Capítulo 3: Pie en el Acelerador

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¿A dónde me llevaba? Ni la menor idea. Me encontraba en la parte trasera del auto, todo era silenció, nadie se animaba a hablar y lo peor, mi panza comenzaba a rugir, mi cuerpo exclamaba que lo alimente, pero era imposible.

-¿A dónde vamos?- decidí romper el hielo, pero nadie contesto, me sentía ignorada, mi amiga iba concentrada en el celular, y su hermano en el camino, por lo tanto decidí mirar por la ventana, pero no paso mucho tiempo cuando mi panza volvió a rugir-Por lo menos díganme que vamos a comprar algo para comer- mi amiga me miro divertida- ¿qué? No he comido desde el medio día- ella negó.

-deberías haber comido algo, en vez de estar hablando con ese idiota- su hermana lo fulmino con la mirada.

-¿Qué idiota? ¿Tu?- me hice la desentendida, cuando sabía perfectamente que hablaba de Cameron.

-No te hagas la boba- me miro por el espejo retrovisor- sabes que hablo de idiota de Cameron- volvió a fijar su mirada en el camino.

- te informo que él es mucho más hombre que vos- Emily dirigió su mirada hacia mí. Le guiñé el ojo, para que entendiera y me siguiera el juego. Ella me sonrió en forma de respuesta.

- ¿Así que ya lo has probado Torpe?- volvió a mirarme, pero esta vez con una sonrisa torcida.

-obvio, si no, no te lo estaría diciendo- le devolví la sonrisa. El auto se frenó de golpe, haciendo que mi cuerpo pegue contra el asiento de enfrente. Mire a Ian tratando de buscar una explicación a lo que había pasado. Él se encontraba con su cabeza mirando hacia atrás, con una sonrisa de arrogante.

-Vas a ver como cambias de opinión tan rápido, después de haber estado con migo- su hermana le pego en el brazo, yo la mire y le sonreí, dándole a entender que no me había incomodado lo que había dicho.

-¿cómo esta tan seguro?- lo desafié

-Porque te traigo loca- me guiñó- lo puedo ver en tus ojos, en la forma que me miras, puedo ver cómo te vuelvo loca con tan solo mirarte- sentimos la falsa tos de Emily, lo que hizo que todo volviera a como estaba en el principio, todo se volviera silencio, pero como siempre lo volví a romper.

-créeme cuando te digo que no sos de mi tipo- le lleve la contra- al contrario sos de esos tipos de los que me mantengo alegada- le sonreí falsamente.

-Cariño, díselo a tu cuerpo que parece no haberse dado cuenta- idiota me había vuelto a cerrar la boca- ahora ¿quieres comer o no?- como idiota asentí, había perdido esta guerra, pero eso no quiere decir que pierda la próxima.

Habíamos llegado, después de haber parado a comer obvio. Se había hecho la noche, y el cielo parecía despejado, con una hermosa luna acompañada de un millón de estrella. Esto me recuerda a cuando era pequeña, me encantaba tirarme en el pasto y observar el cielo, pero ahora estaba bastante grandecita como para tirarme en el, pero eso no impedía que lo siguiera haciendo, creo que todavía hay una niña pequeña en mí.

-¿Bajas?- mi amiga me volvió al mundo real, asentí y me dispuse a bajar, pero cuando baje me di cuenta en donde estábamos, un lugar gris por cierto, con un monto de personas vestidas de negro, y un montón de chicos haciendo rugir los motores de sus vehículos. Mire a mi amiga buscando una explicación, se supone que ella se había alejado de este mundo, ella misma me lo había dicho, entonces ¿Qué hacíamos haca?- después te explico- se notaba que no le agradaba haber vuelto, pero ¿Por qué lo hizo entonces? De seguro el idiota tenía algo que ver.

-¿quieren mover sus trasero hasta aquí?- y ahí salto el degenerado de Ian, lo fulmine con la mirada, era obvio que no me gustaba que me mandaran, ni si quiera sabia porque estaba aquí- créeme, no te hubiera traído si no fuera por mi hermana que me lo pidió- sentí un susurro al lado de mi oído- no perteneces a este mundo, ni siquiera sé porque acepte- se encogió de hombros, fije mi mirada al frente, y me encontré con Emily, quien ya nos había sacado una larga distancia. Tal vez ella quería que estuviera aquí para darle mi apoyo, después de todo ella había usado mi hombro para llorar, y me había contado su penosa historia.

Mi Vida Con ÉLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora