Capitulo 4

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Regina estaba mirando y escuchando a la mujer que decía ser la Princesa Emma. Había algo en esa mujer que no le convencía, pero como lo que decía era cierto y el parecido estaba, decidió presentarla a David y Snow. Ambos reyes se enojaron y se frustraron ante los intentos de su "supuesta hija" de convencerlos, así que Regina la despidió cordialmente.

- Lamento eso. – Se disculpó Regina.

- No es tu culpa. – Dijo Snow negando con la cabeza.

- Cada día son más terribles las mujeres que se presentan diciendo ser nuestra hija. – Comentó David dejándose caer en el sillón. - ¿Cuándo la vamos a encontrar? – Preguntó sintiéndose derrotado.

- Solo hay que seguir buscando y cuando menos lo esperen vamos a encontrarla. – Intentó animarlos Regina mientras servía té para los tres.

- ¡No! ¡Mi corazón no puede seguir soportando esto! – Exclamó Snow levantándose de su silla. – Ya hemos recibidos muchas Emmas, pero la nuestra no. – Dijo dejando escapar un par de lágrimas de sus ojos.

- ¿Qué queres decir con eso? – Preguntó David dirigiéndose hacia ella y secándole las lágrimas con delicadeza.

- Que quizás lo mejor sea detener la búsqueda, aunque sea por un tiempo. – Respondió Snow tristemente.

- ¿Estás segura? – Preguntó David y Snow Asistió. – Yo por vos sabes que soy capaz de hacer absolutamente todo. – Aseguró abrazándola.

- Quiero que tomemos un descanso, quiero que dejemos de buscarla, quiero que podamos seguir con nuestras vidas sin sentir que el corazón se me parte a pedazos en cada momento que veo una falsa hija nuestra. – Pidió ella refugiándose en los brazos de David.

A Regina no le gustaba la idea de detener la búsqueda, ella estaba segura de que Emma debía estar en algún lado. Ella tenía la esperanza de que Emma estaba viva y bien. Cada día deseaba que Emma pueda encontrar su camino de regreso a casa y su familia. Entendía a sus amigos y respetaba el dolor de ellos, aparte ellos eran sus reyes y tenía que hacer lo que pedían. Se dirigió a la sala donde estaban esperando las otras tres mujeres que decían ser Emma y les informó la nueva noticia, los reyes no aceptaban más visitas que reclamen ser su hija.

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Emma se sintió emocionada cuando el Jolly Roger hizo anclas en el puerto de Storybrooke. No podía creer que finalmente estaba en el lugar donde había deseado estar desde que tenía memoria. Killian dejo tareas e indicaciones para cada miembro de su tripulación, y luego partió con Robin y Emma a su misión. Killian y Robin explicaron a Emma que antes de ir al castillo, primero debían ir a lo de Regina. Emma se sentía nerviosa, conocer a Regina era su primera prueba desde que había aceptado la idea de que quizás era parte de una familia real. El viaja a la casa fue tranquilo y silencioso. Cuando llegaron a la casa, Regina salió emocionada y se fundió con Robin en un gran abrazo. Regina era una mujer hermosa y estaba vistiendo un vestido lila, su risa era amable y contagiosa. Los invitó a los tres a pasar a su casa.

- Regina, te presento a la Princesa Emma Nolan del Bosque Encantado. – Presentó Robin a Emma una vez que estuvieron en la gran sala.

- Definitivamente eres muy parecida a Emma. – Dijo Regina dando un par de vueltas alrededor de Emma para observarla detalladamente. - ¿Cómo te gustaría tomar tu té? – Preguntó a Emma señalando hacia la mesa como indicación de que podían sentarse.

- No me gusta el té, pero si puede ser me gustaría tomar un chocolate con canela. – Respondió Emma.

El interrogatorio de preguntas continuó mientras todos estaban alrededor de la mesa tomando té, salvo Emma quien tomaba chocolate con canela. Gracias a todo lo que Robin y Killian le habían enseñado, Emma pudo responder todas las preguntas correctamente y sin dudar. A medida que pasaba el rato Emma se sentía más cómoda con esa mujer, Regina era fascinante y se notaba que era una gran persona.

La Princesa EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora