Hoy era un día muy tranquilo, y yo me encontraba en mi habitación preparando las maletas. Dentro de 4 horas nos vamos de la cuidad a la finca del pueblo. ¡Será un rollo!, mi madre me dijo que no habrá ni internet ni cobertura por lo que solo tendré mi preciada música.
Bajé a la cocina a picar algo, de paso preguntar a mi madre si podría salir a despedirme de mi mejor amiga.
— ¡Mama!— Grité.
— ¡No grites así Lisa!¿Qué pasa?— Preguntó.
— ¿Puedo pasarme por la casa de Valentine? Me quiero despedir de ella.
— Si, pero no llegues tarde, acuerda te que a las 20:30 salimos de la ciudad.
— ¡Ya lo se, descuida!— Subí a coger mi penny y mi móvil junto con lo auriculares. Conecté los auriculares y me dirigí a casa de mi amiga.
Al llegar, toqué el timbre y una voz habló :
— ¿Sí?— dijo la madre de Valentine.
— ¡Hola soy Lisa!— Su madre ya me conocía.— ¿Me abres?
— ¡Claro sube!— Entré al portal y me metí en el ascensor. Me abrió su madre. Le dí dos besos y me dijo que Valentine estaba arriba a si que subí.
— ¡NIÑATA! ¡Cuanto tiempo!— le grité haciendo que pegue un salto en su silla.
— ¡Ostias que susto! ¿qué te trae por aquí?— Se levanto para saludarme.
— Pues que se me olvidaba decirte que a las 20:30 me voy a la casa del pueblo. No se cuanto estaré...pero, se que mucho tiempo.— dije cabizbaja.
— Bueno tranquila, con tal de que vuelvas...— habló subiendo me el mentón.
— Vale, pues solo vine a estar unas horas contigo antes de irme.
— Bien, pues...¿que te apetece hacer?
— No sé, jugamos a tu play 2? Deberías comprar te la 3 como yo.— Puse cara de triunfadora.
— Cállate, no me dejarán. Bueno te apañas con lo que hay.
Nos pasamos toda la tarde jugando a su play. Entre risas y golpes nos lo pasamos genial, pero ya era la hora de irme; se me hacía tarde.
Llegué a casa un poco cansada de ir con prisas.
— ¡Llegas tarde melona!— Me grito Niko mi hermano mayor.
— Ya lo sé, estuve entretenida. ¿Ya está todo guardado?
— Sí, ya hemos metido tu maleta también, ¿te llevarás tu penny?— dijo mi madre.
—Sí.
— Vale haré sitio.
Al cabo de unas horas me quedé dormida en el coche con la música puesta. De pronto dejo de sentir tanto movimiento y me despierto, miré por la ventana y estábamos parados en un semáforo, eso solo significa que estamos en el pequeño pueblo llamado "pastrana"
— Vamos a pasar un momento por la casa de los abuelos. Si queréis daos una vuelta vosotros.— dijo papa refiriendo se a Niko y a mi.
— Vale, daremos una vuelta a ver...— habló Niko.
Llevábamos rato caminando hasta que me suena el móvil. Y respondo.
— ¿Sí?
— Subiros ya, que nos vamos a la finca.— Habló mi madre.
— Vale..— Colgué.— Dice que subamos ya a casa de los abuelos que ya nos vamos a la finca.
Subimos al coche, la vieja finca estaba a 3 minutos del pueblo, por lo que si hay que ir al pueblo, a pie no se puede.
Entramos en la casa y estaba llena de polvo y pocas telarañas.
Entré en mi viejo cuarto y lo que vi me dejó perpleja. Estaba llena de sangre y cuchillos tirados por el suelo. Había un chico que estaba agachado dándome la espalda, cuando se dio la vuelta, me fije que tenía una mascara azul oscuro, donde deberían ir los ojos habían dos cuencas negras chorreando líquido negro. Se levantó rápidamente dejando caer su bisturí y salió de la ventana como si nada, y eso que mi cuarto está en el segundo piso, por lo que hay altura. Me acerqué a la ventana corriendo y me asomé mirando abajo y no estaba ahí, entonces miré al frente y lo vi correr hacía el bosque.
Mi corazón iba a mil. No me lo podía creer, tenía miedo, lo suficiente como para no dormir bien esta noche. De momento no pensaré en decirse lo a nadie, no me creerán.
—¡Lisa, baja. Vamos a cenar!— Gritó mi madre desde la escalera.
—¡Ya voy! ¡Un momento! —Le grité. Empecé a limpiar toda la sangre que había en el suelo y a guardar los cuchillos y el bisturí debajo de la cama. Si entra mi hermano o alguno de mi familia, pensarán que he matado a alguien. Bajé corriendo las escaleras y entré al comedor donde estaban todos sentados cenando.
—¿Qué hacías que tardabas tanto? —Preguntó mi padre.
'Mierda'
—Ehh... Estaba recogiendo un poco la habitación. Estaba muy sucia.
—Pero si ya te dije que lo ordenamos todo mañana.
—Es que había mucha suciedad.
—Esta bien.
Cenamos y fregué los platos. Subí a mi habitación y me senté en la ventana. Las estrellas brillaban como siempre. Hoy era noche oscura, no hay luna. Me gustan ese tipo de noches, me hacen sentir una sensación de gusto y agrado indescriptible. Cerré la ventana y corrí las cortinas. Me puse el pijama y quité las sabanas sucias de la cama, puse limpias. Me metí en esta y cerré los ojos.
3:33 a.m.
Me desperté por una sensación y pesadez extraña que me invadían. Sentí como si me lamiesen el cuello, abrí los ojos de golpe y miré a la ventana. Estaba abierta con las cortinas corridas. Me extrañe demasiado. Con miedo, me levanté lentamente de la cama tropezando me de vez en cuando. Me quité las sábanas de encima. Cerré la ventana. La habitación estaba en total oscuridad, mis ojos no captaban ni un rayo de luz. Solo la ventana era iluminada.
Me costó llegar a la cama, pero una vez en ella intenté dormir de nuevo, cosa que fue en vano. Sentí como si me acariciasen la cintura, una mano fría recorría todo mi cintura hasta llegar a la cara. Sentí como me acariciaba la mejilla, era una sensación extraña pero a la vez cómoda. Me sentía segura con lo que sea que me esté acariciando. Era extraño, pero una vez desapareció caí rendida.
Desperté por pequeños rayos de luz que iluminaban mi rostro. Me levanté con energías, hoy será un gran día, salvo lo de anoche. Hoy iré al bosque a investigar un poco a ver que era esa sensación.
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Pesadillas ocultas. © |Eyeless Jack|
RomanceSus sueños no la dejan dormir y descansar en paz, cada noche la atormentan, pesadillas pasan constantemente por su subconsciente. Pero esos sueños tan terribles ocultan un mensaje que ella no sabe aun. Vive su vida de porreta junto a su novio Jack...