Una Casualidad

Capítulo 5. ¿Le pasará a él también?

Como muy bien sabéis, hay que dejar que los chicos reaccionen con el tema de las parejas, si en un tiempo no sucede nada, es que no quiere nada contigo, por eso lo dejaré estar con el tema de Alex.      

Al salir de casa me encuentro en la puerta a Alex. -¿Pasa algo?- Le pregunto extrañada, no me esperaba verle en la puerta de mi casa. - Necesitamos acabar con esto.-Me confiesa. sin haberlo visto venir me planta un beso en la boca. Es una sensación irrepetible, concretamente fascinante. -Sabemos que nos gustamos, ¿por qué no salir juntos?-Me pregunta algo entusiasmado. Aunque me duela mucho.. -Al..lex..Daniel, lo siento pero llevamos siendo amigos desde pequeños, no quiero que una relación se interponga en nuestra preciosa amistad.

Alex, por mucho que le doliera, respetó mi decisión, a mi me pasa lo mismo pero necesito olvidarme de él, necesito un hombre a mi lado en el que no hayamos tenido un pasado juntos. Eso será algo difícil de encontrar pero yo no predigo el futuro. 

-Sara, ¿ Te encuentras bien? No te veo buena cara.-Me pregunta Laura preocupada. Sin pensármelo dos veces, la cogí de su fino brazo y me la llevé hasta la clase de matemáticas, estaba vacía con lo cual era un buen sitio para comentarle lo sucedido. -¿Por qué le has dicho que no?- Me pregunta como si hubiera cometido un error grande.-Pues nos conocemos desde hace años y no quiero que tener una relación haga que dejemos de ser amigos, una cuestión de principios Laura. 

Laura lo entendió así que me fuí a su casa a pasar 3 días y olvidarme un poco del tema. Pero como otra vez repito, no predigo el futuro. Digo esto porque una de esas tres noches conocí a un chico del insti en una discoteca. Me ha pedido una cita, no le he dicho que si porque le contestaré cuando me lo piense mejor. El número se lo acabé dando, no tuve más remedio, era demasiado guapo y gracioso. La mala suerte que Alex se apuntaba todas la veces que su pandilla iba a la disco, que casualidad que el que organizaba esas quedadas era el novio de Britney y ella acabó llamándonos a nosotras.                 Por mucho que quiera dejar de verlo durante una temporada, cosa imposible, lo único que devo hacer es darle de lado porque se viste demasiado elegante para las fiestas, mi cuerpo me pide acercarme a él. Necesito alejarme, ¡Ya basta! 

La mañana siguiente, el chico que os comenté, se llama Frank, no sé como lo hizo pero me llegó al corazón. ¡Bling! suena la black berry: FRANK: cuando llegues a tu casa háblame por whatsapp.

Al llegar a mi casa, algo extraño pasó, vi un ramo de rosas en la ventana de mi habitación.-¡Mamá! Quién ha traído se ramo?-l e pregunté a mi madre al no acordarme que había hablado con Frank.            -Es para ti de un tal Frank.-me respondió mi madre desde la cocina. Me puse muy roja, nadie me había hecho un regalo así. Una nota de color salmón escrito: ¿Me dirás que sí?, junto con una imagen suya, su precioso cabello negro, chupa negra, zapatos deportivos y baqueros, lo mejor los ojos verdes que te miraban con una dulzura.

Hablé con él y le dí las gracias por las rosas. Frank: escribiendo.., ¿ y bien? ¿saldrás conmigo?   Sara: escribiendo.., quedamos en el parque cercano al insti y hablamos.                                                                          Me estoy planteando la respuesta mucho más que con Alex, Frank es un chaval encantador, mmm.. le diré..

Al llegar al parque, allí estaba, sentado e un banco impaciente por mi decisión. Le saludé y le dí dos besos. -Qué tal, ¿no serías alérgica a las rosas?- Me preguntó con un tono bromista. -Claro que no jaja- le contesté con una risa bastante callada y tímida. -Bien he venido ha hablar sobre la pregunta que me preguntaste en la disco, he estado pensando mucho y me caes muy bien pero..-le expliqué muy nerviosa. -Lo entiendo, no me conoces y..- me contesto bastante decepcionado pero no se dio cuenta de que no había terminado la frase. -No, no, te iba a decir que por eso tengo más razones para salir contigo, para conocerte mejor y  que me enseñes cosas que te gusta hacer. -¿Eso es un sí?- preguntó tan nervioso e impaciente que no me lo pude callar más. -Si, quedamos mañana entonces?