Capítulo 4

24 3 3
                                    

Tras sacarme una serie de examenes y verme un poco la doctora Collins entró a la sala.
-Vamos a ver Kate, lo tuyo fue muy raro-ella leyó sus papeles-tuviste un choque eléctrico, el nervio de tu hombro envió pequeños choques eléctricos a tu cerebro lo cual hizo que perdieras la concienia ¿Estabas cerca de cables o algún enchufe?

-No. Estaba al medio de una sala.

-Okey, lo más posible es que quien te haya tocado el hombro tenía electricidad en su cuerpo, posiblemente se había electrificado recientemente o algo así.

-Es que usted no entiende-dije-nada ni nadie me tocó

-Eso es imposible cariño, alguien o algo te tocó pero no te diste cuenta

Suspiré. Yo sabía bien lo que decía y estaba segura.

-Bueno linda, quiero que te apliques esta crema en la zona del hombro dos veces por día ¿Está bien?-ella me pasó un envase con una crema amarillenta-puedes retirarte, ah y no hagas mucha fuerza con ese brazo.

-Entendido. Gracias.

Caminé fuera de ahí. No me dolía el brazo, no me dolía nada.
Volví a la habitación de mi mamá y me senté en su cama mientras ella estaba en el baño.
Tomé una revista y me quedé leyendo un articulo sobre como a aumentado la tasa de compras de ropa en el país.
-Mamá estoy afuera-avisé leyendo el artículo

-Me demoraré un poco con las vendas, espera ahí

Seguí leyendo.
De repente una luz iluminó mi cara. El televisor se había prendido. Revise bajo mis piernas y la sabana por si estaba sentada sobre el control, pero no, el control estaba situado sobre la mesa del televisor completamente inmóvil.
-Estos televisores viejos, prácticamente se controlan solos-dije en voz alta para estar segura de lo que decía aunque por dentro me temblaba todo.

Mi madre salió del baño arreglandose la bata.
-¿Que decías cariño?

-El televisor, se prende solo-dije dandome cuenta de la falta de luz en la habitación y levantandome para prender la pequeña lampara blanca que colgaba en el medio de la habitación.

-Pero ya la apagaste asique no importa

Miré la TV sorprendida. Esta estaba con su reluciente pantalla negra sin luz ni sonido, como si nada munca hubiera pasado. Abrí la boca para decir algo pero no se me ocurrió nada.

-Oh-dije finalmente.

-Entonces Katie ¿Que te dijo la doctora?

-Un shock eléctrico o algo así. Según ella me afectó los nervios y me tengo que echar esta pomada dos veces al día

-¿Shock eléctrico? ¿Como es eso posible?

-No lo se. Es todo tan raro.

-En fin-ella dijo tras un largo silencio pensativo-tengo buenas noticias. Este fin de semana me dan de alta, para el viernes ya debería estar todo listo para poder retirarme.

-¿¡Enserio?!-dije olvidandome de los malos sucesos que habían ocurrido a lo largo del día-¡Eso es genial! ¿Sabe papá?

-No todavía, le diré cuendo venga mañana en la mañana. Tu tienes que irte a descansar a casa, tu padre debe estar preocupado. Le informaron que te retiraste de clase tras un suceso accidental y nadie supo como o porqué.
Asentí.
-No es nada grave, no importa. Igual iré.
Me despedí de mamá y caminé fuera de la clínica mientras el sol se ponía con gran lentitud en las pequeñas montañas que rodeaban el pueblo donde vivía.
Nunca habían sucedido crímenes o desapariciones en Lagoon Falls por lo que no me daba miedo caminar cuando ya estaba oscuro.
Recordaba cuando era niña y corría a mi casa antes de que la luz del sol desapareciera. Un día no alcancé a llegar y me dio tanto miedo que entré a la primera casa que vi y pedí un teléfono para que mis padres me fueran a buscar. Así conocí a Kristen, una de mis mejores amigas.
-¿Kate?-Alex mi hermano tan solo dos años mayor me gritó por la ventana- papá está como loco buscandote. Te va a llegar un sermón...

-Estaba con mamá, él sabe que la voy a ver todos los días

-De igual manera-él dijo abriendo la puerta principal-ve a su escritorio

-Despues-dije pasando a su lado.

-Está bien-él dijo. -¿Como está?

-¿Quien?

-¿Quien crees?

-¿Mamá? Bien. Pero tu no te molestas en ir a verla así que no se porqué te preocupas

-Sabes que no me gustan los hospitales

-¿Y? No es problema de mamá que tu tengas una fobia rara por los hospitales-dije molesta empezando una de las miles de peleas que teníamos al día con Alex.

-No. No es MI problema que ella haya decidido donar un riñón a cualquier persona

-¡Eres un estúpido egoísta! Era madre de uno de tus compañeros ¿No? ¡Murió toda su familia! No haría lo que mamá hizo pero eso no significa que la dejo tirada en el hospital durante meses. Eres un real idiota

Él suspiró.
-¿Terminaste ya? Tengo que ir a cocinar, es lunes, mi turno

-¿¡Al menos escuchaste lo que dije?!

-Nop-él dijo de manera desinteresada pasando a mi lado.

Caminé hasta mi pieza y cerré dando un portazo. Frustrada me tiré en mi cama tras un raro día y sin siquiera cambiarme de ropa me deslicé en un profundo sueño.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 04, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Entre la Vida y la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora