Capitulo 4: El secreto de Estela

22 4 0
                                    

Durante un buen rato Estela me hizo un interrogatorio completo para saciar su curiosidad, pero con ello solo consiguió preocuparse más. Cuando decidimos irnos a dormir, le pregunte en que habitación quería dormir.

Mi casa tenía dos habitaciones de invitados, un salón, una cocina gigantesca, una salita, mi habitación y 3 baños uno en el piso de abajo, otro con mi habitación y el último al final del pasillo.

Estela nunca se había quedado nunca a dormir, entonces me dijo:

- Vamos de ruta por ella y después te digo en cual me quedo, aunque bueno, preferiría dormir contigo y así tenerte controlado.

- Bueno yo te enseño las habitaciones y después negociamos de como haremos.

Nos encaminamos escaleras arriba, la primera habitación de invitados estaba a mano derecha, era de tamaño mediano, tenía una cama de matrimonio, una mesilla de cada lado con unas lámparas antiguas, luz en el techo led, un escritorio y dos armarios empotrados. Estaba pintado de azul cielo con el techo blanco.

Estela se sorprendió al verla, y solamente dijo:

- ¿Tú has hecho esto? ¿lo has decorado tú? Qué bonita.

- Si, menos los armarios empotrados todo el resto lo hice con mis propias manos en cuanto tuve un rato libre

Ella no daba crédito a mis palabras, la verdad es que está encantada, no se imaginaba que fuera capaz de tales cosas.

- Esta es la habitación de invitados uno, ahora vamos a la dos. Le indique el camino y fuimos.

Durante el breve trayecto de una habitación a la otra me dijo:

- Te confieso que no me esperaba nada de esto, sino todo lo contrario. Esperaba ver muebles de Ikea por todos los lados y no esta preciosidad.

- La verdad es que al principio los hubo, pero en cuanto pude los fui cambiando por los míos.

- Habitación numero dos – le dije

Esta habitación la tenía pintada de un rojo pasión, techo blanco y moldes rodeando todas las esquinas, cama de matrimonio con cabecero de madera tallado con las mesillas incorporadas en él, escritorio y armario de caoba.

La cara de Estela lo decía todo, era como un libro abierto, no se podía haber imaginado jamás lo que estaba a ver. Entro dentro y se puso a cotillear, estaba claro que esta fue la que más le había gustado, y con una sonrisa dijo:

- Sino dormimos juntos, dormiré aquí.

- De acuerdo, voy ir por sabanas para la cama.

- No tengas tanta prisa – me dijo- vamos ver la última opción

- De acuerdo- le dije- pero antes te enseño el baño de este piso

Ella asintió y me siguió, abrí la puerta encendí la luz. Detrás de mi sentí un "qué bonito". El baño tenía las paredes de la parte de abajo negras y para arriba blanco, bidel, lavabo y váter blanco con los grifos dorados, un espejo con un marco de hierro dorado y al fondo una bañera con hidromasaje.

Cuando Estela volvió de su mundo, le pregunte:

- ¿Aun quieres conocer la última habitación o voy por sabanas y te quedas con este baño y la habitación roja?

Con un gran esfuerzo Estela respondió:

- Vamos ver la otra pero esto ha dejado el nivel muy alto

El secreto de HugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora