daniel Oviedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora