Capítulo 1

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Salí de mi casa y caminé hasta el pequeño Starbucks que se encontraba en la esquina de mi calle. Una hermosa calle iluminada por el sol rodeada de arboles que cada vez crecían más dándole un toque especial al lugar y al pueblo. Me encantaba el verano en Lagoon Falls, el pueblo donde nací y vivo desde que tengo memoria.

Parte buena del verano era que podía usar camisetas sin abrigo y shorts sin tener frío, pero ya se acercaba el otoño y con él la entrada a clases, de hecho, entrabamos ese día.

Pedí dos cafés y caminé hasta el hospital que se encontraba cerca de ahí tomando mi café y sosteniendo el de mi madre en la mano. Entré al hospital.

-Hola Katie-la enfermera encargada de recibir a las visitas e indicarles donde se encontraban los pacientes a los que buscaban me sonrió ajustando su tirante tomate marrón sobre su cabeza-tu madre se ha levantado hoy, creo que va mejorando de manera impresionantemente rápida.

-Gracias-dije saludándola y caminando al cuarto donde mi mamá reposaría por lo menos una semana más de la operación a la que se había sometido.

Entré a su cuarto. Ella dormía.

-A despertarse-dije entrando y dejando los dos cafés sobre la mesa donde se encontraba un viejo televisor que le servía de acompañante mientras nosotros estudiábamos y no podíamos estar ahí con ella.

-Es temprano

-Pero ahora tengo que ir al instituto ma, ya no puedo venir a las once a visitarte, tendrás que conformarte con mi visita a las...-miré mi reloj- 7.30 de la mañana.

Ella sonrió y se sentó en la cama tratando de alcanzar su café. Se lo acerqué y me senté en la cama a su lado.

-Amelie me contó que ayer te levantaste ¿Ya no te duele el estomago?

-El riñón no está en el estomago Katie

-No importa donde está ¿Ya no te duele tu no-riñón?

-Solo un poco, me puedo mover sin que me duela.

-Eso es bueno-dije

Ella apretó el control para prender el televisor y aparecieron las noticias. Tomé el control y la apagué.

-No desperdicies tu tiempo-dije arrojando el control remoto al otro lado de la cama-mmm subió el dolar, subió el petroleo y el gobierno está tratando de aprobar una nueva ley para los bomberos, ah, y un video sobre un conejo en snowboard se hizo trending mundial en Internet, ya sabes Youtube. No ha pasado nada interesante o fuera de lo común.

Ella rió.

-¿Y tu desde cuando ves las noticias?

-Desde que que papá está encargado de la casa. En algún momento voy a aparecer en las noticias por que la casa se inundo porque algún idiota ahí dejo la llave prendida, tengo que familiarizarme con eso ¿no?

Ella volvió a reír.

-Creo que es poco posible que eso pase Katie

-No creas. La casa es un desastre sin ti

Miré mi reloj. 7.45

-En fin, me tengo que ir. Vendré en la tarde.

-Esta bien

Le di un beso en la mejilla y me paré para irme.

-Ah, Kate, espera ¿Le puedes llevar esto a la señora Lewis?

Ella me pasó un sobre.

-¿Que es?

-Solo son los resultados de ambas operaciones, ella me pidió verlos

Rodee los ojos.

-Iré. Adiós.

Caminé fuera del cuarto y luego a la habitación de Nora Lewin, esa se encontraba a unos pasillos de donde estaba mi madre.

Toqué la puerta tres veces antes de escuchar un vago "pase".

Entré.

Nora era una mujer de cuarenta y tantos años pero se veía de treinta, tenía el pelo rubio y ojos grises. No se veía muy bien en este estado, una venda en su cabeza, un ojo morado, heridas por todas partes y la mayoría de su cuerpo hinchado con moretones. Daba un poco de nervios mirarla.

-Katie-ella saludó sonriendo-¿Que te trae por aquí?

-Mi madre me pidió que le diera esto-le entregué el sobre-son los resultados de las operaciones.

-Gracias, mándale saludos a tu madre. Ya sabes que nunca le podré pagar por lo que hizo por mi

Me despedí y salí de la habitación caminando de vuelta a la calle donde me dirigiría a la escuela.

No era como que la extrañara. Había tenido un gran verano. Había ido de viaje a la playa unto con Alicia y Kristen mientras Sophie estaba de viaje en Europa, luego ella había vuelto y nos habíamos ido las dos a su casa de campo. Kristen me había acompañado a la casa de mis abuelos unos días y Alicia nos había invitado a todas a irnos por el fin de semana anterior a la casa de sus tíos donde había una gigantesca piscina, pero yo no había podido ir con ellas debido a la operación de mamá.

Llegué al instituto, era grande, blanco y uno de los únicos dos que habían dentro del pueblo por lo que todos los menores que vivían ahí iban a Lagoon Falls Institute o el de mi hermano Lagoon High School. Había cierta rivalidad divertida entre estas dos escuelas. Yo conocía a algunas chicas de L.H.S. las cuales no eran nada amables, de hecho, eran despreciables. 

Entré al instituto y rápidamente recibí el abrazo de dos de mis mejores amigas, Sophie y Alicia. Kristen posiblemente estaba llegando tarde o quejándose con algún profesor de las "injusticias de la vida en la escuela" las cuales significaban los castigos que Kristen recibía por comportarse como una zorra amargada.

Rápidamente nos topamos con ella en el pasillo. Ella estaba vestida con un pantalones más grandes que ella color verde militar y una camiseta de tirantes negra lo suficientemente corta para dejar ver su perforado ombligo. Todo esto acompañado de una chaqueta de jeans sin mangas la cual había diseñado ella misma. Nadie ademas de nosotras lo sabía pero Kristen detrás de su mascara amargada y sexy guardaba la pasión por cocer y diseñar su propio vestuario, hasta las botas marrones que tenía puestas eran confeccionadas por ella.

-Al parecer estoy vestida de una manera "poca adecuada para un instituto educacional"-ella dijo poniéndose a nuestro lado imitando la voz de Felicia Green, la odiosa subdirectora de nuestra escuela.

Íbamos las cuatro caminando por el pasillo, las cuatro mejores amigas. Ese era mi penúltimo año escolar, el último antes de entrar al real, al año donde todo sería estudios y ver universidades, mi último año libre. Estaba destinado a ser un año perfecto.

O eso creía...


Entre la Vida y la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora