Capitulo 5: El hotel Miramar

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Durante el viaje a casa nos pegaba el sueño, ninguno de los dos estábamos en condiciones de conducir, era demasiado el cansancio que teníamos. Entonces decidimos parar a dormir unas horas en el primer motel que encontráramos en la carretera.

Pasaban los kilómetros y no aparecía ni un área de descanso donde poder para y dormir aunque sea en el coche. Entonces fue cuando Estela dijo:

- Mira, allí en el fondo.- indicándome con la mano.

Momentos después apareció una señal anunciando lo que sería nuestra casa esa noche. Se trataba de un hotel de 2 estrellas llamado hotel Miramar. Cogimos el desvió hacia el pero sin darnos cuenta nos encontramos en un camino de tierra. El hotel estaba a unos dos kilómetros por ese camino, pero ya no nos importaba, estábamos deseando llegar y ponernos a descansar.

Parecía que íbamos contando los metros, pero por fin llegamos al hotel. Allí aparcamos lo más cerca posible de la puerta y casi apoyándonos el uno en el otro entramos por la puerta. Nos quedamos sorprendidos, tenía una entrada preciosa con enredaderas colgando por arcos de hierro forjado, muebles antiguos y unas enormes lámparas. Nos dirigimos al mostrador de recepción, allí se encontraba una mujer de unos sesenta y siete años leyendo el periódico, no se había dado cuenta de nuestra presencia. Al llegar donde ella, le dijimos:

- Buenas noches, queríamos una habitación.

Entonces ella dejo el periódico aun lado y se puso a mirar las habitaciones que tenía libre.

- Buenas noches jóvenes, mi nombre es Felisa, soy la encargada del hotel, ¿en qué tipo de habitación os gustaría dormir?

Estela y yo nos miramos sorprendidos, no esperábamos que ese hotelucho tuviera diferentes tipos de habitación pero antes de que pudiéramos decir nada Felisa nos tendió un folleto. Nos pusimos a mirarlo y tenían cuatro tipos diferentes de habitaciones:

El primer tipo era como la habitación de cincuenta sombras de grey pero con cama en el centro. La llamaban la habitación juguetona.

El segundo tipo era la habitación del amor, una habitación roja con la cama en forma de corazón, pétalos de rosas y demás.

El tercer tipo de habitación era ya la normal, como cualquier cuarto.

Y por último estaba la suits de lujo.

No salíamos de nuestro asombro al ver tanta y tan diferente variedad de habitaciones, pero con una simple mirada nos decantamos por una habitación normal, no necesitábamos juguetes, ni rosas, ni ningún lujo, solo una cama en la cual poder dormir y descansar.

- Después de ver la gran variedad que tenéis, nos decantamos por una normal hoy- le dije a Felisa.

- ¿me podéis cubrir estés papeles por favor?

- Sin problema- dijo Estela

Momentos después apareció Felisa con unos formularios para cubrir, Estela le sonrió y se los cubrió todos, pedía más datos de los normales, pero nos dio igual por el simple hecho que queríamos dormir ya.

Cuando ya estaba todo cubierto, le entregamos los formularios y Felisa nos dio la llave de la habitación y nos indicó como llegar. Nos había dado la habitación del primer piso pero la del fondo de todo, senos hizo el pasillo más largo del mundo, pero al fin llegamos entramos en la habitación y como imanes nos fuimos directos a la cama. Nos quitamos los uniformes y nos metimos en la cama nos dimos un beso de buenas noches y nos pusimos a dormir.

Cuando nos despertamos nos quedamos mirándonos un buen rato, no teníamos prisa, Pedro nos había dado el día libre para que descansáramos. Busque el teléfono de la habitación y llame a recepción donde estaba Felisa, no sabía si habría servicio de habitaciones, pero iba a comprobarlo, mientras Estela se volvió quedar dormida.

El secreto de HugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora