Capítulo 2 Eyeless Jack.

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Desperté un poco mareada y desorientada. Me dirigí al cuarto de baño y mojé mi cara con agua fría. Pude despejarme un poco. Me miré en el espejo, tenía los pelos de una loca y unas ojeras tremendas que parecen sacos. Anoche no dormí muy bien por lo que parece. Volví a mi habitación y saqué una ropa para ponerme. Decidí por unos shorts negros y una camiseta ancha blanca con letras negras formando la palabra 'WHAT'  en ésta. Terminé de ponerme las converse y bajé a prepararme el desayuno. 

— Buenos días. — Saludé a mi familia. 

— Buenos días cariño. — Respondió mi madre. Era la única que me trataba bien, pero sé que en el fondo mi hermano me quiere. Y mi padre al parecer no estaba en casa. 

— ¿Estás preparando el desayuno mama? no tienes por que molestarte.— Le dí un beso en la mejilla.

— Sabes que me gusta cuidaros como mis niños pequeños.

Desayunamos entre risas y cuando acabamos ayudamos a mi madre a limpiar y recoger todo. Subí a mi habitación a coger cosas necesarias para ir al bosque.

— ¡Mama! — Le grité desde la escalera.

— ¿Qué?— Me gritó de vuelta. 

— Voy a dar una vuelta por el bosque, me apetece salir un rato. Volveré antes de la comida.—Dije mientras bajaba las escaleras.

— Esta bien, ten cuidado. Y no te pierdas en el bosque. 

— Me llevo el móvil y las llaves por si acaso. Adiós.  

  — Adiós.— Me dio un beso en la frente y cerró la puerta. Miré al frente, todo lleno de árboles y arbustos. Suspiré.

Allá vamos. Lo que quiera que seas, te encontraré...

Suspiré de nuevo. No estaba muy segura de lo que iba a hacer, pero que sea lo que dios quiera...

Caminé unos pocos pasos, paré en seco.

No se si entrar, hay muchos peligros en este bosque. Pero habrá que intentarlo...

Caminé, esta vez decidida, seguí mi camino sin pensarlo 7 veces. 

El sol brillaba con calidez, cada paso que daba sentía como si algo o alguien me observara, miraba a mi alrededor y no había nada. Seguí mi camino, poco a poco se notaba el cambio de ambiente, con forme me adentraba más en el bosque, más humedad y pesadez había en el ambiente.

Los pájaros que hace unos momentos cantaba, callaron y el viento se hacía presente, una ráfaga de viento hace que todo mi cabello se vaya hacia atrás, teniendo así mi rostro despejado. De pronto, unas risas se escuchan, al parecer un poco lejos ya que no las escuchaba del todo bien. 

Tengo que esconderme.

Poco a poco se hacían más audibles, hasta que me asomé un poco y vi a unos adolescentes un poco más mayores que yo probablemente vayan a segundo de bachillerato, me llevarían 2 años. Giré mi cabeza de nuevo apoyándola en el tronco del árbol en el que estaba escondida, sin querer moví unas hojas que habían a mi alrededor. 

  — ¿Habéis  oído eso?— Preguntó uno.

Mierda, mierda y más mierda. 

Mis manos empezaron a temblar y mi respiración se hacía rápida y pesada. 

— A lo mejor sea un conejo Cristian. Estamos en pleno bosque.— Respondió seguro otro. 

— Buah...chavales me estoy meando, voy a echar una meada detrás de un árbol, ahora vengo.

Pesadillas ocultas. © |Eyeless Jack|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora