Pumped Up Kicks [Justin Bieber & Tú]

Capítulo 2

Punto de vista de Justin

Entré en la cafetería y me senté en mi mesa habitual, solo. No tenía amigos. No quería ningún amigo. No me gustaba nadie. No le gustaba a nadie. Así son las cosas. De todas formas, todo acabará pronto.

Miré a todos los estudiantes que estaban a mí alrededor intentando encontrar otro más que añadir a la lista. Mi lista.

Desde el rabillo del ojo vi a ______ Hawthorne mirándome fijamente. Me giré para mirarla y le lancé una mirada malvada. Ella me sonrió y se alejó. No era una buena idea. Más castigo para ella.

Siempre fui así. Desde que era niño. Nunca quise jugar con otros niños o jugar con juguetes. Me gustaba hacer daño a los otros niños o matar a las mascotas de mis vecinos. Mi padre nunca me paró. Él estaba tan loco como yo. Mi madre… Mi padre mató a mi madre. Lo vi con mis propios ojos. No me asusté. Me encantó ver su dolor. Me encantó ver la sangre roja, cayendo gota a gota de su cuerpo. Ahí fue cuando tuve mi sed de matar. Para escuchar los gritos salir de sus gargantas. Para verlos ahogarse en su propio charco de sangre. Era una sensación increíble.

No había matado a nadie todavía. Me lo estaba guardando para esos malvados que veía cada día. Siempre tenía ese cosquilleo en mi interior al imaginarme como podía torturarlos hasta matarlos. Quería que tuvieran una lenta y dolorosa muerte.

No tenía sentimientos. Ya fuera emocional o físico. Amaba el dolor, así que no me podíais hacer daño. Nunca me gustó una chica. Todas eran iguales para mí. Claro que había tenido el deseo de tener sexo. ¿Lo hice? No. Si yo hubiera querido, podría haber conseguido cualquier chica. ¿La tuve? No. ¿Quería amigos? No. El único amigo que tenía era mi papá. Papá me amaba. Sabía que él lo hacía. Él me hacía sufrir, eso significaba que me amaba. Él me ayudaba a cortarme las venas con esa cuchilla que tanto amaba. Amaba a papá y papá me amaba a mí.

Regresé a mi taquilla después del almuerzo. Nunca comía. ¿Por qué debería comer? Cuando estuve en mi casilla, vi a ______ Hawthorne apoyada en ella otra vez. Gruñí y apreté mis puños con fuerza. Ella se dio cuenta y se alejó un poco, pero mantuvo esa puta sonrisa en su cara.

-       Hey, Bieber. Parecía que estabas un poquito enfadado conmigo en el almuerzo, así que he decidido venir a hablar contigo un poco –ella se echó a reír.

-       Aléjate de mí. Antes de que haga algo de lo que te puedas arrepentir –gruñí hacia ella. No sabes las ganas que tenía de estrangularla. Las ganas que tenía de cortarla trocito a trocito.  Traté de controlarme.

-       ¿Eso es una amenaza, Jay? –dijo, acercándose a mí. No había nadie en el pasillo porque la campana había sonado hacía un buen rato.

Poco a poco, se acercó a mí y rodeó mi cuello con sus brazos. La empujé rápidamente.

-       Vete de aquí, Hawthorne –gruñí haciendo rechinar mis dientes. Se acercó a mí otra vez.

-       ¿Qué pasa, Jay? ¿Nunca has tenido una chica tan cerca? –susurró en mi oído, recorriendo mí cabello con sus dedos lentamente–. No eres más que un niño con problemas sin amigos. Un loco y un friki. No le gustas a nadie, Bieber. Suicídate –escupió con dureza.

No pude soportarlo más. La cogí por los brazos y los giré tanto como pude. Ella gritó de dolor. Me estremecí de placer al escuchar un crujido proveniente de sus huesos. Todavía no, Justin. Dejé ir sus brazos y ella cayó al suelo. Le di una patada en las costillas y me dirigí a la puerta principal, sus llantos de dolor se hacían cada vez más suaves.

Volví a casa pensando en lo que acababa de hacer. Eso no es nada comparado con lo que se le venía después. Me dirigí a la puerta principal de mi casa y sonreí.

Papá, estoy en casa.

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Estoy algo triste porque nadie lee está novela,si la estas leyendo o algo vota o comenta.

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