Capítulo 3 Decaída...

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De camino a casa presencié un olor a quemado, a lo lejos vi un poco de humo que desaparecía en el cielo. Asustada, eche a correr hacia el lugar de donde provenía el humo. Era de mi casa, estaba totalmente en llamas, quedé paralizada no me creía nada de lo que estaba viendo. 

Cogí mi chaqueta y me tape la nariz y boca. Intenté buscar una entrada desde afuera de la casa, al cabo de los 3 minutos encontré una, era en la ventana que daba hacia mi habitación, no sabía como podría subir hasta allí, ya que tiene unos tres metros y medio de altura por lo que me será difícil. Me la jugué y empecé a  escalar por el borde de la pared a la vez que me agarraba de la tubería que había a mi costado.

Al poco tiempo de esfuerzo pude subir, el calor inundaba la casa, estaba sudando mucho y el humo no me dejaba ver con claridad. Busqué por toda la casa alguna señal de vida de mi familia, pero no di con ninguna. Sin embargo, al entrar en la habitación de mi hermano vi un pequeño papel encima de su escritorio, el fuego no había llegado del todo hacia su cuarto, justo cuando di un paso para cogerla, un trozo de madera quemada del techo cae delante de mi. Tenía que salir por patas de aquí o la casa se me venía encima. Estaba completamente extrañada de si mis padres estuvieran en casa.

  — ¡¿Papá, mamá ?! ¡¿Niko?! — Esperaba unos segundos pero no obtenía respuesta alguna.  

Empecé a dejar de pensar, no estaba en los mejores momentos para hacerlo, por lo que me puse a pensar mejor en como salir de aquí, me dirigí a la puerta para salir de la habitación que ya estaba en llamas completamente y con el cuidado de no quemarme,  salí corriendo a la sala principal. Cada segundo que pasaba ahí dentro era como un puñetazo en los pulmones, no tenía oxígeno apenas y mi vista me estaba fallando poco a poco, los puntos negros acabaron dominando mi vista haciendo que no vea absolutamente nada y cayese detrás del sofá con un fuerte golpe en la cabeza.

 Desperté en una habitación totalmente desconocida para mi, el ambiente era húmedo. Había poca iluminación por lo que no pude visualizar demasiadas cosas que tenía alrededor, solo una pequeña ventana iluminada por la luz tenue de la luna. No había ni un solo sonido de civilización cerca ni coches ni nada, por lo que supuse que no estaba en el pueblo, estaba en lugar lejos de la gente.

La cama en la me encontraba era grande, para dos personas, y a mis dos costados se encontraban pequeñas mesitas de noche de madera y una pequeña lámpara en cada una. Supuse que era de un chico la habitación y por el olor a hombre que hizo que despertara del todo, ¿dónde narices estoy? ¿me ha secuestrado un tío?

Me levanté de la cama intentando hacer el menor ruido posible y cogí una de las lámparas de la mesita para defenderme de cualquier cosa que pueda atacarme dentro de esta casa. Abrí con cautela la puerta de la habitación, con suerte no hice mucho ruido, asomé mi cabeza antes de sacar el cuerpo entero, miré al frente y había una puerta de madera, miré a la derecha y había un pasillo oscuro, parecía que no había nadie en esta casa, pero si me han traído aquí por algo será.

Miré a la izquierda y había otra puerta más de madera, salí de la habitación y me dirigí por el pasillo aún con la lámpara en la mano como única arma de defensa que tenía. Mis pasos eran lentos y temblorosos, tenía la piel de gallina y estaba totalmente cegada por el miedo. Al fondo del pasillo vi como una pequeña sala de estar, y a la derecha una cocina con una  barra de bar.

Al fondo de la cocina vi una silueta, un poco mayor de mi estatura aparentemente, me acerqué lentamente y subí la mano con la que tenía la lámpara y con un gesto rápido bajé la mano para golpeara esa silueta, cerré los ojos esperando el impacto hacia aquello pero sentí que me agarraba la muñeca velozmente antes de que yo pudiese golpearlo. Quedé totalmente quieta y muy asustada por miedo a morir.

¿Qué coño crees que haces?— Habló una voz masculina, que reconocí un poco.

Lo siento, no sabía que eras tú.— Pregunté ansiosa de que diga que si, y no de que sea un extraño.

El próximo fallo que tengas, tienes probabilidades de morir .— Hice una pequeña mueca.

Lo siento. — Agaché la cabeza asustada.

¿Sabes quién incendió tu casa? — Preguntó extrañado. Me sobresalté al recordarlo.—Toda tu familia estaba dentro, todos murieron.

¡¿Qué?!  —Exclamé sorprendida. Un extraño frío recorrió mi columna hasta mi nuca, me estremecí de pensarlo. Mi pulso empezó a acelerarse, y mis manos comenzaban a temblar. Caí de rodillas al suelo y me quedé parada durante unos largos minutos pensativa.  

Jack caminó por delante de mi sin hacerme caso alguno, y lo perdí de vista. En ese momento solo pensaba en mi familia, en que nunca volveré a verles. Me levanté del suelo con las piernas temblorosas, paré en seco en mitad de la sala y sin apartar la mirada del suelo le pregunté a Jack :

  — Perdona, ¿puedes decirme donde esta el baño, por favor Jack?— Él me señalo una puerta que había detrás de mi, a mi izquierda. 

Me dirigí al baño y cerré la puerta con pestillo. Vi que había un pequeño espejo colgado, las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas, cuanto más me imaginaba el querer ver a mi familia más dolor sentía en el pecho. Miré el espejo y apreté mi puño y en un gesto brusco lancé mi mano hacia el centro de este consiguiendo romper en pedazos aquel pequeño espejo. No sentía dolor alguno, a pesar de que mis nudillos no dejaban de sangrar y fue ahí cuando me di cuenta de que quería dejar de estar en la mierda de mundo en el que vivimos. Escuché como Jack golpeaba la puerta. 

  — ¿Qué haces? ¿Qué ha sido ese ruido, va todo bien?—No le respondí, ni tenía intención de hacerlo. 

Me agaché para coger un trozo de cristal roto. Los golpes en la puerta aumentaban pero yo lo ignoraba, aunque cada vez fueran más fuertes. Dirigí el filo del trozo hacia mis antebrazos y ahí fue cuando me dejé llevar por el dolor interno que sentía, mis sollozos eran más pronunciados y los cortes más profundos. Cuando de pronto siento la puerta abrirse de un gran golpe, mi visualización cada vez fallaba más, y mi cuerpo cada segundo se debilitaba por completo. 

  — ¡¿En qué coño estás pensando estúpida?! ¿Qué narices crees que vas a conseguir con esto? Eres la persona más débil e inepta que he conocido. ¿Cómo se te ocurre? — Y de pronto eso fue lo último que escuché antes de caer desmayada.

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En el próximo capítulo...

  —  ¡No me obligues a probar esas cosas! — Me entraron arcadas solo de pensarlo.

  O comes o mueres tu sabrás...—  Me lo dejó en frente para ver si me decidía. — Yo no pienso conseguir tu comida, agradece que estás viva, bastante hago con eso. 

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¡¿JACK?! ¿Qué narices te ocurre? me estás asustando por favor ¡Para! — Intentaba empujarle pero era imposible. Cada vez se ponía peor...

¿Pero qu-?—  Fui interrumpida por la actitud de Jack. No entendía nada de lo que estaba ocuerriendo.  

'Tengo que salir de aquí'

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Llevo mucho sin publicar y me disculpo por ello pero  a partir de ahora empezaré con más actualizaciones. Aparte tengo propuesto subir dibujos de algunas escenas de la historia para que os metáis mas en ello. 

-Un saludo ♥

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2018 ⏰

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Pesadillas ocultas. © |Eyeless Jack|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora