Mentalmente, el turno del chico de los rizos se acabó de una vez por todas cuando confirmó que ese castaño grosero había cerrado la puerta tras sí mismo. Su ceño no estaba fruncido, pero dentro de su pecho un malestar crecía constantemente conforme el corazón le latía. Le hacía doler la garganta incluso.
Suspiró, ¿qué más podía hacer? Luego y finalmente colocó sobre la caja el cartel que lo había puesto en discordia...: ''Caja cerrada''. Así, logró desaparecer como un ente hasta el cuarto de empleados donde se direccionó hacia el baño. Con la intención de refrescarse un poco la cara y calmar ese borboteante sentimiento de agobio, giró la perilla del lavamanos y cargando agua fresca no dudó en hacerla llegar hasta su piel. Sentía cómo los párpados le quemaban del cansancio, y las bolsas debajo de éste lo confirmaban. Se estaba sobre-explotando con su trabajo.
Una vez fuera del cuarto de baño, se sentó donde normalmente los empleados recogen sus bolsos o mochilas para despedirse del local. Allí fue donde eligió comenzar a quitarse el uniforme, esa chaquetilla en color verde que detestaba a medias, hasta meterla en una bolsa y luego dentro de su habitual morral.
De ésta sacó una camisa, puesto que quisiera o no... tenía planes. Llevaba jeans negros con unas botas demasiado gastadas y una camisa blanca. Se desató la coleta que llevaba, dejando caer sus largos rizos y sintiendo que en su cuero cabelludo algo era más libre.
Le llegaban hasta los hombros y hacían que su rostros se viera más delicado. Relamió sus labios, y con su bolso colgando de un costado, se dispuso a salir del supermercado en el que trabajaba.
Tragó saliva, mientras que sacaba una infinidad de folletos estudiantiles. Tal vez podía encontrar una carrera que le gustase de camino a casa... Harry no tenía auto, tomaba el metro. Su departamento estaba demasiado alejado del centro, donde él trabajaba, por ende además de tomar el metro a veces tenía que tomar el subterráneo. Caminó de forma cansada, con su espalda doliendo y una severa migraña palpitante en sus cienes. A pesar de eso, comenzó a leer cada uno de los panfletos que llevaba entre los dedos.
Las universidades se veían imponentes y prestigiosas, lugares correctos donde todo estaba a regla y nada malo pasaba...Totalmente aterrador. Pero al mismo tiempo, sin dudas lo que anhelaba.
Tenía el ceño fruncido y los labios apretados. Tenía que dormir por lo menos un poco...Sus mejores amigos le habían invitado a un pub, y no, Harry no iba a perder la oportunidad de salir a tomar un poco para relajar sus inquietudes.
Apenas logró abrir la puerta de su departamento, arrojó el bolso a un lado de la entrada. Suspiró en voz alta mientras comenzaba a quitarse la ropa poco a poco. Desabrochó su blanca camisa con sus largos dedos...Se quitó las botas, las medias y batalló para quitarse sus pegados jeans.
Su cuerpo estaba ejercitado, grandes pectorales, piernas para el infarto; Un cuerpo escultural, todo gracias al romantizado arte de ser un marginal que camina a todos lados... Tras una relajante ducha de varios minutos, Harry programó su reloj para las siete de la tarde y se tiró en su cama.
Sentía los latidos en sus músculos calientes. Sus largas pestañas curvadas hacia arriba se veían perfectas y femeninas...Sus labios de color magenta levemente desplegados eran una total obra de arte y sus rizos húmedos, bien armados, esparcidos por su almohada no hacían nada más que entregarle un aspecto aniñado y preciosamente tierno.
Pero la realidad pegaba tan fuerte como un puño, y la suya era que estaba agotado, se sentía como molido a palos; suspiró una vez más y luego, después de mucho tiempo... sonó la alarma.
Aveces era increíble cuan profundamente podía dormir por horas.
Sus ojos se desplegaron lentamente...Se relamió los secos labios y tras parpadear, echando al sueño, logró levantarse. Harry ''almorzó''.
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La ansiedad de Louis | Larry Stylinson AU {Próximamente}
FanfictionHarry ha pasado cinco años trabajando en el mismo lugar. La Universidad no está entre sus intereses, o eso es lo que le dice a cada persona que pregunta cómo van sus estudios. Durante ese quinteto de años ha visto a la misma persona comprar infinid...