Pumped Up Kicks [Justin Bieber & Tú]

Capítulo 11 y 12

Capitulo 11.

Justin’s POV

 

Mierda. ______ es idiota. ¿Acaso no sabe que papá está en casa? Por eso debe ser castigada. Torturada.

Corrí detrás de ella, subiéndome los pantalones por el camino. La vi dirigirse hacia las escaleras y, rápidamente, intenté detenerla. ¿Por qué estoy intentando protegerla?

Antes de que ella pudiera gritar, le cubrí la boca con mi mano. La arrastré hasta mi habitación y empujé su cuerpo hacia mi cama otra vez. La miré con ojos enfados, molesto por su estupidez.

-       Veo que quieres una segunda ronda, ¿eh, Jay? –dijo sensualmente. La miré aún más enfadado, pero el rubor de mis mejillas al oír eso no es que ayudara mucho.

-       ¿Cómo coño puedes ser tan estúpida? ¡Mi padre está allí abajo! ¡Si te encontrara aquí te mataría! –grité. ¿Qué estoy diciendo? Debería haber dejado que bajara las escaleras y que la matara. Pero no lo hice.

-       Deja de ser tan dramático, Jay –dijo, riendo levemente al final. ¿Cómo demonios puede estar tan tranquila?

Apreté mis puños, queriendo darle una hostia. Me acerqué a ella, viendo como sus ojos reflejaban miedo ahora. La agarré por los hombros, estampándola contra la pared.

-       Escúchame bien, Hawthorne. Vigila lo que dices cuando estés aquí, ¿entendido? Porque te mataré–dije con la mandíbula apretada. Su respuesta me paralizó. ¿Sabéis lo que hizo?

Se rió. En mi cara.

Gruñí y levanté mi mano hasta su cara, golpeándola. Paró de reír inmediatamente y levantó su mano para acariciarse la mejilla. Me miró con los ojos muy abiertos, sorprendida por mis acciones. Sinceramente, no entiendo por qué está tan sorprendida. Debería haber sabido que le haría eso.

Un dolor agudo me sacó de mis pensamientos. Miré a ______, que estaba esbozando una sonrisa. Esa zorra me ha pegado.

No me dolió, obviamente. Nadie sabe que disfruto del dolor excepto papá. Pero el hecho de que ella se hubiera atrevido a ponerme una mano encima hizo que la sangre me hirviera.

Levanté mi puño y le di un puñetazo en el rostro. Le di otro puñetazo en el estómago, haciendo que jadeara de dolor. No me importa que esta chica me haya dado el mejor placer de toda mi vida hace tan solo unos minutos. Nadie se mete conmigo.

Otra vez, me sacó de mis pensamientos un fuerte dolor en el abdomen, haciendo que cayera al suelo. La siguiente cosa que vi fue a ______ encima de mí, dándome puñetazos por todos lados.

Lo gracioso, o puede que triste, es que no me estaba haciendo daño. Reí levemente, ella paró de pegarme y me miró fijamente.

-       Entiende que no me haces daño, Hawthorne. Es curioso, todo el mundo piensa que el dolor es mi debilidad. ¿Adivina qué? No lo es –dije, mirándola desde el suelo. Ella jadeaba ligeramente.

-       Oh, en serio, ¿Jay? ¿El dolor no te debilita? Pero, ¿adivina qué? El placer sí –dijo, moviéndose lentamente encima de mí.